“Quiero agradecer abiertamente a todos los que en estas semanas de conflicto nos han escrito, telefoneado y ofrecido sus oraciones y sufrimientos por nosotros. Para nosotros es muy importante. Pido de nuevo a todos que continúen rezando por nosotros. Es fundamental, lo necesitamos” ">
Ha traído al Papa el «gracias» de sus parroquianos de Gaza, un pequeño rebaño de apenas 136 almas que ha vivido el drama del conflicto apoyado por la cercanía del pastor y la oración de toda la Iglesia. El Pontífice recibió en audiencia el viernes 29 de agosto, por la mañana, al padre Jorge Hernández Zanni, religioso del Instituto del Verbo Encarnado y párroco de la Sagrada Familia en Gaza, quien expresó −en esta entrevista a nuestro periódico− la gratitud de los fieles por la cercanía que les ha manifestado en más de una ocasión el Papa Francisco.
¿Cuáles son sus primeras impresiones después del encuentro con el Papa?
La conversación con Francisco ha sido una gracia. Nunca me lo hubiese esperado. Durante los días de guerra en Gaza, el Pontífice envió a la parroquia un mensaje por correo electrónico. Inmediatamente informé a todos los fieles de este don. No se imagina el alivio que obtuvieron, por el sólo hecho de que el Papa se interese por todos nosotros.
¿Cuál es el contenido del mensaje?
Ante todo, Francisco nos alentó a seguir siempre adelante, a dar testimonio, a ser «sal de la tierra». Hizo referencia a la visión sobrenatural de la presencia de los cristianos en ese lugar. No olvidemos que de casi dos millones de habitantes en Gaza, los cristianos son 1350, de los cuales 136 son católicos y el resto ortodoxos. Una minoría importante. Y el hecho de que el Pontífice se preocupe de nosotros es un gesto significativo.
¿Y hoy qué significó la audiencia con el Papa?
Ahora, con este encuentro tuve la misma certeza: el pastor está presente entre sus fieles, ofrece aliento y sabios consejos. Es una gracia enorme para nosotros.
¿Cómo está actualmente la situación en la Franja?
Gracias a Dios fue acordado un cese al fuego duradero, al menos para dar posibilidad de regresar a las negociaciones en Egipto. También esto ha sido una gracia grande para nosotros, porque las personas ya no pueden más. Además de los daños y el miedo, la situación se ha convertido en algo insostenible para ambas partes en el conflicto.
En este momento ¿cuál es la actividad que desempeña su parroquia?
La parroquia de la Sagrada Familia es la única de Gaza. Durante el conflicto recibimos a más de mil doscientas personas que huían de sus casas. Esto fue un testimonio de caridad. Acogimos, apoyamos y sostuvimos en el dolor a muchos refugiados, incluso ofreciéndoles ayudas materiales, gracias a Caritas internationalis que siempre estuvo cercana. Debo decir que siempre tuvimos el apoyo incondicional del patriarcado latino de Jerusalén. El patriarca Twal en persona se ocupó de que tuviéramos las ayudas humanitarias y él mismo llamó por teléfono muchas veces a nuestra comunidad. Quien ha vivido una guerra sabe el valor extraordinario de estos gestos. Esta es la presencia de la Iglesia: un firme testimonio de caridad. Lamentablemente, tuvimos también tres víctimas en nuestra comunidad cristiana.
¿Cuántas personas trabajan en la parroquia?
Aparte de mí, que soy el párroco, hay otro sacerdote del instituto del Verbo Encarnado, el padre Mario, que viene de Brasil, y luego las religiosas de tres congregaciones: las hermanas de Madre Teresa, las Dominicas del rosario y el instituto de la Virgen de Matará, de Argentina. Las tres congregaciones ayudan en la parroquia, algunas en la asistencia a los niños discapacitados, otras en las tres escuelas cristianas que son las mejores de Gaza. Estas escuelas son también frecuentadas por musulmanes y representan lugares para favorecer un diálogo de vida entre las religiones.
¿Qué progresos se imagina para el futuro proceso de paz?
No es sencillo; en general se comienza desde el principio, tanto a nivel parroquial como civil. Las personas regresan para continuar sus vidas. Es difícil prever qué sucederá. Quiero, en definitiva, agradecer abiertamente a todos los que en estas semanas de conflicto nos han escrito, telefoneado y ofrecido sus oraciones y sufrimientos por nosotros. Para nosotros es muy importante. Pido de nuevo a todos que continúen rezando por nosotros. Es fundamental, lo necesitamos.
(*) Entrevista de Alessandro Gisotti
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