En un país que acaba de atravesar una situación muy conflictiva, el Prelado del Opus Dei quiso transmitir su cariño y el de toda la Obra a los que han sufrido, e invitar a todos a perdonar, a colaborar para restablecer la unidad del país, y eliminar todo lo que pueda parecerse a rencores o resentimientos
VIDEO: " target="_blank">El Prelado del Opus Dei en Costa de Marfil
«¡Quereos más, quereos mucho!». Este es el mensaje que ha dejado Mons. Javier Echevarría en el país recientemente azotado por un conflicto civil. Ofrecemos un resumen del viaje.
«Uníos, Ivorianos, muy unidos, muy unidos siempre. Para, si ha habido conflictos, olvidarlos, y a construir esta tierra que está en vuestras manos. Quereos más, quereos mucho; (…) que penséis en todos los hombres y en todas las mujeres de Costa de Marfil y recéis por todas y por todos los de Costa de Marfil».
Es el mensaje de reconciliación que ha dejado en Costa de Marfil monseñor Javier Echevarría, Prelado del Opus Dei. El Prelado estuvo en Abidján y Yamoussoukro del 7 al 12 de julio, con varios cientos de personas, fieles de la Prelatura, cooperadores y amigos.
En un país que acaba de atravesar una situación muy conflictiva, el Prelado quiso transmitir su cariño y el de toda la Obra a los que han sufrido, e invitar a todos a perdonar, a colaborar para restablecer la unidad del país, y eliminar todo lo que pueda parecerse a rencores o resentimientos.
En la capital, Mons. Echevarría saludó en primer lugar al Arzobispo de Abidján, y luego tuvo dos encuentros: el primero con varios cientos de estudiantes y el segundo con más de mil quinientas personas, padres y madres de familia.
En un ambiente lleno de alegría, se abordaron temas como el perdón, el testimonio de vida cristiana, la oración y la frecuencia de sacramentos. La moda, la familia y la educación de los hijos fueron también objeto de preguntas por parte de los asistentes y de palabras de ánimo por parte del Prelado.
Insistió también en la responsabilidad de todos por colaborar en el desarrollo del país, por contribuir a la solución de los problemas sociales y económicos que padecen sobre todo las familias menos afortunadas.
Una pregunta de Madame Adèle N’Douba, profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Abidján, fue la ocasión para que el Prelado volviese sobre el tema de la reconciliación:
«¡Siempre queriéndonos! Hijos míos, aquí en Costa de Marfil, tenéis que vivir perdonándoos. San Josemaria, que era un santo que se hizo santo a través de la lucha de cada día, nos decía: Yo no he tenido que aprender a perdonar porque el Señor me ha enseñado a querer. Pues si queréis de verdad, si queréis a todos los Ivorianos, si os queréis en las familias, si os queréis entre vecinos, no tendréis problemas para perdonar porque veréis un alma de una hermana, de un hermano, a quien hay que ayudar y a quien hay que facilitar que pueda cumplir con sus deberes.
¡Adelante, hijos míos! El Señor os ha abierto un panorama para que viváis como hizo Jesucristo, que fue a la Cruz para perdonarnos. Que vosotros también os sacrifiquéis para perdonar y para ayudar a la gente con cariño a que rectifiquen la vida y a que reconstruyáis todos hacia arriba este gran país de Costa de Marfil».
En Yamoussoukro, el domingo 10, el Prelado tuvo también varias reuniones con diversos grupos de personas. Por la tarde, en una sala de un hotel de la ciudad, más de setecientas personas le acogieron con cariño y agradecimiento: por haber venido a Costa de Marfil y por sus desvelos durante los meses de crisis.
Así lo expresó la Dra. Philomène Agoussi:
«Gracias, Padre, porque usted es Padre. Durante la guerra usted nos llamaba todos los días para animarnos. Además de esta prueba de solicitud, ha ignorado su edad y nuestro clima para venir a reconfortarnos.
No sabe usted el bien que nos hace su viaje a todos nosotros, en esta situación de crisis político-social y en muchos casos una crisis también de fe. Su presencia nos permite comprobar que, a pesar de las dificultades, no podemos cambiar nuestra fe, la filiación divina, y la vida eterna por un plato de lentejas, un bien temporal».
Varias de las preguntas de los asistentes dieron pie al Prelado para volver sobre el tema del perdón:
«Me da mucha alegría lo que me has dicho: que seamos mujeres y hombres de paz, mujeres y hombres de perdón. Pienso que, si habéis leído el Evangelio se ve que los apóstoles, los doce primeros, que no tenían mucha formación, como nos puede ocurrir a nosotros, le dicen al Señor, a Jesucristo, “enséñanos a rezar”. Y les dice: “Cuando recéis, decid: Padre nuestro que estás en el cielo, Y les va diciendo el Padrenuestro.
Y en el Padrenuestro, pensadlo bien, ¿qué se dice? Perdónanos, como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido. No habéis estado solos en estos meses en que ha habido un conflicto. Os hemos acompañado.
Yo he querido estar… Si hubiese podido venir físicamente, hubiese venido para estar con vosotros, para deciros “¡Quereos! ¡Sed mujeres y hombres de paz!" Y ahora os digo: Sed mujeres y hombres de perdón. Porque así obedecemos al Señor, que nos ha dicho que perdonemos de la misma manera que Él nos perdona».
Al día siguiente el Prelado visitó el Centre Médico-Social Walé, promovido por fieles de la Prelatura, con varios Cooperadores y amigos, con el objetivo de colaborar a la solución de los graves problemas de acceso a la sanidad que padecen las clases menos favorecidas de la población.
Después de saludar al Obispo de Yamoussoukro regresó a Abidján. El martes por la mañana visitó el dispensario anejo a una casa de retiros espirituales y convivencia, situada en la aldea de M’Batto-Bouaké, a unos 30 km. de Abidján.
El Prelado pudo comprobar la expansión de los apostolados promovidos por los fieles de la Prelatura y amigos desde su última visita, realizada en 1997.
Junto con las actividades de promoción social que pudo visitar (Walé, Ilomba y la escuela de formación profesional Yaraní), pudo informarse sobre los proyectos dirigidos a futuros protagonistas del desarrollo del país: la Universidad des Lagunas y el MDE, una escuela de negocios que organiza, con la colaboración del IESE de Barcelona, cursos de management para directivos de empresas.
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San Josemaría, maestro de perdón (1ª parte) |
Aprender a perdonar |
Verdad y libertad |
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El marco moral y el sentido del amor humano |
¿Qué es la Justicia Restaurativa? |
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Combate, cercanía, misión (5): «No te soltaré hasta que me bendigas»: la oración contemplativa |
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