La verdadera Alexia que se enfrentó a su enfermedad desde la fe y la esperanza cristianas<br /><br />
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«Si Alexia vivió el dolor con entereza fue porque antes, en casa y en el colegio, había adquirido unas virtudes humanas y sobrenaturales impresionantes. Eso, y el trato tan intenso y cotidiano que tenía con Dios, es lo que queremos mostrar»
Hace unos días, ">a la salida del preestreno de "Alexia"
Hoy, 13 de mayo 2011, se estrena "Alexia", un largometraje documental sobre la vida de Alexia González-Barros, una niña de catorce años, que murió en 1985, a causa de un tremendo cáncer en la columna vertebral.
En 2008 Javier Fesser hizo, incompresiblemente y en condiciones de gran secreto, una película, "Camino", oficialmente promovida y premiada desde los poderes gubernativos y los mediáticos asociados, presentando una imagen falsa que —abusando gravemente de las libertades artísticas de la ficción— tergiversaba la realidad histórica de Alexia y de su entorno familiar y social.
El director de cine Pedro Delgado, al ver aquel film, decidió hacer una película documental que presentara a una niña mucho más auténtica y real: la verdadera Alexia que se enfrentó a su enfermedad desde la fe y la esperanza cristianas, algo que Fesser no había querido mostrar.
El crítico de cine Jerónimo José Martín ha participado en "Alexia" como guionista:
«Ha sido apasionante utilizar el material audiovisual que teníamos en ‘super8’ (sin sonido) y los escritos de Alexia, para elaborar el documental. Queríamos hacer una película que llegase a la gente, sin que fuese ñoña —por ser una niña—, ni dura —por la enfermedad—, ni demasiado profunda —porque está en proceso de beatificación—; que no tuviese un tono hagiográfico, sino coloquial, divertido..., como era Alexia».
«Sus profesoras y antiguas compañeras del colegio, cuando vieron la película, nos dijeron que habíamos acertado, que así era ella (...) Yo había trabajado con Fesser y viví de cerca la deformación y la falsedad que hacen de ella en ‘Camino’, pero este documental no es una respuesta a esa película».
De hecho, la enfermedad no aparece hasta la mitad del film, «porque si Alexia vivió el dolor con entereza fue porque antes, en casa y en el colegio, había adquirido unas virtudes humanas y sobrenaturales impresionantes. Eso, y el trato tan intenso y cotidiano que tenía con Dios, es lo que queremos mostrar».