Argentina, Reino Unido, España, Nigeria, Perú o Japón son algunos de los países de procedencia de los 31 candidatos que reciben el sacerdocio de manos de Mons. Javier Echevarría, Prelado del Opus Dei.
Estos son algunos perfiles de los fieles del Opus Dei que reciben el sacerdocio de manos de Mons. Javier Echevarría, en la Basílica de San Eugenio.
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Keishuke Hazama tiene 39 años y es japonés. Aunque ahora recibirá el sacerdocio, a los 21 todavía no conocía la fe católica: «En mi ciudad en Japón había una iglesia donde vivía un sacerdote irlandés. Era anciano y vivía solo. Yo pensaba: “Él ha venido para ayudar al pueblo japonés”. Por aquel entonces, era una vida que me parecía incomprensible». El ejemplo de ese sacerdote estuvo en el inicio de su conversión.
«Me bautizó Juan Pablo II en Roma −continua Keishuke−, en la Semana Santa de 1994. Echando la vista atrás, veo ahora lo importante que la fe ha sido en mi vida, y pienso que, como ese anciano sacerdote, ahora podré ayudarme a servir a las almas».
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También se ordena Julio Paz, argentino y médico. Para él, «el hecho de que el nuevo Santo Padre sea argentino es, sí, un orgullo, pero sobre todo una responsabilidad. Me mueve a rezar más por él y por mi país».
Julio destaca la huella profunda que deja estudiar en Roma: «Yo vengo de un país joven. Venir a Roma, junto al Papa, para estudiar teología es maravilloso. ¡Cuánta gente ha caminado y rezado por estas calles a lo largo de los siglos!».
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El inglés Peter Damian-Grint fue profesor de la Universidad de Oxford. Allí se especializó en Literatura medieval francesa. «Dios hace a uno cambiar sus planes. Hasta ahora ha querido que yo me dedicase a la investigación, pero en un determinado momento comprendí que su voluntad era que me hiciera sacerdote».
Como intelectual, recuerda con entusiasmo la visita de Benedicto XVI a Inglaterra: «Con la claridad y la profundidad que le caracteriza, el Papa nos recordó que debíamos estar orgullosos de nuestra fe. Tenemos la verdad, y por eso hay que ofrecerla con amabilidad a los demás».
También se acuerda de esa visita histórica Andrew Soane: «No olvidaré nunca el silencio que se hizo en Hyde Park durante la adoración al Santísimo Sacramento. ¡Jamás pensé que miles de personas podían guardar ese silencio! Fue esa noche, rezando junto con tantas personas cuando pensé: “el pueblo de Dios necesita sacerdotes”».
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Uno de los más jóvenes es el filipino Anthony Pichay Sepulveda. Con 33 años, llega al sacerdocio tras un periodo de experiencia profesional. «Me gradué en Informática en la ‘Philippine Science High School’. Desde los siete años me gustaba la programación. Al poco de graduarme, pude enseñar informática en un colegio. Un día, otro compañero me dijo: “nuestro trabajo es uno de los más dignos, porque también Jesús enseñaba”».
Uno de sus recuerdos más gratos durante los años de formación en Roma ha sido la elección de Papa Francisco. «Recuerdo aquella noche: cuando supimos la noticia, atravesé corriendo la ciudad hasta la plaza de San Pedro. ¡Fue la carrera de mi vida! Pude estar bajo el balcón. Al ver al nuevo Santo Padre, me alegré, porque conocía su cercanía a los más pobres, a los más humildes. Es un ejemplo para todos nosotros».
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