5/16: La unidad como algo inexplicable [16 cartas a Benedicto 16]<br />
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5/16: La unidad como algo inexplicable [16 cartas a Benedicto 16]
Gracias por mostrarnos el valor y la urgencia de la unidad, como algo que se vive y que se encarna.
Querido Benedicto XVI,
En la lista de conceptos que ayer repasábamos no figuraba la unidad. Y no estaba porque la unidad, usted no sólo la ha definido, sino que la ha bordado. La unidad ha estado presente en la última gran celebración de su papado, el miércoles de ceniza. Comentaba usted, santo Padre: «Pienso, en particular, en las culpas contra la unidad de la iglesia, en las divisiones en el cuerpo eclesial». Y añadía: «vivir la Cuaresma en una comunión eclesial más intensa y evidente, superando individualismos y rivalidades, es un signo humilde y precioso para los que están alejados de la fe o los indiferentes». No sé por qué, o sí sé por qué, estas palabras me recordaban aquellas otras del apóstol Juan, cuando ya anciano escribía en sus cartas aquellas exhortaciones a mantener el amor entre hermanos: «Si uno dice "Yo amo a Dios" y odia a su hermano, es un mentiroso; Si no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve».
¿Cómo no mencionar, aquí, su dramática carta a los obispos sobre la remisión de las excomuniones a unos lefebvrianos? La discusión generada por aquella iniciativa −«de una vehemencia como no se había visto desde hace mucho tiempo»− le obligó a escribir esa carta, en un gesto inédito, valiente, osado. Pensaba en aquel pasaje en el que nos recuerda que la discordia y la contraposición interna de los creyentes «pone en duda la credibilidad de su hablar de Dios». La unidad como señal de vitalidad. Los cuerpos con vida son aquellos en el que los distintos órganos están unidos y compenetrados, con distinta función pero en armonía.
Como siempre, la fuente de donde bebió usted fue Jesucristo. En la segunda parte de la biografía sobre Jesús explicó: «La oración de Jesús por la unidad apunta precisamente a eso: que a través de la unidad de los discípulos se haga visible a los hombres la verdad de su misión. La unidad ha de aparecer, ser reconocible, y reconocible precisamente como algo que no existe en ninguna otra parte en el mundo; como algo inexplicable desde las fuerzas propias de la humanidad y que, por tanto, deja ver la acción de una fuerza diferente».
Gracias por mostrarnos el valor y la urgencia de la unidad, como algo que se vive y que se encarna.