Importa mucho comprender la realidad histórica de iglesias de origen apostólico, que merecen una especial adhesión
religionconfidencial.com
Una acción mundial es tanto más necesaria cuanto en esos países los medios de comunicación apenas se refieren a los problemas de los cristianos
Hace unos días se publicaba un nuevo informe del "Consejo Global de Cristianos Indios", con motivo de la "Jornada de los Mártires".
Este evento fue creado por varios grupos y comunidades cristianas del país, en el aniversario de la masacre sufrida por el pastor protestante Graham Staines, quemado vivo por unos extremistas hindúes, junto a sus dos hijos, el 24 de enero de 1999.
En 2012 se contabilizaron oficialmente 135 ataques contra cristianos en la India. Según el informe, el Estado donde la persecución es más fuerte es Karnataka (India central) con 41 ataques. Le sigue Orissa con 16; Tamil Nadu, con 15; Madhya Pradesh con 14. Pero la violencia llega hasta Estados tradicionalmente pacíficos, como Kashmir y Kerala, con 5 casos cada uno.
El informe fue presentado por el obispo Sampath Kumar, de la Iglesia metodista, en términos espirituales y conciliadores: «la persecución nos permite participar en los sufrimientos de Cristo; en segundo lugar, llevar una vida purificada; en tercer lugar, anunciar el Evangelio de Cristo». Lógicamente exhorta a los fieles a ser fuertes en la persecución, a la vez que da las gracias a cuantos trabajan en defensa de los cristianos. Tantos siglos después, su esperanza se nutre de la gran verdad señalada por Tertuliano: «la sangre de los mártires es semilla de cristianos».
Esa noticia se difundía un día después del llamamiento hecho por el Arzobispo caldeo de Kirkuk, Luis Sako, francamente inquieto ante la situación de Oriente Medio, así como de las expresiones de líderes de la "primavera árabe" en países de la región. El prelado católico espera nuevas iniciativas de Roma y de la Iglesia universal, para movilizar a la comunidad internacional en apoyo de los cristianos de Oriente Medio.
Según el arzobispo Sako, la "mezcla de etnias, religiones e idiomas" conduce inevitablemente a tensiones y conflictos: en esa región del mundo «nunca se ha afirmado un criterio de ciudadanía capaz de integrar a todos, independientemente de la religión o grupo étnico al que pertenezcan». Al contrario, en los últimos años han crecido los procesos disgregativos en Irak, y algo semejante se cierne sobre Siria. Como muestra la experiencia, en los vacíos de poder institucional, crece la inseguridad ciudadana y se facilita de hecho la acción de grupos criminales y extremistas.
El arzobispo de Kirkuk coincide con las declaraciones de autoridades eclesiásticas de Malí, en el sentido de criticar la geopolítica interesada de una comunidad internacional que confía ingenuamente en las armas como medio de llegar a la libertad de los pueblos y a la democracia. Los resultados son de hecho destructivos, no constructivos.
Al contrario, importa mucho comprender la realidad histórica de iglesias de origen apostólico, que merecen una especial adhesión: un «apoyo internacional, favorecido por la Iglesia universal, sería de gran ayuda para tratar de garantizar una vida digna para todos», a juicio del arzobispo iraquí, firme partidario de la "laicidad positiva".
Esa acción mundial es tanto más necesaria cuanto en esos países los medios de comunicación apenas se refieren a los problemas de los cristianos. Es más, según las conclusiones de una tesis doctoral presentada en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz (Roma), la persecución no existe para la prensa árabe: como si todo fuera perfecto (cfr. Tempi.it, 18 de enero 2013).
Una investigadora árabe, Samar Messayeh, ha analizado cómo se refiere la prensa de países de la Liga árabe −excepto islas Comoras, Somalia, Yibuti y el Líbano− a la Iglesia y a los cristianos, durante un periodo concreto: noviembre de 2007 hasta abril de 2008. En los primeros capítulos subraya la importancia de los cristianos en el desarrollo de la cultura árabe a la que pertenecen: en el lenguaje, la literatura, las tradiciones, la medicina e, incluso, en el propio nacionalismo: «la Iglesia forma parte de la historia del mundo árabe».
Sin embargo, hoy se produce una "injusticia" en el trato de las cuestiones relativas a la comunidad cristiana. La nueva doctora se considera «hija de mi tierra martirizada»: «conozco las dificultades con que los cristianos viven su fe. Personalmente, mi vida ha transcurrido en una sociedad árabe donde domina el Islam». «He experimentado la falta de derechos de las minorías, la prohibición de la libertad religiosa, la libertad de culto considerada como un triunfo en algunos países afortunados». Las causas de los problemas negativos no dependen sólo del exterior. Al cabo, «la evangelización es un derecho basado en la libertad de religión y no un crimen».