El equipo francés rindió homenaje al cristianismo antes del partido de Ligue 1 ante el Saint-Étienne
Gran gesto del Olympique de Marsella en su último partido. El equipo francés sorprendió con un tifo espectacular de la Virgen María y el Niño Jesús con el lema: «Ô bonne mere, vers toi montent nos chants». Es decir: «Oh buena madre, hacia ti se elevan nuestros cánticos». Una pancarta que cobra gran relevancia porque Marsella es una de las ciudades franceses con más musulmanes.
Aun así, el equipo de la ciudad honró antes del encuentro sus raíces cristianas con una imagen de la Virgen María sujetando en brazos al Niño Jesús y evidenció que la afición y el club de la ciudad son católicos. De hecho, el propio club presumió en redes sociales del tifo mostrado en el Estadio Vélodrome y que además les trajo suerte, pues ganaron el partido de manera cómoda.
El Olympique de Marsella firmó una noche mágica en casa al aplastar 5-1 al AS Saint-Étienne en un partido donde el poderío ofensivo de los locales fue imparable. Desde el primer minuto, el equipo dirigido por Jean-Louis Gasset impuso condiciones y no tardó en reflejar su superioridad en el marcador.
El encargado de abrir la lata fue Amine Gouiri, quien en apenas su tercer partido con el OM dejó su sello con un golazo desde la frontal del área. El tanto no solo encendió a la afición, sino que también marcó el inicio de una avalancha ofensiva. Poco después, una mano en el área de Mickael Nadé fue detectada por el VAR, y el árbitro no dudó en señalar penalti. Mason Greenwood, con sangre fría, convirtió desde los once metros su 14.º gol en la Ligue 1, ampliando la ventaja marsellesa.
Fiesta en casa
Pero el vendaval no se detuvo ahí. En el segundo tiempo, Michael Murillo aprovechó un balón suelto en el área tras una doble atajada de Gautier Larsonneur y empujó la pelota al fondo de la red para el 3-0. Con el Saint-Étienne completamente desbordado, Amine Gouiri firmó su doblete con una exquisita vaselina sobre el portero visitante, un gol que desató la euforia en el Vélodrome.
El golpe final lo dio Adrien Rabiot, quien conectó un preciso centro de Amar Dedić para sentenciar el 5-0. Aunque el Saint-Étienne logró el gol del honor en los instantes finales, el resultado estaba más que definido: una demostración de fuerza de un Marsella que sigue afianzándose como candidato a pelear en lo más alto de la Ligue 1.