Se ha publicado una obra titulada “Breve historia del Opus Dei”, interesante porque es breve con formato de libro de bolsillo, y porque presenta el recorrido histórico de esta institución que incluye los pasos principales sin omitir nada sustancial, incluidas las dificultades.
Conocido y querido
«Una institución moderna de la Iglesia católica» es el subtítulo de esta obra. Lo muestra en su comienzo desde 1928 con el mensaje nuevo de la llamada a la santidad en medio del mundo, una verdadera y nueva espiritualidad de los laicos; el Vaticano II proclamará más tarde solemnemente ese mensaje para todos los fieles de búsqueda de la santidad en la vida ordinaria y de evangelización de las estructuras temporales.
Desde el comienzo se han sucedido importantes etapas del Opus Dei como las primeras labores, la expansión por España en los años cuarenta y la primera expansión internacional en los años cincuenta, seguida de otra a partir de los años sesenta, hasta llegar a la actualidad: extendido por más de 60 países, con más de noventa mil miembros, más de dos mil sacerdotes, además de cuatro mil sacerdotes asociados en todo el mundo.
El Opus Dei es conocido y querido en todos los continentes por su mensaje y realidad de santificación de las familias, la educación a todos los niveles, la responsabilidad social y el cuidado de los necesitados elevando desde abajo y sembrando paz y esperanza en los corazones.
Propuesto este marco me permito hacer ahora tan solo una selección limitada de algunas dificultades que ha ido encontrando esta institución, a semejanza de lo ocurrido históricamente a otras parcelas de la Iglesia.
Dificultades en tiempos difíciles
Corría el mes de julio de 1936 en que arreciaba la persecución contra los católicos y Josemaría Escrivá pasó casi todo el mes de agosto en una buhardilla sorteando algunos registros de milicianos, pues podían ser fusilados. Siguieron otros traslados y acabó escondido en una clínica psiquiátrica situada en la calle Arturo Soria de Madrid. El año siguiente estuvieron refugiados en la Legación de Honduras en el Paseo de la Castellana. A finales de ese año 1937 siguió el consejo de pasar a Francia por los Pirineos para llegar desde allí a Burgos en la zona nacional. Hay abundante documentación de este accidentado trayecto en pleno invierno.
Al terminar la guerra civil solo estaban con él una docena de miembros pues otros siete habían abandonado y dos habían muerto. Tampoco pudieron seguir unas pocas primeras mujeres que tenían vocación antes de la guerra.
El fundador avanzó los pasos para el reconocimiento canónico del Opus Dei que desde el principio tuvo la aprobación del obispo de Madrid Monseñor Eijo y Garay. Fue aprobado como Pía Unión después de recibir denuncias en Barcelona por parte de los padres de algunos jóvenes que habían pedido la admisión en la Obra, que poco después rectificarían pues estaban mal informados.
Crecimiento con dificultades
El Opus Dei se fue extendiendo por España hasta el 1945 y después avanzó la primera expansión internacional. Ya instalado en Roma prosiguió dando pasos hacia la configuración jurídica como Instituto Secular, que llegó definitivamente en 1950 con un decreto de la Santa Sede. Mientras, se habían iniciado las obras en la casa central de Villa Tevere en medio de grandes penurias. Entre los años cincuenta y setenta sigue extendiéndose la labor por muchos países, como segunda expansión internacional, mientras aumentan los alumnos que se forman junto al Fundador en la Ciudad eterna.
Aparecen nuevas adversidades en Roma por parte de algunos padres de los primeros miembros italianos de Obra que llegaron a la Santa Sede, con acusaciones graves que no correspondían a la realidad. El fundador no perdió la tranquilidad, informó a la Santa Sede, trabajó y rezó acompañado de sus hijos, y consagró el Opus Dei a la Virgen en 1951 en el santuario de Loreto. Desde Milán el cardenal Schuster, que conocía bien la labor apostólica de la Obra, informó de nuevas acusaciones para desbaratar el Opus Dei llegadas incluso de la Curia romana para apartar a Josemaría Escrivá y separar las dos secciones de hombres y mujeres. Esta vez el cardenal Tedeschini informó al Papa Pío XII que mostró su asombro y le aseguró que no aprobaría ningún cambio en la configuración jurídica del Opus Dei.
El Concilio Vaticano II renovó la pastoral de la Iglesia con varias constituciones y decretos proclamando la llamada a la santidad para todos los fieles y destacando la misión laical de santificarse en el mundo e impulsar la evangelización de las estructuras temporales. El capítulo cuarto de la Lumen Gentium pone las bases para la creación de instituciones que promuevan esa vocacióna la santidad en medio del mundo, como venía haciendo el Opus Dei desde los comienzos, e indica que se abran nuevos caminos para que puedan cumplir la misión apostólica propia, como ocurrirá después con la creación de Prelaturas Personales para hacer efectivas esas labores y organización de sacerdotes para la atención pastoral de los fieles.
Desde el post-concilio
Los años setenta fueron difíciles en la Iglesia por interpretaciones sesgadas del Concilio, y también para el Opus Dei. En efecto, surgieron nuevas dificultades en el ámbito eclesiástico por no entender bien la libertad de que gozan los miembros del Opus Dei en los asuntos temporales, incluidos los modos de llevar a cabo el apostolado en libertad y con iniciativas personales.
Fueron de tal envergadura que el fundador impulsó un Congreso General especial sobre la evolución jurídica de la Obra pero los acuerdos no llegaron al papa Pablo VI. En 1970 decidió un conjunto de peregrinaciones a santuarios marianos para pedir a la Virgen el cese de esos problemas, en particular la que realizó en México ala Virgen de Guadalupe. No pidió sólo por el Opus Dei sino para que se aplicaran de modo correcto las constituciones y decretos del Concilio, pues se habían extendido muchas doctrinas y prácticas contrarias a los documentos conciliares y a la misma fe de la Iglesia.
A partir de entonces Josemaría Escrivá se multiplicó reuniendo a miles de personas a modo de catequesis, escribiendo cartas, y concediendo entrevistas, así como publicar algunos libros. Como es sabido falleció en junio de 1975, siendo beatificado en 1992 y canonizado en junio de 2002. Sus restos descansan en la Iglesia Prelaticia siendo innumerables las personas que acuden a su intercesión.
Como es sabido Álvaro del Portillo ha sido su principal colaborador desde 1935 e impulsor, junto con los Consejos del Opus Dei de la configuración jurídica definitiva como Prelatura Personal que se anunció el 23 de agosto de 1982y se publicó el 28 de noviembre del mismo año mediante la Bula Ut sit de Juan Pablo II en aplicación de las indicaciones de la Lumen Gentium y de Prebiterorum ordinis. Hasta ahora los estatutos determinan los artículos por los que se rige la Prelatura aprobada por la Santa Sede.
Nuevas dificultades surgieron en España y otros países europeos a partir de 1983 con campañas virulentas de difamación contra el Opus Dei en prensa, televisión y radio. Quienes conocían más de cerca el Opus Dei sabían la sinrazón de esas calumnias, aunque en países con menos arraigo hicieron mucho daño como en Alemania y otros países cercanos, a pesar de las informaciones de las oficinas de información de la Prelatura, y de la defensa de quienes la conocían como el cardenal Höfner, arzobispo de Colonia, o participaban en sus labores. La Obra interpuso siete denuncias ante los tribunales civiles a los autores de documentales calumniosos, de las que obtuvo seis sentencias favorables.
En la actualidad
Situados ya en la actualidad, es sabido que el papa Francisco ha remodelado la estructura de la Santa Sede e indicado al Opus Dei que modifique algunos artículos de esos Estatutos y que se integre en el Dicasterio del Clero para las relaciones con la Curia romana de acuerdo con la Constitución Praedicate evangelium, y el motu proprio Ad Charisma tuendum. El Prelado actual Monseñor Fernando Ocáriz ha estudiado con diligencia la adaptación de los Estatutos para presentar la acomodación al requerimiento del Santa Padre.
Aunque tan solo sea un breve paso por el desarrollo y expansión del Opus Dei cualquiera puede comprobar que durante décadas ha pasado por las dificultades ordinarias y extraordinarias propias de muchas instituciones de la Iglesia a lo largo de los siglos.
En disponibilidad y obediencia a la Santa Sede el Opus Dei seguirá expandiéndose en el mundo y creciendo en número de miembros porque para los que aman a Dios todo es para bien, según las palabras del apóstol Pablo. Su fuerza está en la libertad, la caridad y la comunión con el Papa y los obispos unidos, procurando discernir la guía del Espíritu Santo según los tiempos y las vicisitudes de la historia.
Se cumple lo del grano de trigo que cae en buena tierra para dar mucho fruto cuando todavía no ha cumplido cien años desde que Dios sembró esta llamada a la santidad plenamente laical en el corazón de san Josemaría Escrivá. Siempre continuará el eco de que aquella insistencia suya que marca el buen camino: “Omnes cum Petro ad Iesum per Maríam”.
Jesús Ortiz en polifemo.com
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