El acento del Papa sobre la sexualidad humana y la cultura anticonceptiva está en la educación de los valores humanos y en las virtudes.
El Santo Padre Francisco envió un mensaje a los participantes en el Congreso Internacional WOOMB sobre Planificación Familiar Natural, realizado en la Universidad Católica del Sacro Cuore en Roma, del 28 al 29 de abril de 2023.
El congreso se reunió en ocasión de los 70 años en que se propuso el método de la Ovulación Billings. La Organización Mundial sobre este método de ovulación, desarrollado en 1953 por los estudios clínicos de los doctores John y Evelyn Billings, de Australia. El P. Maurice Catarinich, consejero de orientación matrimonial de Melbourne, pidió ayuda al Dr. John para los matrimonios que tenían una razón seria para evitar un embarazo y querían respetar la doctrina moral católica.
El mensaje del Papa Francisco recuerda que la anticoncepción como práctica extendida ha empobrecido a las sociedades, hasta el punto que algunos países corren peligro de colapso demográfico. En el fondo, muchas personas separan la sexualidad de la concepción, dando prioridad al placer y relegan el nacimiento de nuevos hijos al cálculo económico y material. Incluso, la procreación se ve, en muchos casos, como un mal.
El Papa propone una educación seria y necesaria: Vivimos «en un mundo dominado por la visión relativista y banal de la sexualidad humana. En cambio, se pide considerar una mirada antropológica y ética, en la que se profundicen las cuestiones doctrinales, sin simplificaciones indebidas ni cierres rígidos. En particular, conviene tener siempre presente la conexión inseparable entre los significados unitivo y procreativo del acto conyugal» (cf. San Pablo VI, Enc. Humanae Vitae, 12).
Las declaraciones del Papa Francisco decepcionarán inevitablemente a quienes esperaban que se respaldara algo a quienes rechazan la enseñanza del Papa Pablo VI en la encíclica Humanae Vitae, pues propone la doctrina moral de la Iglesia sobre este aspecto del matrimonio y el magisterio de los Papas Pío XI y Pío XII, e insiste en la necesidad de seguir una anticoncepción natural.
El Santo Padre recuerda la petición del S. Pablo VI a los científicos para descubrir nuevas y eficaces formas de regulación de la fertilidad que respeten la ley natural y los principios morales de apertura a la procreación.
Cabe recordar que, según la encíclica Humanae Vitae, el uso de métodos de planificación natural no puede darse sin motivo alguno: «Si para espaciar los nacimientos existen serios motivos, derivados de las condiciones físicas o psicológicas de los cónyuges, o de circunstancias exteriores, la Iglesia enseña que entonces es lícito tener en cuenta los ritmos naturales inmanentes a las funciones generadoras para usar del matrimonio sólo en los periodos infecundos y así regular la natalidad sin ofender los principios morales que acabamos de recordar» (Humanae Vitae 16)
El Papa Francisco reflexiona: «En la segunda mitad del siglo pasado, mientras se extendía la investigación farmacológica para el control de la fertilidad y aumentaba la cultura anticonceptiva, John y Evelyn Billings llevaron a cabo una cuidadosa investigación científica y desarrollaron un método sencillo, accesible a las mujeres y El acento del Papa sobre la sexualidad humana y la cultura anticonceptiva está en la educación de los valores humanos y en las virtudes.
El Santo Padre Francisco envió un mensaje a los participantes en el Congreso Internacional WOOMB sobre Planificación Familiar Natural, realizado en la Universidad Católica del Sacro Cuore en Roma, del 28 al 29 de abril de 2023.
El congreso se reunió en ocasión de los 70 años en que se propuso el método de la Ovulación Billings. La Organización Mundial sobre este método de ovulación, desarrollado en 1953 por los estudios clínicos de los doctores John y Evelyn Billings, de Australia. El P. Maurice Catarinich, consejero de orientación matrimonial de Melbourne, pidió ayuda al Dr. John para los matrimonios que tenían una razón seria para evitar un embarazo y querían respetar la doctrina moral católica.
El mensaje del Papa Francisco recuerda que la anticoncepción como práctica extendida ha empobrecido a las sociedades, hasta el punto que algunos países corren peligro de colapso demográfico. En el fondo, muchas personas separan la sexualidad de la concepción, dando prioridad al placer y relegan el nacimiento de nuevos hijos al cálculo económico y material. Incluso, la procreación se ve, en muchos casos, como un mal.
El Papa propone una educación seria y necesaria: Vivimos «en un mundo dominado por la visión relativista y banal de la sexualidad humana. En cambio, se pide considerar una mirada antropológica y ética, en la que se profundicen las cuestiones doctrinales, sin simplificaciones indebidas ni cierres rígidos. En particular, conviene tener siempre presente la conexión inseparable entre los significados unitivo y procreativo del acto conyugal» (cf. San Pablo VI, Enc. Humanae Vitae, 12).
Las declaraciones del Papa Francisco decepcionarán inevitablemente a quienes esperaban que se respaldara algo a quienes rechazan la enseñanza del Papa Pablo VI en la encíclica Humanae Vitae, pues propone la doctrina moral de la Iglesia sobre este aspecto del matrimonio y el magisterio de los Papas Pío XI y Pío XII, e insiste en la necesidad de seguir una anticoncepción natural.
El Santo Padre recuerda la petición del S. Pablo VI a los científicos para descubrir nuevas y eficaces formas de regulación de la fertilidad que respeten la ley natural y los principios morales de apertura a la procreación.
Cabe recordar que, según la encíclica Humanae Vitae, el uso de métodos de planificación natural no puede darse sin motivo alguno: «Si para espaciar los nacimientos existen serios motivos, derivados de las condiciones físicas o psicológicas de los cónyuges, o de circunstancias exteriores, la Iglesia enseña que entonces es lícito tener en cuenta los ritmos naturales inmanentes a las funciones generadoras para usar del matrimonio sólo en los periodos infecundos y así regular la natalidad sin ofender los principios morales que acabamos de recordar» (Humanae Vitae 16)
El Papa Francisco reflexiona: «En la segunda mitad del siglo pasado, mientras se extendía la investigación farmacológica para el control de la fertilidad y aumentaba la cultura anticonceptiva, John y Evelyn Billings llevaron a cabo una cuidadosa investigación científica y desarrollaron un método sencillo, accesible a las mujeres y a las parejas, para el conocimiento natural de la fertilidad, ofreciéndoles un valioso instrumento para la gestión responsable de las opciones procreativas».
En una sociedad donde prevalece el hedonismo y el individualismo, el Papa subraya la eficacia probada del método Billings y estimula «una seria reflexión» sobre «la necesidad de educar en el valor del cuerpo humano, una visión integrada e integral de la sexualidad humana, la capacidad de apreciar la fecundidad del amor incluso cuando no es fértil, la construcción de una cultura que acoja la vida y las formas de afrontar el problema del colapso demográfico».
«En la raíz de la actual crisis demográfica se encuentra, junto a diversos factores sociales y culturales, un desequilibrio en la visión de la sexualidad».
El acento del Papa sobre la sexualidad humana y la cultura anticonceptiva está en la educación de los valores humanos y en las virtudes. La mentalidad pragmática dominante reduce la solución de las necesidades humanes a la estadística y la ciencia física o química, a la información, olvidando que el ser humano no es un robot que actúa según algoritmos o planes, sino que es un ser libre y con voluntad, también débil y limitado, que triunfa cuando refuerza sus talentos interiores por encima de los recursos materiales: Hay «conexión entre la sexualidad y la vocación fundamental de cada persona, el don de sí mismo, que encuentra una realización particular en el amor conyugal y familiar».
El Papa Francisco ha aprovechado el mensaje al congreso para condenar la manipulación de embriones y la maternidad subrogada. «Hoy, la separación ideológica y práctica de la relación sexual de su potencial generativo, ha dado lugar a la búsqueda de formas alternativas de tener un hijo, ya no a través de las relaciones conyugales, sino mediante el uso de procesos artificiales. Sin embargo, aunque es apropiado ayudar y apoyar el legítimo deseo de concebir con los conocimientos científicos más avanzados y las tecnologías que pueden mejorar la fertilidad, es un error crear embriones de probeta para luego suprimirlos, comerciar con gametos y recurrir a la práctica de la maternidad subrogada».
Rafael Llanes en es.zenit.org
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