Hay veces que hay que hablar claro, sin miedo, porque el que calla bendice. Así que voy a reflexionar en voz alta sobre la Navidad
Diario de Noticias
La Nochebuena que es una noche preciosa si se espera con el alma alicatada para que llegue Dios
Hay veces que hay que hablar claro, sin miedo, porque el que calla bendice. Así que voy a reflexionar en voz alta sobre la Navidad.
Mi primera víctima es Papá Noel. Los míos son los Reyes Magos. Los de toda la vida: Melchor, Gaspar y Baltasar que, además de regios, son una alianza de civilizaciones en camello. Vienen de Oriente, cargados de regalos y, encima, uno de ellos es negro. ¿Quién se resiste a tal perfección? También elimino a los defensores de la corrección política. Los mismos que me mandan una postal con rayas de colores y confusos deseos de igualdad para todos. Me encantan las felicitaciones con su Misterio reglamentario: la Sagrada Familia en el portal de Belén escoltada por la mula y el buey.
Quiero también belenes en las parroquias, que son lo más didáctico que ha inventado la Iglesia en los últimos siglos. Así puedo llevar a los niños y enseñarles quién es quién: Herodes en su castillo, los pastores con su morral o el arcángel san Gabriel dando unas primicias que ya querrían muchos periodistas. Pero sobre todo quiero mostrarles a Dios escondido en el sagrario. De este modo podremos saludar primero al Señor de la casa y luego irnos derechitos a ver al Niño entre pajas.
El acabose sería recuperar los villancicos de siempre. Me da igual el White Christmas que el Adeste fideles. Lo que no aguanto es esa música New Age blandita y sin alma que recuerda al hilo musical del dentista. Yo voto por los villancicos folclóricos con la suegra y la zambomba.
Y recuerde que si falta alguien a su mesa, lo mejor es rezar por él y llorar un poco si tiene que llorar. Pero no ponerse mustio y echarle la culpa a la Navidad. Ni compensa ni sería justo. Las verdaderas Navidades se pasan con la familia en casa y comiendo el día de Navidad lo que sobró la Nochebuena, que es una noche preciosa si se espera con el alma alicatada para que llegue Dios. Misa del Gallo incluida, porque el gallo de esa misa cantará como todos los años.