La caridad se impone sobre la violencia y, por ende, la vida sobre la muerte.
El Congreso del PSOE acepta la nueva proposición de Ley impulsada por el por la cual se añadiría al Código Penal un nuevo artículo con el objetivo de poder castigar con penas de tres meses a un año de prisión al que «hostigue o coarte la libertad de una mujer que pretenda ejercer su derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, promoviendo, favoreciendo, o participando en concentraciones en las proximidades de lugares habilitados para interrumpir embarazos». El pretexto sería que los provida que evitan tantos abortos coartan a las embarazadas, vulneran sus derechos y amenazan sus libertades.
No nos sorprende el movimiento del Gobierno visto lo que está en juego: por un lado su imagen como libertador de las mujeres, lo que no es baladí dado el intenso desgaste que ha sufrido en los últimos tiempos frente a amplios sectores feministas, y por otro lado las reclamaciones de una de sus acérrimas clientelas, los magnates del negocio del aborto, que al ver que 8 de cada 10 mujeres embarazadas que pensaban abortar no lo hace cuando reciben alguna clase de apoyo, ven arriesgar decenas o cientos de millones de euros que podrían seguir haciéndoles ricos”. Es por ello una medida ideológica, que refuerza la ley del más fuerte, y una medida proteccionista de un oligopolio muy particular.
Con esta medida ideológica y proteccionista de un oscuro negocio no sólo protege intereses espurios y no basados en el bien común, sino que además lo canaliza mediante la fuerza del Estado cercenando de raíz derechos fundamentales (como la libertad de expresión o la de reunión) de todos los ciudadanos, ya que cualquiera de ellos podría acudir a un abortorio a charlar tranquilamente y ofrecer su apoyo a la mujer que se plantea abortar. Siendo así, la coacción no la sufre la mujer que se acerca a abortar, sino todas y cada una de las personas que pasan por este país, españoles o no, dado que ven mermados (esta vez sí) derechos fundamentales para la existencia de una sociedad libre y democrática.
Por último, no queremos dejar pasar la oportunidad de felicitar a todos y cada uno de los que durante los últimos 40 años en algún momento, cerca de un abortorio o desde la distancia, han ofrecido su sonrisa y su apoyo a una mujer embarazada. Si un Gobierno y un grupo de empresarios tan poderoso y rico como el del aborto necesitan de coacción para parar las “deserciones” de mujeres que se planteaban abortar es que algo estamos haciendo bien, que la caridad se impone sobre la violencia y, por ende, la vida sobre la muerte.
Desde el Foro de la Familia animamos a revisar el ANÁLISIS que hemos realizado sobre la Proposición de Ley Orgánica presentada el 12 de mayo de 2021 por el Grupo Parlamentario Socialista.