La labor social que ha realizado Tajamar desde 1958 ha conseguido un desarrollo sustancial en Vallecas.
Tajamar empieza en Vallecas en 1958 por deseo expreso de san Josemaría. Vallecas era un barrio lleno de pobreza y sin colegios. Un año antes se había constituido el Club Deportivo, con sede en un gimnasio en la calle Eduardo Requena.
Vallecas en aquella época contaba, según datos del Ayuntamiento, con 150.000 habitantes – realmente eran bastantes más – y 13.000 niños del barrio estaban sin escolarizar y no había ningún centro de educativo de Enseñanza Media. Si alguien quería estudiar el Bachillerato tenía que salir de Vallecas, cosa que casi nadie hacía.
Inicialmente se empieza como un centro donde se puede cursar el Bachillerato General Elemental. Al principio se alquilaron unos locales en la Colonia Erillas y se comenzaron las clases el 12 de febrero. Al año siguiente se llenó el cupo para los dos primeros cursos y se utilizó de forma provisional una vaquería, cercana a los terrenos del futuro Tajamar. A finales de 1961 se hizo el traslado a la sede definitiva. El cambio se hizo de manera muy natural: las clases comenzaron por la mañana en la vaquería y por la tarde los propios alumnos ayudaron en la mudanza de los pupitres a las nuevas instalaciones. Eran unos cuatrocientos metros de camino y todo discurrió con rapidez y orden, encantados todos de ser los primeros en estrenar las nuevas instalaciones.
Gracias a la generosidad de muchas personas se realizó la primera fase del proyecto: tres pabellones con tres aulas cada uno, además de un taller y otras dependencias. Todo se construyó de ladrillo visto, procurando dar a cada pabellón una orientación adecuada para recibir abundante luz y que los alumnos estuvieran rodeados de espacios abiertos en todo momento.
Ya en ese curso se comienza también el Bachillerato Laboral con el fin de que algunos alumnos puedan convertirse pronto en unos buenos profesionales. Es el comienzo de la Formación Profesional. Posteriormente en 1967 se empezó con las Artes Gráficas, convirtiendo a Tajamar en centro de referencia internacional en este campo. Una magnífica oportunidad para los jóvenes de Vallecas.
En las mismas aulas donde estudian sus hijos, algunos padres se matriculan y empiezan con el Bachillerato nocturno. También aquellos alumnos que son más mayores y que necesitan trabajar, optan por esta posibilidad.
En el año 1967 también se crea el Centro de Educación Permanente de Adultos (CEP). Eran cursos patrocinados por el Ministerio de Trabajo y tenían por objeto una mayor capacitación para obreros en paro real o potencial, siendo la edad mínima exigida de 18 años.
Un resumen de aquello primera década de la labor de Tajamar se resume en unas palabras de San Josemaría, en una tertulia que tuvo con las familias, en el año 1967, explicando lo que se hacía en el colegio: “donde hay pobreza, donde hay falta de trabajo, donde hay tristeza, donde hay dolor, para que el dolor se lleve con alegría, para que la pobreza desaparezca, para que no falte trabajo −porque formamos a la gente de manera que lo puedan tener−, para que metamos a Cristo en la vida de cada uno, en la medida que quiera, porque somos muy amigos de la libertad”.
En una reciente entrevista al Director del colegio, Nacho San Román, comentaba al respecto “el centro educativo colabora durante todo el año con diferentes entidades de nuestro entorno que trabajan con personas necesitadas, desde Cáritas hasta la Cruz Roja, el Secretariado Gitano o diferentes comedores sociales públicos y privados. Por ejemplo, si el Secretariado Gitano tiene una necesidad porque les han quemado un aula, pues nos llaman e intentamos buscar unas mesas o ayudarles en lo que podamos”.
Desde los Clubes juveniles también se realizan actividades – por ejemplo, visitar a personas que necesitan diverso tipo de ayuda por enfermedad, soledad, etc. – para que los chavales conozcan la realidad en la que viven esas personas y puedan colaborar con su cariño y con su tiempo a mitigar de alguna forma las carencias que padecen.
En el año 2004 se empiezan las actuaciones de voluntariado colaborando en el Hospital Monkole, de Kinshasa (República Democrática del Congo). Desde el año 2012, varios antiguos alumnos de Tajamar “pasan sus vacaciones de verano” colaborando en el Hospital.
En el mismo artículo citado más arriba se describe la actividad de voluntariado que se realiza en Navidad: desde Tajamar, se desarrollan dos grandes iniciativas solidarias: el reparto de juguetes entre más de 1.200 niños en exclusión social, en su mayoría procedentes de Cañada Real, y una treintena de cenas de Navidad a las que asisten cerca de 3.000 personas.
En 1964 el arzobispo de Madrid D. Casimiro Morcillo convirtió el antiguo barracón de cien metros cuadrados en iglesia parroquial y su párroco D. José Luis Saura propició la cooperativa Nuestra Señora del Cerro para levantar 1.180 viviendas, con amplísimas facilidades de pago.
En 1979 la iglesia-barracón dio paso a un templo digno, bendecido por el Excmo. Sr. Cardenal D. Vicente Enrique Tarancón, en noviembre de ese mismo año.
La parroquia está en un barrio de reciente formación: algunas familias viven en el barrio desde 1950 o antes, y otros han llegado más tarde, procedentes de inmigraciones rurales de diversas regiones españolas. En total, en los límites de la parroquia viven unas 10.000 personas.
En los términos de la Parroquia hay una Residencia para personas mayores de la Comunidad de Madrid, con 200 plazas de capacidad, en la que todos los domingos celebra la Santa Misa un sacerdote de la Parroquia.
Pertenece al arciprestazgo de Nuestra Señora de los Álamos, dentro en la Vicaría Cuarta, de la diócesis de Madrid.
Desde el comienzo de la Parroquia la atención pastoral está confiada a sacerdotes del Opus Dei.
Los Estatutos de la Prelatura del Opus Dei contemplan la posibilidad de que, si parece oportuno, y por medio de los adecuados convenios entre el Prelado y el Obispo del lugar, la Prelatura asuma la atención pastoral de alguna iglesia pública. La labor de estas iglesias se inserta en la pastoral diocesana conforme a las disposiciones generales del Obispo respecto a las iglesias llevadas por el clero secular.
Tajamar y la Parroquia son dos buenos vecinos. En ambos casos los sacerdotes que intervienen son del Opus Dei.
Muchos feligreses de San Alberto son familias cuyos hijos estudian en Tajamar.
En el año 1972 se realizaron filmaciones de los encuentros que San Josemaría tuvo con gente muy diversa, en Tajamar. Los profesionales que formaron parte de esos
rodajes y que continuaron trabajando en la edición, montaje y distribución de esas grabaciones constituyen el origen profesional de Beta Films.
Quizás por este motivo está ubicada dentro del colegio. Tajamar mantiene, desde entonces, una estrecha y larga relación profesional y, además, le alquila unos espacios para que puedan realizar su trabajo.
Redacción (extracto sacado de la página web de esta Fundación), fundaciontajamar.es/
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