Para hacer algo bueno, primero debo liberarme del mal
Bueno o malo
Independiente de la religión, su fe o credo, el objetivo de una persona es – probablemente promover algo que es bueno, que brinda libertad, alegría, paz, prosperidad y progreso, que ayuda en la cimentación de una mejor comunidad, crea mejores personas y construye buenas relaciones entre las personas y naciones.
Sin embargo, si quiero crear algo bueno debo, en primer lugar, ser liberado de todo aquello que se opone al bien, el mal. Y para vencer el mal de este mundo debo, en primer lugar, vencer el mal en mí mismo.
Una buena fuente o una mala
Todo lo bueno en este mundo tiene su origen en una buena fuente, y todo lo malo en una fuente mala. "Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo." Dice el apóstol Pablo en Rm 7, 18. Y eso por ello el evangelio que el cristianismo proclama es la cruz sobre esta carne, que es una fuente del maldad. Ga 5, 24. El bien promueve desarrollo, prosperidad y creatividad, el mal en cambio causa estancamiento, aislamiento, espanto y pasividad.
"No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos." Mt 7, 18. "Por sus frutos los conoceréis." Versículo 16. El mensaje celestial con el cual vino Jesús, transforma todo árbol malo en bueno. Los buenos frutos vienen porque el árbol ha recibido conexión con una buena fuente, de donde extrae la savia y alimento. La buena fuente es la Palabra de Dios y el Espíritu Santo.
Efectos positivos o negativos
"Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas." Dice el apóstol Pablo en Col 3, 19. Podemos preguntar: ¿Qué efectos positivos tienen las palabras dichas con ira y amargura en el matrimonio o en cualquier otra relación? Las palabras ásperas crean una atmósfera sombría y opresiva, nada bueno, y mucho menos aportan una solución al problema. La causa de los problemas es porque uno todavía no ha sido liberado del mal.
Al reconocer la verdad, descubrimos que son nuestros propios deseos y exigencias que nos obstaculizan. Cuando uno es libre del amor propio, ¡recibe parte en este amor que es una fuerza positiva que derrite corazones congelados, derriba muros, une a los que están separados, construye relaciones e inspira confianza y seguridad! Por lo tanto: ¡Haz crecer lo positivo! ¡Haz crecer todo lo que es bueno!
La lengua como una herramienta
"La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos." Pr 18, 21. Con la lengua puedes matar la alegría y la paz, así como la duda y desconfianza, y con la lengua puedes crear una buena atmósfera, un buen ambiente de trabajo, crear esperanza y fe, dar ánimo y apoyo, crear confianza y seguridad. Todas las personas tienen que comer (vivir con) de los frutos (consecuencias) de sus palabras.
Las represalias y la venganza
Pablo escribe en Rm 12, 17.21: "No paguéis a nadie mal por mal ¡procurad lo bueno delante de todos los hombres!… No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.
Las represalias y la venganza entre los hombres jamás han producido algo bueno en este mundo. La venganza es del Señor. Este es Su asunto, Su área. Por esta razón, vale la pena no dar lugar a esto en nuestros pensamientos, y mucho menos expresar algún sentimiento de castigo o venganza sobre otra persona, independiente de lo que haya hecho. Mejor es pensar en lo que ha uno se le ha perdonado y que Jesús, el Hijo de Dios, "ha dado su vida en propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo." 1Jn 2, 2.
"Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama." Lc 7, 47.
¡Así pues, no puedes lograr nada bueno por medio del mal!