Escrito por Valentina Alazraki / Álvaro Sánchez León
“Francisco es un buen pastor que se vuelca con las personas que buscan su camino, sin preguntar cuántas veces han tropezado”
Hace 47 años que Valentina Alazraki habla desde Roma a México y al mundo. Lleva en el aire todos estos lustros contando Italia en Televisa. Desde los postres de Pablo VI, cuando solo ella y Paloma Gómez Borrero calzaban tacones en la Sala Stampa. Se fue haciendo al terreno de juego de la ciudad eterna, del Vaticano, de la Santa Sede. Desde entonces, muchas historias, muchos directos, muchas entrevistas, una sonrisa perenne y un prestigio como la cúpula de san Pedro. Más o menos.
Ha vivido en primera fila la historia de cinco papas: sus cónclaves, sus viajes, sus exhortaciones, sus encíclicas, sus ilusiones, sus preocupaciones, sus tejes y sus manejes. Es la decana de los corresponsales en el Vaticano, aunque en realidad, por estos pasillos de la Santa Sede la conocen como “la emperatriz”.