Una historia así es tan anormal en la literatura moderna que, aunque no sea más que por original, hay que leerla
El libro “El señor Marbury”, de Antonio Paredes, no sé si se podría llamar novela, porque no tiene trama de tal, y tampoco vamos a tildarlo de biografía, aunque a eso huele más. Nos quedaremos con narrativa, pero se puede decir, antes que nada, que es un libro único. Sí, porque hoy en día no se ven muchas familias numerosas por la vida, y ninguna en novelas o en películas. Es como si fuera algo malo o rechazable. Por eso me ha gustado más, porque es un libro distinto, que no sorprende excesivamente a quienes conocemos familias numerosas.
Hoy hablar de familia numerosa es decir, casi siempre, familia católica. Y en la familia Marbury lo normal es ir a misa los domingos y rezar por la noche, etc. De estas cosas se habla con total naturalidad y, por el contrario, que difícil es encontrar una novela o una película en las que, como natural, aparezca un ambiente cristiano, concretamente católico.
Claro, las cosas que ocurren en una familia así son divertidas, amables, con un nivel importante de comprensión, pero sobre todo son divertidas, porque de los defectos surge una carcajada, de los excesos, una mirada amorosa. De la pereza un aspaviento de “y yo más”, porque pereza hay en las familias, y hay que erradicarla con paciencia, con dotes de educación que no se improvisan.
El libro está lleno de anecdotillas divertidas que surgen de la ingenuidad de una niña de 5 años. Las preguntas despreocupadas que una niña de 8 años le hace a su madre, para el espectador ajeno son de partirse de risa, porque la ingenuidad de la infancia es algo maravilloso. No es que haga falta comprensión, ni necesita corrección, simplemente uno se ríe. Y así es este libro y por eso no podemos desechar la probabilidad de que el noventa por ciento sea biográfico. Aunque tenga algún retoquillo literario.
Es ingenuidad, naturalidad y frescura que solo se puede dar en una familia de cinco mujeres, mamá y cuatro niñas, y un hombre, que en ningún momento pretende hacerse el jefe o el educador. Más bien observa.
Me parece que es el tipo de libro que muestra un ejemplo bello, con los defectos lógicos de unos y otros, pero con la armonía de la caridad que lo funda todo. Una historia así es tan anormal en la literatura moderna que, aunque no sea más que por original, hay que leerla. No busquemos una perfección habitual en la literatura, aunque el autor escribe muy bien, no es el caso de que vayamos a encontrar una historia con un final sorprendente. No. Es una historia normalita, con la normalidad que hay en un hogar con cuatro niñas en edad infantil.
Me he divertido. Además, es claramente atrayente e imitable. La actitud de apertura a la vida y de capacidad de sacrificio es atrayente. Aunque el autor ha situado la historia en una ciudad inglesa, huele totalmente a ciudad española. Como mucho podríamos pensar en Italia, pero con los datos del autor y los gustos del personal, sabemos que es España y, por otra parte, en pocos lugares te Europa te vas a encontrar una familia numerosa del estilo, por desgracia.
Lo recomiendo totalmente, especialmente a novios o recién casados. A veces hace falta un baño de buen humor y sensatez, con un toquecillo trascendente, para entender muchas cosas y animarse a ser heroico. Porque los héroes de hoy son los padres capaces de más de dos hijos.