La sonrisa con que nos atiende el cardenal George Pell en su apartamento de Roma refleja bien su estado de ánimo
Nadie diría que hace pocos meses se encontraba en prisión, acusado de unos delitos que no había cometido. Los 404 días en prisión le han reforzado una idea...
“El mensaje cristiano funciona. Las enseñanzas de Jesús son auténticas y dan fruto de vida y fortaleza. La importancia del perdón, empeñarse en pedir perdón es bueno para la paz de tu corazón y de tu mente”.
Han sido meses muy duros. El cardenal de 79 años no se imaginaba que podrían declararlo culpable siendo inocente y con un único testigo en su contra.
“Reaccioné con incredulidad. Nunca pensé que pudiera ocurrir algo así. No solo mis abogados, otros abogados independientes decían que el caso que se iba a presentar a juicio era ridículo. Es imposible (cometer abusos) en (medio de) una gran catedral”.
Cuenta que en prisión, en una celda aislada, siguió una rutina diaria. Rezaba, hacía ejercicios, leía y veía televisión. Encontró mucho consuelo en la lectura de las 4 mil cartas que recibió.
“Intenté responder a todas las cartas que me enviaron prisioneros. Luego respondí a muy pocos más. Con el dinero que recibía, 140 dólares al mes, tenía que pagar también el teléfono. No me daba ni para comprar un periódico local. No tenía dinero suficiente para responder con sobres y sellos a esas 4.000 personas que me escribieron”.
Asegura que en aquellos momentos difíciles recibió el apoyo del arzobispo de Sidney, de su familia y de dos personas muy especiales.
“El Papa Francisco me ha respaldado con firmeza durante estos problemas y ha sido muy amable cuando lo he encontrado. Estoy muy agradecido por su apoyo y también por el del Papa Benedicto”.
En este proceso, el cardenal Pell no deja de esperar que se descubra toda la verdad de su caso, incluso si personas que se oponían a su gestión en el Vaticano de alguna forma enviaron fondos para que fuera procesado en Australia.
“Creo que la verdad es una hija del tiempo, un fruto del tiempo. Demos un poco de tiempo y estaremos un poco mejor informados de esto”.
Durante los meses que pasó en prisión escribió un diario. Ahora lo hace público. Dice que le ayudó en la adversidad y que ahora puede ayudar a otras personas a entender el sentido del sufrimiento.
Fuente: romereports.com
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