La defensa de derechos como es el derecho a la vida no debería tener ni colores ni ideologías. Aquellos que nos dieron la vida necesitan luchar por la suya hasta el final, con justicia y dignidad
Bajo la premisa de «eliminar el sufrimiento, sí pero eliminar al que sufre, no», la ‘plataforma Los 7000’ ha recogido el sentir y el temor de más de 100 representantes de todos los ámbitos de la vida pública. Entre ellos, destacan políticos, periodistas, médicos y profesionales de los cuidados paliativos que, con su firma, dicen no a la decisión del actual Gobierno de imponer una ley que legalice la eutanasia.
Los firmantes sostienen que lo realmente importante para detener el sufrimiento del enfermo no es la muerte, sino la existencia de leyes que protejan la vida, principalmente la de los colectivos más vulnerables, como es el de nuestros mayores. Un trato digno y justo que asegure una asistencia médica y hospitalaria.
Necesitamos leyes que protejan la vida,
en especial, la de las personas mayores
Necesitamos con urgencia un plan de cuidados paliativos,
garantía necesaria para evitar el sufrimiento
Lo necesario, lo que la sociedad reclama, es ofrecer
a todo ser humano
un final digno y bienaventurado de su vida
Lo que realmente se ofrece es morir
entre sufrimientos o a manos del médico
La eutanasia forma parte del problema, no de la solución,
porque el fin para una vida digna es la conjunción de
la compañía solícita y de
los pertinentes cuidados paliativos
La defensa de derechos como es el derecho a la vida no debería tener ni colores ni ideologías. Sin embargo, convivimos con una izquierda que parece empeñada en rememorar viejos conflictos de las dos Españas. Pero ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
Francisco Vázquez ocupó la alcaldía de La Coruña con el PSOE durante nueve legislaturas, además de haber sido, entre otras responsabilidades, embajador de España ante la Santa Sede. Vázquez es una de las personalidades que han firmado el manifiesto. Afirma que «no hay nada más progresista que defender la vida y defender al débil» y reconoce que el motivo fundamental para haber llegado a esta situación tan peligrosa es «el haber perdido la batalla conceptual».
José Luis Corcuera fue ministro del Interior con el Gobierno de Felipe González entre 1988 y 1993. Para él, el motivo de esta polarización reside en que nos encontramos con «un país donde, por desgracia, se ha abierto la veda que tratamos de cerrar en la Transición política española de 1978 y donde hay auténticos expertos en dividir a la sociedad».
María San Gil es actualmente vicepresidenta de la Fundación Villacisneros. Desarrolló su carrera política en el País Vasco, tanto en el Ayuntamiento de San Sebastián como en el Parlamento autonómico. Conoce muy de cerca lo que significan los totalitarismos. Por ello, no duda en asegurar que «tenemos un Gobierno totalitario que hace del aborto y la eutanasia sus banderas». Echa de menos «una oposición firme y contundente que defienda −ideológica y pedagógicamente− lo más sagrado que tenemos, que es la vida».
Está en nuestra mano responder con argumentos y desmontar las telarañas de la división y la confrontación que pretenden desde el Ejecutivo. Por ello, Rosa Visiedo, rectora de la Universidad CEU San Pablo, asegura que «no tener en cuenta que hay cuestiones que están por encima de cualquier consideración ideológica, como es el caso de la eutanasia, es una forma de manipulación que una sociedad bien informada no debería permitir».
La Organización Mundial de la Salud define los cuidados paliativos como «el enfoque que mejora la calidad de vida de pacientes y familias que se enfrentan a los problemas asociados con enfermedades avanzadas, a través de la prevención y alivio del sufrimiento por medio de la identificación temprana y evaluación y tratamiento del dolor y otros problemas, físicos, psicológicos y espirituales». Los firmantes del manifiesto abogan por la instauración de leyes que protejan la vida y den al enfermo un trato digno y justo.
Para Manuel Martínez-Sellés, presidente del Colegio de Médicos de Madrid, esta ley «resulta particularmente inoportuna en esta situación de pandemia». Además, refleja los datos que aporta nuestro país en cuidados paliativos: «En el último Atlas Europeo de Cuidados Paliativos se recomiendan dos servicios de cuidados paliativos por cada cien mil habitantes. Nosotros tenemos 0,6, es decir, no llegamos ni a la mitad».
Carmen Fernández de la Cigoña, directora del Instituto CEU de Estudios de la Familia, recuerda que los cuidados paliativos «atienden al enfermo de manera integral: reducen o eliminan el dolor, se preocupan por su estado anímico, buscan el acompañamiento espiritual de todos los que los solicitan, atienden a sus familias y las acompañan también, velan por sus distintas necesidades»
Aquellos que nos dieron la vida necesitan luchar por la suya hasta el final, con justicia y dignidad. Luchemos por ello y por ellos.
David Vicente Casado
Fuente: eldebatedehoy.es.
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