El Papa habla con periodistas en vuelo de regreso a Roma
Durante su vuelo de regreso desde Marruecos, el Papa se reunió 45 minutos con los periodistas y afrontó cuestiones como la situación de los cristianos en países musulmanes, la emigración o por qué todavía no ha sancionado a un cardenal juzgado por no haber denunciado abusos.
GISOTTI: Buenas tardes Santo Padre, buenas tardes a todos. Tenemos un vuelo más breve de lo previsto, pero pienso que os gustará una mayor facilidad para volver a casa y, por tanto, también la conferencia de prensa será un poco más breve. Por lo que sólo añadiré en la introducción, Santo Padre: que ayer decíamos “servidor de la esperanza”, y hemos visto la alegría, la esperanza, de tantísimos jóvenes; y eso es bonito a pocos días de la firma de la “Christus vivit”, que en dos días se publicará; por tanto, eso es una buena señal que nos viene de Marruecos. No sé si quiere Usted añadir algo antes de pasar a las preguntas.
Santo Padre: Os agradezco la compañía, el viaje, vuestro trabajo, ha sido tan agotador porque en un día y medio había tantas cosas. Gracias por vuestro trabajo. Y ahora estoy a vuestra disposición.
SIHAM TOUFIKI, Agencia Map (en francés): Ha habido momentos muy fuertes en esta visita y mensajes impactantes. Esta visita ha sido un acto excepcional e histórico para el pueblo marroquí… La pregunta es: ¿cuáles serán los frutos de esta visita para el futuro, para la paz en el mundo y para la convivencia de diálogo entre culturas?
Diría que ahora hay flores, ¡los frutos vendrán después! Pero las flores son prometedoras. Estoy contento, porque en estos dos viajes [Emiratos Árabes Unidos y Marruecos] he podido hablar de esta realidad que me preocupa tanto, mucho, que es la paz, la unidad, la fraternidad. Con los hermanos y hermanas musulmanes sellamos esa fraternidad en el Documento de Abu Dhabi, y aquí en Marruecos con lo que todos hemos visto: una libertad, una fraternidad, una acogida; todos hermanos con un respeto tan grande. Y eso es una bonita “flor”, una bella flor de convivencia que promete dar frutos. ¡No debemos aflojar! Es verdad que todavía habrá dificultades, habrá tantas dificultades porque desgraciadamente hay grupos intransigentes. Y esto quería decirlo claramente: en toda religión hay siempre un grupo integrista que no quiere avanzar y vive de recuerdos amargos, de luchas pasadas y busca más bien la guerra y siembra el miedo. Hemos visto que es más bonito sembrar esperanza, sembrar esperanza y caminar de la mano, siempre adelante. Hemos visto que en el diálogo con vosotros aquí en Marruecos hacen falta puentes, y nos duele cuando vemos personas que prefieren construir muros. ¿Por qué nos duele? Porque los que construyen muros acabarán prisioneros de los muros que construyen. En cambio, los que construyen puentes llegarán muy adelante. Construir puentes es para mí una cosa que va casi más allá de lo humano, porque hace falta un esfuerzo muy grande. Me llamó mucho la atención una frase del escritor Ivo Andrić, en la novela El puente sobre el Drina: dice que el puente lo hace Dios con las alas de los ángeles para que los hombres se comuniquen, entre las montañas y las orillas de un río, para que los hombres se puedan comunicar entre sí. El puente es para la comunicación humana. Eso es bellísimo y lo he visto en Marruecos. En cambio los muros son contra la comunicación, son para el aislamiento, y se acaba prisioneros de esos muros... Así que, resumiendo: los frutos no se ven pero se ven tantas flores que darán frutos. Vayamos adelante así.
NADIA HAMMOUCHI, TV 2M (en francés): Santidad, ha estado dos días en tierra del Islam. Usted es el jefe de la Iglesia Católica y ha estado con el Rey de Marruecos que es el Comandante de los creyentes. Han tenido tiempo para un intercambio, para dialogar en el marco de ese necesario reacercamiento entre religiones, entre culturas, y también han firmado algo concreto respecto a Jerusalén. ¿En qué sentido esta visita, con todos los momentos fuertes que ha tenido, puede reforzar el diálogo, el empuje y la relación entre el Jefe de la Iglesia Católica y el Comandante de los creyentes en Marruecos?
Siempre, cuando hay un diálogo fraterno, hay una relación a varios niveles. Permitidme una imagen: el diálogo no puede ser “de laboratorio”, debe ser humano, y si es humano es con la mente, con el corazón y con las manos, y así se hacen los pactos y se firman. Por ejemplo, el Llamamiento común sobre Jerusalén ha sido un paso adelante dado no por una autoridad de Marruecos y una autoridad del Vaticano, sino por hermanos creyentes que sufren viendo esa “Ciudad de la esperanza” no ser aún tan universal como todos queremos: judíos, musulmanes y cristianos. Todos queremos eso. Y por eso hemos firmado ese deseo: más que un acuerdo es un deseo, un llamamiento a la fraternidad religiosa que está simbolizada por esa ciudad que es toda “nuestra”. Todos somos ciudadanos de Jerusalén, todos los creyentes. No sé si esa era la pregunta que usted quería hacerme. Me ha gustado también el encuentro con algunos líderes religiosos respetuosos y deseosos de dialogar. Vuestros líderes religiosos son fraternos, son abiertos, y eso es una gracia. Sigamos adelante por ese camino.
NICOLAS SENEZE, La Croix: Buenas tardes, Santo Padre. Ayer el Rey de Marruecos dijo que protegerá a los judíos marroquíes y a los cristianos de otros países que vivan en Marruecos. Hago la pregunta por los musulmanes que se convierten al cristianismo: me gustaría saber si está preocupado por esos hombres y mujeres que corren riesgo de prisión o −en algunos países musulmanes como los Emiratos, que Usted visitó− de muerte. Y una pregunta −un poco pilla− sobre el cardenal Barbarin que nació en Rabat, donde hemos estado dos días… es un poco “con calzador”, lo sé. Esta semana el Consejo de la diócesis de Lyon ha votado casi por unanimidad que se halle una solución duradera a su retiro. Dejando aparte la suerte judicial del Cardenal, quería saber si es posible para Usted, que es tan aficionado a la sinodalidad de la Iglesia, escuchar ese llamamiento de una diócesis en una situación tan difícil.
Puedo decir que en Marruecos hay libertad de culto, hay libertad religiosa, hay libertad de pertenencia a un credo religioso. Luego, la libertad siempre se desarrolla, crece… Piensa a los cristianos de hace 300 años, si había esa libertad que hoy tenemos. La fe crece en conciencia, en la capacidad de entenderse a sí misma. Un monje francés, Vicente de Lerins, del siglo V, acuñó una expresión bellísima para explicar cómo se puede crecer en la fe, explicar mejor las cosas, crecer también en la moral, pero siempre siendo fieles a las raíces. Dijo tres palabras que marcan la senda: dice que crecer en la explicitación y en la conciencia de la fe y de la moral debe ser “ut annis consolidetur, dilatetur tempore, sublimetur aetate”, o sea, el crecimiento debe ser consolidado en los años, dilatado en el tiempo, pero es la misma fe que es sublimada con los años. Así se entiende, por ejemplo, que hoy hayamos quitado del Catecismo de la Iglesia Católica la pena de muerte. Hace 300 años quemábamos vivos a los herejes. Porque la Iglesia ha crecido en la conciencia moral, en el respeto de la persona. Y la libertad de culto crece también, aunque debemos continuar creciendo. Hay católicos que no aceptan lo que el Vaticano II dijo sobre la libertad de culto, sobre la libertad de conciencia. Hay católicos que no lo aceptan. También nosotros tenemos ese problema. Y también los hermanos musulmanes crecen en la conciencia, y algunos países no entienden bien o no crecen como otros. En Marruecos hay ese crecimiento. En esa línea está el problema de la conversión: algunos países aún no la prevén. No sé si está prohibida, pero en la práctica lo está. Otros países como Marruecos no tienen ese problema, son más abiertos, más respetuosos y buscan un cierto modo de proceder con discreción. Otros países, con cuyos representantes he hablado, dicen: nosotros no tenemos problema, pero preferimos que el bautismo lo hagan fuera del país y vuelvan cristianos. Son modos de progresar en la libertad de conciencia y en la libertad de culto. Pero a mí me preocupa otra cosa: el retroceso de los cristianos cuando quitamos la libertad de conciencia: piensa en los médicos y en las instituciones hospitalarias cristianas que no tienen el derecho a la objeción de conciencia, por ejemplo para la eutanasia. ¿Cómo? ¿La Iglesia va adelante y los países cristianos van para atrás? Pensad en eso porque es la verdad. Hoy los cristianos tenemos el peligro de que algunos gobiernos nos quieten la libertad de conciencia, que es el primer paso para la libertad de culto. No es fácil la respuesta, pero no acusemos a los musulmanes, acusémonos también a nosotros mismos por esos países donde pasa eso que nos debe avergonzar.
Luego, sobre el Cardenal Barbarin. Él, hombre de Iglesia, ha presentado la dimisión, pero yo no puedo moralmente aceptarla porque jurídicamente, también en la jurisprudencia mundial clásica, existe la presunción de inocencia, durante el tiempo en que la causa está abierta. Él ha hecho recurso de apelación y la causa está abierta. Cuando el segundo tribunal dé la sentencia veremos qué pasa. Pero siempre está la presunción de inocencia. Esto es importante porque va contra la superficial condena mediática: “Ha hecho esto…”. Pero mira bien: ¿qué dice la jurisprudencia? Que si una causa está abierta existe la presunción de inocencia. Quizá no es inocente, pero está la presunción. Una vez hablé de un caso en España, cómo la condena mediática arruinó la vida de algunos sacerdotes que luego fueron juzgados inocentes. Antes de hacer una condena mediática hay que pensárselo dos veces. No sé si he respondido. Él ha preferido honestamente decir: “Yo me retiro, tomo un despido voluntario y dejo al vicario general que gestione la archidiócesis hasta que el tribunal dé la sentencia final”. ¿De acuerdo? Gracias.
CRISTINA CABREJAS, Agencia Efe: Buenas tardes, Papa Francisco. La pregunta la hago en italiano. En el discurso de ayer a las autoridades dijo que el fenómeno migratorio no se resuelve con barreras físicas, pero aquí en Marruecos España ha construido dos barreras con cuchillas cortantes para herir a los que las quieran saltar. Ha conocido a alguno de ellos en algún encuentro. Y el Presidente Trump en estos días ha dicho que quiere cerrar completamente las fronteras y además suspender las ayudas a tres países centroamericanos. ¿Qué le gustaría decir a esos gobernantes, a esos políticos que defienden todavía esas decisiones? Gracias.
Sobre todo lo que dije hace un momento: los constructores de muros, sean de acero con cuchillas o de ladrillos, acabarán prisioneros de los muros que levantan. Eso los primero. La historia dirá. Segundo: Jordi Évole, cuando me entrevistó, me mostró un pedazo de ese alambre con cuchillas. Te digo sinceramente, quedé impactado y luego cuando se fue, lloré. Lloré porque no entra en mi cabeza ni en mi corazón tanta crueldad. No entra en mi cabeza ni en mi corazón ver ahogarse en el Mediterráneo y hacer un muro en los puertos. Ese no es el modo de resolver el grave problema de la inmigración. Yo comprendo: un gobierno, con ese problema tiene la patata caliente en las manos, pero debe resolverlo humanamente. Cuando vi ese alambre, con cuchillas, parecía increíble. Luego una vez tuve la posibilidad de ver una grabación hecha en una cárcel, de refugiados que son devueltos. Cárceles no oficiales, cárceles de traficantes. Si quieres, puedo enviártelo. Hacen sufrir… hacen sufrir. Las mujeres y los niños los venden, quedan los hombres. Y las torturas que se ven grabadas allí son para no creerlas. Fue una grabación clandestina, a escondidas. Así que, yo no dejo entrar, es verdad, porque no tengo sitio, pero hay otros países, está la Unión Europea. Hay que hablar, la Unión Europea entera. ¿No los dejo entrar y los dejo ahogarse o los expulso sabiendo que muchos de ellos caerán en manos de esos traficantes que venderán a las mujeres y a los niños y matarán o torturarán para hacer esclavos a los hombres? Esa grabación está a vuestra disposición. Una vez hablé con un gobernante, un hombre al que respeto y diré su nombre, Alexis Tsipras. Y hablando de esto y de los acuerdos para no dejar entrar, me explicó las dificultades, pero al final me habló con el corazón y dijo esta frase: “Los derechos humanos son antes que los acuerdos”. Esa frase merece el premio Nobel.
MICHAL WERNER SCHRAMM, ARD Roma: Pido perdón porque mi italiano no es bueno, perdonad. Mi pregunta: Usted combate desde hace años para proteger y ayudar a los inmigrantes, como ha hecho en los últimos días en Marruecos. La política europea va exactamente en la dirección opuesta. Europa se convierte en un bastión contra los inmigrantes. Esa política refleja la opinión de los electores. La mayoría de esos electores son cristianos católicos. ¿Cómo se siente Usted con esta triste situación?
Es cierto que tanta gente de buena voluntad, no solo católicos, sino gente buena, de buena voluntad es un poco presa del miedo, que es la “predicación” usual de los populismos: el miedo. Se siembra miedo y luego se toman las decisiones. El miedo es el inicio de las dictaduras. Vayamos al siglo pasado, a la caída de la República de Weimar, esto lo repito a menudo. Alemania tenía necesidad de una vía de salida y, con promesas y miedos, Hitler fue adelante. Conocemos el resultado. ¡Aprendamos de la historia! Eso no es una novedad: sembrar miedo y hacer una colecta de crueldad, de cierres y también de esterilidad. Pensad en el invierno demográfico de Europa. También los que vivimos en Italia: bajo cero. Pensad en la falta de memoria histórica: Europa está hecha de migraciones y esa es su riqueza. Pensemos en la generosidad de tantos países, que hoy llaman a la puerta de Europa, con los inmigrantes europeos del 84 en adelante, las dos posguerras, en masa, América del Norte, América Central, América del Sur. Mi padre fue allá en la posguerra en acogida. También Europa podría tener un poco de agradecimiento… Diría dos cosas. Es verdad que el primer trabajo que debemos hacer es intentar que las personas que emigran por la guerra o por el hambre no tengan esa necesidad. Pero si Europa tan generosa vende a Yemen armas que matan niños, ¿cómo puede Europa ser coherente? Esto es un ejemplo, Europa vende armas. Luego está el problema del hambre, de la sed. Europa, si quiere ser la “madre” Europa y no la “abuela” Europa, debe invertir, debe buscar inteligentemente ayudar a hacer crecer con educación, con inversiones. Y eso no es mío, lo dijo la Canciller Merkel. Es una cosa que ella lleva adelante bastante: impedir la emigración no con la fuerza sino con la generosidad, las inversiones educativas, económicas, etc., y eso es muy importante. Segundo, qué hacer: es verdad que un país no puede recibir a todos, pero está toda Europa para distribuir a los inmigrantes, está toda Europa. Porque la acogida debe ser con el corazón abierto, luego se trata de acompañar, promover e integrar. Si un país no puede integrar debe pensar en seguida hablar con otros países: “¿tú a cuántos puedes integrar?”, para dar una vida digna a la gente. Otro ejemplo –que viví en mi piel en el tiempo de las dictaduras, de la operación Cóndor en Buenos Aires– en América Latina: Argentina, Chile y Uruguay. Fue Suecia la que acogió con una generosidad impresionante. Aprendían inmediatamente la lengua, a cargo del Estado, encontraban trabajo, casa. Ahora Suecia se siente un poco en dificultad para integrar, pero lo dice y pide ayuda. Cuando estuve en Lund, el año pasado o el anterior, no recuerdo, me recibió el Primer Ministro, pero luego en la ceremonia de despedida había una Ministra, una joven Ministra, creo que de Educación, era un poco oscura porque era hija de una sueca y de un inmigrante africano: así integra un país que yo llevo como ejemplo, Suecia. Pero para eso hace falta generosidad, hay que ir adelante. Con miedo no iremos adelante, con muros permaneceremos encerrados en esos muros… Estoy dando un sermón, ¡perdonadme!
CRISTIANA CARICATO, TV2000: Santo Padre, acaba de hablar del miedo y del riesgo de dictaduras que esos miedos pueden generar. Precisamente hoy un Ministro italiano, en referencia al Congreso de Verona, ha dicho que más que de la familia hay que tener miedo del Islam. Usted, en cambio, ya hace años dice otra cosa. Para Usted, ¿estamos en riesgo de dictadura en nuestro país? ¿Es fruto del prejuicio, del no conocimiento? ¿Qué piensa? Y luego una curiosidad: Usted denuncia a menudo la acción del diablo, lo hizo también en el reciente encuentro sobre la protección de menores. Me parece que está muy activo, muy ocupado últimamente, también en la Iglesia… ¿Qué hacer para contrarrestarlo, sobre todo respecto a los escándalos de la pedofilia? ¿Son suficientes las leyes? ¿Por qué está tan activo el diablo en este momento?
Muy bien, gracias por la pregunta. Un periódico, después de mi discurso al final del encuentro sobre la protección de menores, de los Presidentes de las Conferencias episcopales, dijo: “El Papa ha sido astuto, primero ha dicho que la pedofilia es un problema mundial, una plaga mundial; luego ha dicho algo sobre la Iglesia, al final se ha lavado las manos y ha echado la culpa al diablo”. Un poco simplista, ¿no? Ese discurso es claro. Un filósofo francés, en los años Setenta, hizo una distinción que a mí me dio mucha luz, se llamaba Philippe Roqueplo, y me dio una luz hermenéutica. Él decía: “para entender una situación hay que dar todas las explicaciones y luego buscar los significados: qué significa socialmente; qué significa personalmente, o religiosamente”. Yo intento dar todas explicaciones, y también las medidas de las explicaciones, pero hay un punto que no se entiende sin el misterio del mal. Piensa en esto: la pedo-pornografía virtual. Ha habido dos encuentros, importantes, uno en Roma y el otro en Abu Dhabi. Me pregunto cómo ese fenómeno se ha convertido en una realidad diaria. ¿Cómo es posible? Y estoy hablando de estadísticas serias. Cómo es posible que si quieres ver un abuso sexual de menores en vivo, puedes conectarte con la pedo-pornografía virtual y te lo dejan ver. Mira, no miento, está en las estadísticas. Me pregunto: ¿los responsables del orden público no pueden hacer nada? En la Iglesia haremos todo lo posible para acabar con esa plaga, haremos lo que sea. Y yo en aquel discurso dije medidas concretas. Ya estaban antes del encuentro, cuando los Presidentes de las Conferencias me dieron la lista que os di a vosotros. Pero los responsables de esas porquerías, ¿son inocentes? ¿Los que ganan con eso? En Buenos Aires, una vez, con dos representantes de la ciudad, no del gobierno nacional, hicimos una “ordenanza”, una disposición no de ley, una disposición no vinculante para los hoteles de lujo, para que colocasen en la recepción este aviso: “En este hotel no se permite la diversión con menores”. Ninguno quiso ponerlo. “No, mira, no se puede… Parece que seamos cerdos… Se sabe que no lo hacemos, pero sin cartel”. Un gobierno, por ejemplo, ¿no puede encontrar dónde se hacen esas cosas con los niños? Todos grabados en vivo. Para decir que la plaga mundial es grande, pero para decir también que esto no se entiende sin el espíritu del mal, es un problema concreto. Debemos resolverlo en concreto, pero decir también que es el espíritu del mal. Y para resolver esto hay dos publicaciones que recomiendo: un artículo de Gianni Valente, creo que en “Vatican Insider”, donde habla de los donatistas. El peligro de la Iglesia hoy de volverse donatista haciendo prescripciones humanas, que se deben hacer, pero limitándose a esas y olvidando las otras dimensiones espirituales: la oración, la penitencia, la acusación de uno mismo, que no estamos acostumbrados a hacer. ¡Hacen falta ambas! Porque para vencer al espíritu del mal no hay que “lavarse las manos” diciendo: “es obra del diablo”. No. Debemos luchar también contra el diablo, como debemos luchar contra las cosas humanas. La otra publicación es de “Civiltà Cattolica”. Yo escribí un libro en el 87, las Cartas de la tribulación, que eran las cartas del Padre General de los Jesuitas de la época en que estaba a punto de disolverse la Compañía. Hice un prólogo, y han hecho un estudio sobre las cartas que yo escribí al episcopado chileno y al pueblo de Chile, sobre cómo actuar con ese problema: los dos aspectos, el humano, científico, y también legal, para contrarrestar el fenómeno; y luego el aspecto espiritual. Lo mismo hice con los Obispos de los Estados Unidos porque las propuestas estaban demasiado centradas en la organización, en las metodologías, y sin querer se había descuidado esa segunda dimensión espiritual. Con los laicos, con todos… Yo quisiera deciros: la Iglesia no es una iglesia “congregacionista”, es una Iglesia católica, donde el obispo debe llevar de la mano el asunto como pastor. El Papa debe tomarlo de la mano como pastor. ¿Cómo? Con las medidas disciplinares, con la oración, la penitencia, con la acusación de uno mismo. Y en la carta que escribí antes que ellos [los Presidentes de las Conferencias episcopales] empezasen los Ejercicios espirituales, también esa dimensión está bien explicada. Agradecería que estudiaseis las dos cosas: el aspecto humano y también el de la lucha espiritual. Gracias.
GISOTTI: Nos hemos pasado de tiempo y lo siento mucho, pero es una conferencia de prensa que se ha hecho muy larga…
[sobre la otra pregunta de C. Caricato] De verdad que yo de política italiana no sé nada. No la entiendo… Leí en el periódico algo de un “Family day”. No sé qué es, sé que es uno de tantos “day” que se hacen... He leído la carta que el Cardenal Parolin ha enviado y estoy de acuerdo. Una carta pastoral, educada, de un corazón de pastor. Pero de política italiana no me preguntéis, no entiendo. Gracias.
GISOTTI: Solo un minuto para una pequeña sorpresa para dos colegas que ayer cumplieron años: Phil Pullella y Gerard O’Connell, dos grandes colegas, y esto es un pequeño regalo también de parte de la comunidad de vuestros colegas y de todos nosotros.
Me dice que él es más viejo que yo… ¡Pero si este cumple 45 y este 50! ¡Felicidades! Gracias y buen viaje, buena cena y rezad por mí, por favor. Gracias.
Fuente: vatican.va / romereports.com.
Traducción de Luis Montoya.
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