Una de las novedades de la JMJ de Panamá es que por primera vez incluye una reunión de jóvenes indígenas de todo el mundo
Del 17 al 21 de enero, en Soloy (zona indígena de Ngäbe-Buglé, diócesis de David, Panamá), se celebra el Encuentro Mundial de Jóvenes Indígenas (JMJ 2019) como preparación para la JMJPanamá. La iniciativa fue un deseo de los obispos responsables de la pastoral indígena y se desarrollará a partir de la encíclica Laudato si’. Al final de su encuentro, los jóvenes nativos se trasladarán a Panamá para participar en la JMJ. Aquí, en un parque de la ciudad, organizarán un verdadero pueblo indígena, con artesanías, música y baile.
Texto del Mensaje del Santo Padre
Queridos jóvenes, al finalizar la Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia, en julio de 2016, dije a los jóvenes voluntarios: «Asumimos la memoria de nuestro pasado para construir la esperanza con valentía». Y ese es el lema que ustedes escogieron para este Encuentro Mundial de Juventud Indígena que les ha reunido del 17 al 21 de enero de este año (pre-Jornada de la JMJ) en Soloy, Comarca Ngäbe-Buglé, Diócesis de David, Panamá.
Los felicito porque es la primera vez que se organiza un encuentro pre-Jomada JMJ específicamente para jóvenes de los pueblos indígenas, de los pueblos originarios, a nivel mundial. Una iniciativa que quiero agradecer a la Sección de Pastoral Indígena de la Conferencia Episcopal de Panamá, apoyada por el CELAM.
Queridos jóvenes, los invito a que este Encuentro, que reúne cientos de jóvenes de diversos pueblos originarios sirva para reflexionar y celebrar su fe en Jesucristo desde la riqueza milenaria de sus propias culturas originarias. Los exhorto a que sea una oportunidad para responder a la invitación hecha a la juventud en otros momentos de ser agradecidos por la historia de sus pueblos y valientes frente a los desafíos que les rodean para seguir adelante llenos de esperanza en la construcción del otro mundo posible. Volver a las culturas del origen. Hacerse cargo de las raíces, porque de las raíces viene la fuerza que los va a hacer crecer, florecer y fructificar. Además, debe ser una forma de mostrar la cara indígena de nuestra Iglesia en el ambiente de la JMJ y afirmar nuestro compromiso de proteger la Casa Común y colaborar en la construcción de otro mundo posible, más equitativo y más humano.
Sin duda, los temas que, según la agenda, van a ser objeto de la reflexión de ustedes, estimularán la búsqueda de respuestas, desde la perspectiva evangélica, a tantas y tan escandalosas situaciones de marginación, de exclusión, de descarte y empobrecimiento a las que están condenados millones de jóvenes, especialmente jóvenes de los pueblos originarios, en el mundo. Que el actuar de ustedes, la conciencia de pertenencia a sus pueblos de ustedes, sea una reacción contra esta cultura del descarte, contra esta cultura del olvido de las raíces, proyectada hacia un futuro cada vez más líquido, más gaseoso, sin fundamento.
Muchachos y muchachas, ¡háganse cargo de sus culturas! ¡Háganse cargo de sus raíces! Pero no se queden allí. Desde esas raíces crezcan, florezcan, fructifiquen. Un poeta decía que “todo lo que el árbol tiene de florido, le viene de aquello que tiene de soterrado”. Las raíces. Pero raíces llevadas hacia el futuro. Proyectadas al futuro. Este es el desafío de ustedes hoy.
Será un gusto para mí, encontrarlos en Panamá. Y mientras llega ese momento, les deseo los mejores éxitos en el Encuentro y les doy mi bendición.