¿Cuál es el sentido de ser voluntario?, ¿qué significa serlo? son preguntas que encierran un gran significado por lo rico del contenido, pues está relacionado con el ser, dar y servir de la persona
La palabra voluntario deriva de latín voluntarius, que significa “acto que se hace porque uno quiere, sin que nadie lo obligue, que no necesariamente está ligada al tener”. Sus componentes léxicos: volo (yo quiero), tat (sufijo que indica cualidad), más el sufijo ario (que indica pertenencia o procedencia).
¿Cuál es el sentido de ser voluntario?, ¿qué significa serlo? son preguntas que, pensándolas despacio, encierran un gran significado por lo rico del contenido, pues está relacionado con el ser, dar y servir de la persona.
Ser voluntario es estar comprometido con el otro, pensar en el otro, salir de uno mismo. Esto solo se logra con dar y donar, sin perder lo que se da, aunque no se tenga mucho que ofrecer en lo material. Es comprometernos con un trabajo, manual o intelectual, sin esperar una remuneración monetaria. Es contribuir al bien común e individual y, por tanto, al fortalecimiento social y comunitario.
¿Por qué fomentar el voluntariado?, porque en ese dar al otro, la persona descubre un horizonte de servicio y compromiso solidario, que se traduce en acciones concretas como enseñar, aliviar y acompañar a la persona que más lo necesita. La satisfacción y alegría que suponen participar en un voluntariado es parte de ese trascender y proyectarse del hombre. En palabras de San Juan Pablo II sobre la importancia del voluntariado: “Constituye un factor peculiar de humanización: gracias a las diversas formas de solidaridad y servicio que promueve y concreta, hace que la sociedad esté más atenta a la dignidad del hombre y a sus múltiples expectativas. A través de la actividad que lleva a cabo, el voluntariado llega a experimentar que la criatura humana sólo se realiza plenamente a sí misma si ama y se entrega a los demás”.
El voluntariado es un medio para poner las capacidades y talentos de los voluntarios al servicio de los demás, haciendo uso de sus conocimientos específicos según la carrera profesional elegida. Es expresión de la cultura; es decir; son los valores que mucha gente transmite con su compromiso y generosidad y contribuye a aliviar el dolor, acompañar al que está solo, enseñar al que no sabe y mejorar el nivel de vida de las personas que, por diversos motivos, se encuentran necesitadas.
Entre las innumerables satisfacciones que brinda el voluntariado está el sentirse útil; aprender distintas experiencias de vida; valorar lo propio, lo distinto a lo nuestro o a nuestro entorno; conocer distintas realidades; encarar la vida desde otra mirada y, muchas veces, más de lo que se puede ofrecer es lo que se recibe del otro.
Asímismo, el voluntariado permite a las personas que forman parte de él, generar cualidades como organización, trabajo en equipo, liderazgo, responsabilidad, independencia, mejora de relaciones interpersonales, así como crecer en humildad, responsabilidad y amor a los demás. Lleva a adquirir una formación integral que contribuye en la construcción de una sociedad más humana.
¿Quién puede ser voluntario?, pues aquel que está dispuesto a aprender, a no pensar en su comodidad. Aquel de mente y corazón grande que quiera comprometerse en un proyecto de manera profesional y competente, cuidando aspectos que aparentemente no sean relevantes, pero de gran importancia como el orden, la constancia, planificación, creatividad e iniciativa, teniendo en cuenta que de ellos depende la felicidad de otros.
Participar en un voluntariado es una experiencia invalorable que anima, entusiasma y nos deja con ese “vale la pena”.