La independencia, la solvencia, la calidad y la honestidad “son fundamentales para mantener vivo el periodismo”
“El periodismo, como la política, ha perdido respetabilidad, porque se ha olvidado de la gente”. Así lo ha afirmado el periodista Iñaki Gabilondo en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, donde él mismo estudió y fue profesor. Ante unos cuatrocientos alumnos, ha señalado que esta profesión ha olvidado su razón de ser, “la peripecia humana”, porque esta ha quedado ocupada por la política.
El periodismo no ha entendido todavía del todo su actividad y no ha acreditado ante la sociedad su misión, subrayó. El “periodismo de calidad”, dijo, no es el que entrevista a grandes presidentes, sino el que “se acuerda para que se inventó”, el que es consciente de que la gente tiene unos derechos y hay que darlos a conocer. “Nuestro oficio consiste en contar no solo lo que a la gente le gusta sino lo que tiene derecho a saber”.
Iñaki Gabilondo, que se definió como “un hombre de radio y un hombre de la SER”, reconoció que el periodismo pasa por un momento de transformaciones y novedades. “Vivimos en el tiempo del estupor, en el que no hay garantía de nada. Y toda la energía de las empresas periodísticas está concentrada en la supervivencia. La impresión de pánico en este contexto es fácil, pero se está cayendo un mundo y está naciendo otro que no ha terminado de perfilarse”.
En medio de esta jungla, aseguró, la independencia, la solvencia, la calidad y la honestidad “son fundamentales para mantener vivo el periodismo”. “Estamos con la hipnosis de las novedades tecnológicas pero son solo instrumentos. La solvencia, que no es otra cosa que decencia más tiempo, va a ser el método fundamental para sobrevivir”.
Asimismo, afirmó que el periodismo es más necesario que nunca. “En las inundaciones lo que escasea es el agua potable. Para entender lo que está pasando, se necesita el trabajo del periodista, que contextualice, complemente y valore”.
El oficio más bonito del mundo
Iñaki Gabilondo, licenciado en Ciencias de la Información en 1963, y profesor de radio de la Universidad de Navarra entre los años 1964 y 1970, se sentó de nuevo en las aulas de la Facultad de Comunicación para compartir sus experiencias. “Vuelvo a la casa en la que aprendí algo que me ha acompañado en mi carrera profesional: la responsabilidad, el compromiso con la verdad y con la búsqueda de la excelencia”.
Durante su intervención, el periodista sufrió un ligero desvanecimiento, pero tras unos segundos, siguió con la conferencia y con el turno de preguntas de los alumnos. “Habéis elegido el oficio más bonito del mundo, con mucha diferencia”, les dijo. “No creáis que no hay camino. Lo vais a abrir vosotros. La vida es para valientes. No seáis prisioneros del fatalismo y creed en el oficio que habéis escogido”.