El Prelado del Opus Dei repasa en su carta las festividades litúrgicas del mes de junio. Sugiere que sean una ocasión para cortejar mucho a Jesús, para tratarle con más intensidad
Recuerda Mons. Javier Echevarría al comienzo de su Carta que la liturgia nos ha introducido otra vez en el tiempo ordinario, que es como una imagen de nuestro peregrinar terreno, después de haber celebrado recientemente la solemnidad de Pentecostés, y afirma que el Espíritu Santo nos orienta decididamente hacia la meta que todos anhelamos: la vida eterna en Dios, participando de su bienaventuranza infinita. Nuestro Padre hablaba de que el Opus Dei, para sus fieles, es un trasunto de Cielo, y nos instaba a recorrer con fidelidad alegre −también en los momentos duros−, diariamente, este camino.
Resulta muy significativo que, continúa el Prelado, precisamente al recomenzar el tiempo litúrgico ordinario, la Iglesia nos invite a levantar el corazón, la voz y la mirada a la Santísima Trinidad. Éste debería ser el objetivo de todos los hombres y mujeres ya en la tierra, pues hemos sido creados para conocer y amar a Dios ahora y gozar luego de Él por la eternidad, y sugiere quetodas y todos debemos recordarlo a quienes tratamos, afirmando queen la homilía Hacia la santidad, San Josemaría trazó un itinerario para llegar a tan dichoso fin.
Se refiere después a la próxima fiesta del Corpus Christi, y anima a todos a procurar ‘rondar’, cortejar mucho a Jesús en las próximas jornadas y asistir a las exposiciones del Santísimo, a la procesión del Corpus, o a otras manifestaciones de piedad eucarística (…) con el deseo de alabar a Jesús en la Sagrada Hostia y darle gracias, con afán de reparación. Señala también la fiesta del Sagrado Corazón, el 15 de junio, para acercarse a Él llenos de confianza(…) metiéndonos en ese corazón, abierto por una lanza en la Cruz, para manifestar la inmensidad de su amor por cada uno de nosotros. Y acudamos lógicamente al Corazón dulcísimo de María, camino seguro: iter para tutum!
Todo el mes de junio, continúa, está lleno de fechas significativas, también para la historia del Opus Dei: la ordenación de los primeros sacerdotes, el 25 de junio de 1944; la llegada de nuestro Padre a Roma, el 23 de junio de 1946; la aprobación definitiva del espíritu y normas de la Obra por la Santa Sede, el 16 de junio de 1950. Y, de modo especial, el tránsito de san Josemaría al Cielo, el 26 de junio de 1975, y sugiere que al celebrar su fiesta, supliquemos por su intercesión un gran aumento de los deseos de santidad y de apostolado en todos los fieles −sacerdotes y laicos− de la Obra, y también en los amigos y Cooperadores que se benefician de su espíritu. Pidamos por la expansión de la labor apostólica en tantos lugares donde nos esperan…
Ya casi al final de su Carta recuerda que en nuestras peticiones ocupa siempre un puesto de relieve la oración por el Romano Pontífice y sus colaboradores en el gobierno de la Iglesia, la plegaria por los Pastores: Obispos y sacerdotes del mundo entero. (…). Deseaba nuestro Padre que no dejásemos solo al Sucesor de Pedro: ojalá note nuestra ayuda.
Para terminar, y a propósito de su próximo cumpleaños, el 14 de junio, antes de escribir sobre algunos recuerdos de fechas señaladas: celebración de los setenta años de San Josemaría; el ochenta cumpleaños de D. Álvaro del Portillo y, hace dos meses, los 85 años de Benedicto XVI, afirma:En primer lugar os ruego que recéis por mí: ¡lo necesito!