Como es habitual cuando regresa de un viaje internacional, el Papa respondió en el avión a las preguntas de los periodistas
Gracias, Santo Padre, sobre todo gracias. Usted ha elegido dos Países interesante de visitar, dos Países muy diversos pero con algo en común, que es una Iglesia pequeña, en cada uno de estos Países, pero activa, llena de alegría, llena de jóvenes y llena de un espíritu de servicio a toda la sociedad. Ciertamente hemos visto mucho, hemos aprendido mucho, pero nos interesa también lo que Usted ha visto y aprendido.
Buenas noches, si pensamos aquí, o buenas tardes si pensamos en Roma. Muchas gracias por su trabajo y, como ha dicho Greg, dos países muy interesantes, con culturas muy tradicionales, profundas, ricas. Por eso pienso que su trabajo ha sido muy intenso: ¡muchas gracias!
Sagrario Ruiz de Apodaca (Radio Nacional de España)
Buenas noches, Santo Padre. Gracias. Yo hago la pregunta en español, con el permiso de mis colegas italianos, porque no me fío todavía de mi italiano, pero si Usted quiere responder en italiano sería perfecto para todos. La crisis de los rohingya ha centrado gran parte de este viaje a Asia, ayer les nombró por su nombre finalmente en Bangladesh, ¿se ha quedado con las ganas de haber hecho lo mismo en Myanmar?, ¿de haberles nombrado con esta palabra rohingya? ¿Y qué sintió ayer cuando les pidió perdón?
No fue la primera vez ayer, varias veces en público, desde la Plaza de San Pedro, en Ángelus o en Audiencia los he nombrado (la periodista interrumpe y precisa: pero en este viaje). Sí, pero quiero subrayar que ya se sabía lo que yo pensaba y lo que decía; pero su pregunta es muy interesante porque me lleva… (Francisco deja de hablar en español y continúa su respuesta en italiano). Su pregunta es interesante porque me lleva a reflexionar sobre cómo busco comunicarme: para mí lo más importante es que el mensaje llegue y, por eso, procurar decir las cosas, paso a paso, y escuchar las respuestas para que llegue el mensaje. Un ejemplo de la vida ordinaria: un joven o una joven en crisis de adolescencia puede decir lo que piensa, pero si da con la puerta en las narices del otro… el mensaje no llega, se cierra. Y a mí me interesa que ese mensaje llegase. Por eso, vi que si en el discurso oficial hubiese dicho esa palabra daba con la puerta en las narices, pero he descrito las situaciones, los derechos, ninguno excluido, la ciudadanía, para permitirme en las conversaciones privadas ir más allá.
He quedado muy satisfecho con las conversaciones que pude tener, aunque es verdad que no he tenido el placer de dar con la puerta en las narices, hacer públicamente una denuncia, pero he tenido la satisfacción de dialogar y hacer hablar al otro, y decir lo mío; y así el mensaje ha llegado, y hasta tal punto ha llegado que continué, y terminó ayer… con eso. Esto es muy importante en la comunicación: la preocupación de que el mensaje llegue. Muchas veces denuncias, también en los medios, pero no quiero ofender, pues con cualquier agresividad se cierra la puerta y el mensaje no llega, y ustedes, que son especialistas en hacer llegar el mensaje, comprenden bien esto.
Después, ¿qué sentí ayer? Pues no estaba programado así. Sabía que encontraría a los rohingya, pero no sabía ni dónde ni cómo, pero esa era mi condición para el viaje, y se preparó el modo. Después de tantas gestiones con el gobierno, con Cáritas, el gobierno permitió el viaje de los que vinieron ayer. Porque el problema es del gobierno que les protege y les da hospitalidad, y eso es grande. Lo que hace Bangladesh por ellos es grande, un ejemplo de acogida, un país pequeño, pobre que ha recibido a 700 mil. Yo pienso en los países que cierran las puertas; debemos estar agradecidos por el ejemplo que nos han dado. El gobierno debe moverse, con las relaciones internacionales con Myanmar, con permisos, diálogo, porque están en un campo de refugiados, están en un estado especial de refugiados, pero al final vinieron, espantados, porque no sabían. Alguien les había dicho: “ustedes saluden al Papa, pero no digan nada”, así, alguien que no era del gobierno de Bangladesh, gente que se ocupaba de los trámites.
En un cierto punto, después del diálogo interreligioso, la oración interreligiosa preparó el corazón de todos. Estábamos religiosamente muy abiertos. Yo al menos así lo sentía. Y llegó el momento de que ellos llegasen a saludarme, en fila india, y eso no me gustó. Uno, otro, pero de pronto querían sacarlos del escenario y ahí me molesté y grité un poco: ¡soy pecador! Les dije muchas veces la palabra “respeto, respeto, deténganse” y ellos se quedaron ahí.
Después de haberles escuchado uno a uno con el intérprete que hablaba en su lengua, comencé a sentir cosas dentro, pero no podía dejarles ir sin decirles algo. Pedí el micrófono y comencé a hablar. No recuerdo qué dije. Sé que en cierto momento pedí perdón, dos veces. No recuerdo.
Su pregunta es qué sentí. En aquel momento lloraba; procuré que no se viese. Ellos lloraban. Y después pensé que estábamos en un encuentro interreligioso y los líderes de las otras tradiciones religiosas estaban allá. “¿No vienen también ustedes? Estos eran los rohingya de todos nosotros”.
Ellos saludaron a los rohingya y yo no sabía qué más decir: los miraba, los saludaba, y pensé que todos hemos hablado, los líderes religiosos, “que uno de ustedes que haga una oración”, y aquel que creo era un imán o digamos un “clérigo” entre comillas de su religión, hizo la oración. También ellos rezaron. He visto todo el transcurrir y todo el camino, y pienso que el mensaje ha llegado.
No sé si he satisfecho su pregunta. Parte estaba programado, pero la mayor parte salió espontáneamente.
Después hoy se hizo un programa de uno de ustedes, no sé quién o del TG1 (telediario italiano). Un programa largo, largo, ¿quién lo ha hecho?
Porque fue repetido por el TG4 y no sé yo, no lo he visto, pero algunos que están aquí lo han visto. Es una reflexión de que el mensaje ha llegado no solo aquí. Ustedes han visto hoy las portadas de los diarios: todos han recibido el mensaje, y no he escuchado ninguna crítica. Quizá haya, pero no la he escuchado.
George Abraham Kallivayalil (Deepika Daily)
Santo Padre, espero que su viaje a Asia, que ha tocado dos Países, hay sido un gran éxito. Sabemos que también quería ir a la India en este viaje. ¿Cuál fue exactamente la razón para no visitar India en este viaje? Indios en India, millones de fieles esperan que el Santo Padre visite la India el próximo año. ¿Podemos esperar que vaya a la India en 2018?
El primer plan era ir a la India y Bangladesh, pero después los trámites para ir a la India se retrasaron y el tiempo apremiaba. Elegí estos dos países: Bangladesh y Myanmar. Y fue providencial porque para visitar la India se necesita un solo viaje. Porque se debe ir al sur, al centro, al este, al noreste, al norte, por las diversas culturas de la India. Espero poder hacerlo el 2018, ¡si vivo! Pero la idea era India y Bangladesh; después el tiempo nos ha obligado a hacer esta elección. Gracias.
Etienne Loraillère (Kto, televisión católica francesa)
Santidad, hay una pregunta del grupo de periodistas de Francia. Cuando oponen el diálogo interreligioso y la evangelización, durante este viaje usted habló del diálogo para construir la paz. ¿Cuál es la prioridad: evangelizar o dialogar por la paz? Porque evangelizar significa suscitar conversiones que provocan tensiones y a veces crean conflictos entre los creyentes. Por tanto, ¿cuál es su prioridad: evangelizar o dialogar?
Primera distinción: evangelizar no es hacer proselitismo. La Iglesia crece no por proselitismo, sino por atracción, es decir por testimonio. Esto lo dijo el Papa Benedicto XVI. ¿Cómo es la evangelización? Vivir el Evangelio y dar testimonio de cómo se vive el Evangelio, dar ejemplo de santidad, de Mateo 25, mostrar al buen samaritano, el perdón 70 veces 7 y, con ese ejemplo, el Espíritu Santo trabaja y se dan las conversiones, pero no somos muy entusiastas en hacer rápido las conversiones: si vienen, esperan, se habla…, procurar que una conversión sea la respuesta a algo que el Espíritu Santo ha movido en mi corazón por el testimonio de los cristianos.
En el almuerzo que tuve con los jóvenes de la JMJ de Cracovia −una decena de jóvenes de todo el mundo−, uno me hizo esta pregunta: ¿qué debo decir a un compañero de universidad, amigo, que es ateo, para cambiarlo, para convertirlo? La respuesta fue: “Lo último que debes hacer es decirle algo. Tú vive el Evangelio y si él te pregunta por qué haces esto, le puedes explicar por qué lo haces. Y deja que el Espíritu lo active”. Esa es la fuerza y la mansedumbre del Espíritu Santo: no es convencer mentalmente, apologética, con razones, sino el Espíritu quien da la vocación. Nosotros somos testimonios, testimonios del Evangelio, “testimonio” es una palabra griega que se dice mártir, el martirio de todos los días, martirio también de sangre, cuando llega. Y su pregunta es prioritaria: ¿la paz o la conversión? Pues cuando se vive con el testimonio y el respeto, se hace la paz. La paz empieza a romperse en ese campo cuando comienza el proselitismo, y hay muchos modos de proselitismo, y eso no es Evangelio. No sé si he respondido.
Joshua McElwee (National Catholic Reporter)
Muchas gracias, Santidad, y un cambio de tema total. Durante la Guerra Fría, el Papa San Juan Pablo II dijo que la política mundial de disuasión nuclear estaba justificada como moralmente aceptable. El mes pasado usted dijo en una conferencia sobre el desarme que la misma posesión de armas nucleares es condenable. ¿Qué ha cambiado en el mundo que le ha llevado a hacer ese cambio? ¿Qué papel tuvieron los episodios y las amenazas entre el Presidente Trump y Kim Jong Un en su decisión? ¿Qué dice usted a los políticos que no quieren renunciar a los arsenales nucleares o ni siquiera disminuirlos?
Preferiría que se hiciesen primero las preguntas sobre el viaje. Lo digo a todos. Pero hago una excepción porque él hizo la pregunta. Ahora terminamos con todas las del viaje, después quisiera decir algo sobre el viaje y luego vienen las otras preguntas.
¿Qué ha cambiado? Cambió la irracionalidad. Me viene a la mente la encíclica Laudato si’: el cuidado de lo creado, de la creación. Desde el tiempo del Papa San Juan Pablo II hasta hoy, han pasado muchos años, ¿cuántos?, ¿tienes los datos? ‘82, ‘92, 2002, 2012… 34 años. En lo nuclear, en 34 años se ha ido más allá, más allá… Hoy estamos al límite. Esto se puede discutir, pero es mi opinión, mi opinión convencida: estamos al límite de la legalidad de tener y usar armas nucleares. ¿Por qué? Porque hoy, con el arsenal nuclear tan sofisticado, estamos en riesgo de destruir la humanidad, o al menos gran parte de la humanidad. Y lo conecto con la Laudato si’.
¿Qué ha cambiado? Eso: el aumento del armamento nuclear. Ha cambiado así, son sofisticadas, y también crueles, y son capaces de destruir personas dejando sin tocar las estructuras. Estamos al límite, y me hago esta pregunta −esto no como magisterio pontificio, sino la pregunta que se hace un Papa−: ¿Hoy es lícito mantener los arsenales nucleares como están, o para salvar lo creado, salvar la humanidad, no será necesario retroceder?
Vuelvo a algo que dijo Guardini, no es mía: hay dos formas de incultura. Primero la incultura que Dios nos dio para hacer avanzar la cultura con el trabajo, con la investigación. Pensemos a las ciencias médicas, tanto progreso, tanta cultura, la mecánica, tantas cosas; y el hombre tiene la misión de hacer cultura de la incultura recibida.
Pero llegamos a un punto donde el hombre tiene a la mano, con esa cultura, la capacidad de hacer otra “incultura”. Pensemos en Hiroshima y Nagasaki. De eso hace 60-70 años: la destrucción. Y también esto sucede cuando no se llega a tener todo el control de la energía atómica. Piensen en los accidentes de Ucrania. Por eso, regresando a las armas, que son para vencer destruyendo, digo que estamos al límite de la legalidad.
Greg Burke
Gracias, Santidad. Ahora me han dicho que las preguntas cambian del viaje a otras, así que si Usted quiere decir algo sobre el viaje…
Me gustarían alguna más sobre el viaje, porque pareciera que el viaje no ha sido interesante, ¿no?
Delia Gallagher (CNN)
Santidad, no sé cuánto nos puede responder, pero tengo curiosidad de su encuentro con el General Hlaing, porque he aprendido mucho sobre esta situación estando aquí y he entendido que, aparte de Aung San Suu Kyi, está ese militar que es muy importante en la crisis y que usted encontró personalmente. ¿Qué tipo de encuentro fue y cómo fue hablar con él?
Muy lista y buena pregunta. Yo distinguiría entre dos encuentros, dos tipos de encuentro. El que he hecho para ir al encuentro de la gente, y el encuentro donde he recibido gente. Este general me pidió hablar y lo recibí, yo nunca cierro la puerta. Usted pide hablar, y viene. Hablando no se pierde nada, siempre ganas. Fue una buena conversación, que no puedo contarla porque era privada, pero no he negociado la verdad. Pero lo hice de tal manera que él entendió un poco que un camino, como fue en los malos tiempos, renovado hoy, no es viable. Fue un buen encuentro, civilizado e incluso allí llegó el mensaje.
Gerry O’Connell (America Magazine)
La mía es un poco un desarrollo de la pregunta de Delia. Usted encontró a Aung San Suu Kyi, al presidente, a los militares, a los monjes, lo que crea algunas dificultades, y luego fue a Bangladesh y se reunió con el primer ministro, el presidente, los líderes islámicos. ¿Qué destacaría de esos encuentros?, ¿Cuál es su análisis de estos encuentros y su perspectiva para el futuro y el desarrollo de estos países?
No será fácil avanzar en un desarrollo constructivo, y no será fácil para alguien que quisiera retroceder. Estamos en un punto donde se deben estudiar las cosas. Alguien, no sé si es verdad, me dijo que el estado de Rachine, es un estado muy rico en piedras preciosas y que tal vez había intereses, siendo un poco una tierra sin gente para trabajar, pero no sé si es verdad; son cosas que se dicen; también sobre África se dice tanto. Pero creo que estamos en un punto en el que no será fácil seguir adelante de manera positiva y no será fácil volver. Porque la conciencia de la humanidad de hoy; el hecho sobre los rohingya, que las Naciones Unidas ha dicho que los rohingyas son ahora la minoría religiosa y étnica más perseguida en el mundo, este es un punto que, el que debe regresar, debe hacerlo pronto. Estamos en un punto donde con el diálogo comienza el paso, otro paso, tal vez medio paso atrás y dos adelante, pero como lo hacen las personas, con benevolencia y diálogo, nunca con violación, nunca con la guerra. No es fácil. Pero es un punto de inflexión. ¿Se hace este punto de inflexión para el bien? ¿O se hace este punto de inflexión para retroceder? Eso sí, la esperanza yo no la pierdo. ¿Por qué? Sinceramente, si el Señor ha permitido esto que vivimos ayer, y que hemos vivido de una manera más reservada, entre dos discursos; el Señor permite una cosa para prometer otra. Tengo esperanza cristiana, nunca se sabe.
Valentina Alazraki (Televisa)
Sobre el viaje, era una pregunta que queríamos hacerle antes, pero no ha salido. Nos gustaría saber de un Papa que todos los días habla de prófugos, refugiados, inmigrantes: ¿le hubiera gustado ir a un campo de prófugos de los rohingya? ¿Por qué no ha ido?
Me hubiera gustado ir, me hubiera gustado, pero no fue posible. Se estudiaron las cosas, pero no fue posible por varios factores: el tiempo, la distancia y otros factores; pero el campo de refugiados vino con una representación. Pero me hubiera gustado, eso es verdad, pero no fue posible.
Enzo Romeo (Rai)
Gracias, Santidad. Quería preguntar rápidamente dos cosas, una sobre la globalización que hemos visto sobre todo en Bangladesh. El motivo de mi pregunta que se refiere al viaje, que es un país que está tratando de salir de la pobreza, pero con sistemas que parecen para nosotros realmente pesados. Hemos visto en una gran plaza ese lugar donde se cayó el edificio que era usado por la industria textil, y mil cien personas muertas, cinco mil heridos que trabajaban por 60 euros al día. En nuestro restaurante, por comer un plato de pasta o de pizza se pagaban 50 euros, y esto es increíble. Para usted, por lo que ha visto o escuchado, ¿es posible salir de este mecanismo? Y la otra pregunta es algo que pensamos todos: sobre los rohingya parecía que había la intención de intervenir de grupos yihadistas, Al Qaeda, ISIS, buscaban hacerse tutores, de este pueblo, de la libertad de este pueblo. Interesante que el jefe de la cristiandad se haya mostrado amigo, de alguna manera de este grupo extremista ¿Es justa esta sensación?
Voy por la segunda. Hubo grupos terroristas allí que intentaban aprovecharse de la situación rohingya, que son personas de paz. Son como todas las etnias, todas las religiones. Siempre hay un grupo fundamentalista, también los católicos los tenemos. Los militares justifican su intervención por esos grupos. Yo no busco hablar con esas personas, busco hablar con las víctimas, porque las víctimas son los rohingya, quienes de una parte sufrieron esa discriminación y por otra fue defendida de los terroristas. El gobierno de Bangladesh tiene una campaña muy fuerte, según me dijeron los ministros, de tolerancia cero al terrorismo, no solo por eso, también para evitar otros puntos, pero los que se alistaron en el ISIS no son rohingya, sino un grupo fundamentalista y extremista, pequeño. Pero esto hacen los extremistas, justifican la intervención que destruyó lo bueno y lo malo.
Greg Burke
Y la globalización, la primera pregunta…
Enzo Romeo (Rai)
… que está buscando la globalización, pero a precio altísimo, con esa gente explotada por poco dinero.
Es uno de los problemas más graves; hablé sobre esto en reuniones personales. Ellos son conscientes de esto, son conscientes de que la libertad hasta cierto punto está condicionada no sólo por los militares, sino también por los grandes fideicomisos internacionales y se han centrado en la educación, y creo que fue una sabia elección. Hay planes para la educación, me mostraron los porcentajes de los últimos años y cómo ha disminuido el analfabetismo. Bastante. Y eso es lo que han elegido, y tal vez vaya bien. afirman que con la educación, el país va.
Jean-Marie Guénois (Le Figaro)
Hoy viene de Birmania. Antes ha estado en Corea, Filipinas, Sri Lanka… La impresión es que está rodeando China. Por tanto, dos preguntas sobre China: ¿Se está preparando a un viaje a China? Y segundo: ¿qué cosas ha aprendido de este viaje sobre la mentalidad asiática en vista a ese proyecto de China?
Hoy, la señora consejera de Estado de Myanmar fue a Beijing. Vemos que hay diálogos. Beijing tiene una gran influencia en la región, es natural: Myanmar no sé cuántos kilómetros de frontera tiene. Incluso en la Misa había chinos que vinieron. Creo que estos países que rodean China, Laos, Camboya, necesitan buenas relaciones, están cerca y eso me parece es sabio: si es políticamente constructivo, puede continuar. Es cierto que China hoy es una potencia mundial, si vemos que este lado puede cambiar el panorama, pero serán los politólogos quienes lo expliquen, yo no puedo explicarlo; me parece natural que tengan una buena relación.
El viaje a China no está en preparación, pueden estar tranquilos, por el momento no está en preparación. Pero hablando de Corea, cuando me dijeron que estábamos cruzando tierras chinas, sí quería decir algo: me gustaría visitar China, me gustaría, no es algo oculto. Las negociaciones con China son de alto nivel, culturales, hoy, por ejemplo, en estos días hay una exposición de los museos del Vaticano allí, luego habrá uno o hubo uno, no sé, de los museos chinos en el Vaticano, las relaciones culturales, científicos, profesores, sacerdotes que enseñan en universidades estatales chinas, están allí. Luego está el diálogo político, especialmente para la Iglesia china, con esa historia de la Iglesia Patriótica, la Iglesia clandestina que debe ir paso a paso con delicadeza, como lo están haciendo, lentamente. Creo que en estos días comenzará una sesión en Beijing de la comisión mixta. Se necesita paciencia. Pero las puertas del corazón están abiertas. Y creo que será bueno para todos viajar a China: me gustaría hacerlo.
James Longman (Abc News)
Pido perdón, pero no hablo italiano. Gracias por la posibilidad de estar en su vuelo: para mí es la primera vez. Quisiera preguntar si ha escuchado las críticas que ha recibido en estos días San Suu Kyi por haber hablado de los rohingya.
He escuchado todo eso, escuché las críticas, también escuché la crítica de no haber ido a la provincia de Rachine. Hoy ella ha ido medio día, más o menos. Pero en Myanmar es difícil evaluar una crítica sin preguntar: ¿ha sido posible hacer esto?, o ¿cómo será posible hacer esto? No quiero decir que no fue un error ir o no ir. Pero en Myanmar la situación política, es una nación en crecimiento, políticamente en crecimiento, es una nación en transición, tiene tantos valores culturales en la historia, pero políticamente está en transición. Por eso las posibilidades deben también evaluarse desde esta óptica. En este momento de transición, ¿sería posible o no hacer esto o aquello?, y ver si fue un error o no fue posible. No solo para la señora consejera de estado, también para el presidente, los diputados, el parlamento. En Myanmar, siempre debemos hacer avanzar la construcción del país y ahí se hará, como dije al principio, dos pasos adelante, uno atrás, dos adelante, dos atrás. La historia nos enseña esto. No puedo responder de otro modo por el poco conocimiento que tengo. Yo no quisiera caer en lo que hacía un filósofo argentino que fue invitado a dar conferencias a países de Asia una semana, y cuando regresaba, escribía un libro sobre la realidad de ese país. Y esto es presuntuoso.
Phil Pullella (Reuters)
El encuentro con el general estaba originalmente previsto para el jueves en la mañana, pero usted quería ver primero a San Suu Kyi. Cuando el general pidió verlo primero el día de la llegada, para usted fue como un “aquí mando yo, debe verme a mí primero”. ¿En ese momento sintió que querían manipularlo?
La solicitud fue hecha porque él, porque debía viajar a China. En cualquier caso, sucedan estas cosas, si yo puedo cambiar la cita lo hago. Las intenciones no lo sé, pero a mí me interesaba el diálogo, un diálogo que ellos pidieron y vinieron a mí. Mi visita no estaba prevista. Y creo que es más importante el diálogo que el supuesto de “aquí mandamos nosotros y somos los primeros”.
Phil Pullella
Ha dicho que no puede decir lo que se habló durante el encuentro privado, pero ¿puedo preguntarle si durante ese encuentro se usó la palabra rohingya con el general?
Usé las palabras para llegar al mensaje y cuando vi que el mensaje era aceptado dije lo que quería decir. “Intelligenti pauca” (a buen entendedor, pocas palabras…).
Periodista
Por mi parte tengo una pregunta, porque ayer cuando estuvimos con los sacerdotes que profesaron sus votos, pensé si no tienen miedo de ser sacerdotes católicos en este momento de la vida católica en ese país, y si le preguntaron a usted qué hacer cuando llega el miedo y no saben qué hacer.
Yo siempre tengo la costumbre que, cinco minutos antes de la ordenación, hablo con ellos en privado, y me han parecido serenos, tranquilos, con conciencia de la misión. Normal, normal. La pregunta que les hice: ¿Juegan futbol? “Sí”, todos, es una pregunta importante, una pregunta teológica, pero eso del miedo no lo he percibido. Ellos saben que deben ser cercanos, cercanos a su pueblo, eso sí, se sienten cercanos al pueblo, y eso me ha gustado. Luego hablé con los formadores, con algún obispo y me han dicho que antes de entrar en el seminario se hace un preseminario, y aprenden muchas cosas, incluso aprenden perfectamente inglés, por decir algo práctico, aprenden inglés y empiezan el seminario, así que la ordenación no es a los 23, 24; es a los 28, 29 años. Parecen niños, porque todos se ven muy jóvenes, todos, incluso el mayor de ellos, pero los veo seguros. Son cercanos a su pueblo, es así, y se cuidan porque cada uno de ellos pertenece a una etnia y por eso se cuidan.
Les doy las gracias, por las preguntas, les agradezco todo lo que han hecho. ¿Qué piensa el Papa de su viaje? A mí el viaje me hace bien cuando consigo encontrar al pueblo del país, al pueblo de Dios, cuando logro hablar, encontrarlos, saludarlos, el encuentro con las personas. Hemos hablado del encuentro con los políticos. Sí, es cierto, se debe hacer, con los sacerdotes y obispos, pero con la gente, esto, el pueblo, el pueblo que es precisamente lo profundo de un país. Cuando encuentro esto, cuando llego a encontrarlo, ahí soy feliz.
Les agradezco mucho su ayuda, muchas gracias por sus preguntas y también por las cosas que aprendo con sus preguntas. Gracias, buena cena.
Greg Burke
Gracias, Santidad. Que descanse.
Fuente: vatican.va.
Traducción de Luis Montoya.
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