Cuando internet ayuda a llevar “fragmentos de bien”: hay la posibilidad, en pocos segundos, de alcanzar a miles de personas
Hemos hablado con don Federico Fabris, sacerdote de la diócesis de Padua desde el 3 de junio de 2007, procedente de un pequeño pueblo de montaña, Roana, ubicado en la meseta de Asiago (norte de Italia).
Desde el pasado 11 de octubre de 2015 es párroco de Camporovere, pueblo de unos 400 habitantes que se encuentra cerca de Roana.
Afirma que se encuentra en una realidad muy pequeña cuyo tejido social es poco estimulante. Por tanto, dice, “¡el ministerio sacerdotal... hay que inventarlo por completo!”
Ama dedicarse lo más posible a las personas que sufren o que se encuentran viviendo en situaciones particulares y difíciles. Dedica bastante tiempo a la lectura y actualmente “sigue” la Nacional Italiana de Fútbol de Amputados. Es un gran apasionado del fútbol y es seguidor del Vicenza.
Don Federico, usted gestiona una página Facebook, en la que comparte pensamientos y reflexiones sobre la vida cristiana. ¿Qué piensa de las redes sociales? ¿Por qué cree que pueden ser una plataforma apta para hablar de Dios?
Creo que las redes sociales pueden ser un instrumento a través del cual es posible hacer llegar algún fragmento de bien, de Evangelio, de fe. Lo utilizan ya la mayor parte de las personas, acostumbradas cada vez más a cosas inmediatas, instantáneas, rápidas. Hay la posibilidad, en pocos segundos, de alcanzar a miles de personas. Como todo objeto y todo instrumento, las plataformas sociales pueden ser utilizadas para el bien o para el mal. Pero incluso leer solo una frase o un pensamiento profundo puede dar un “la”, una carga diferente al día de quien quizá está siempre en su oficina…
Pero si estos medios sustituyen al diálogo, a las relaciones personales, obviamente dejan de tener una función positiva. El justo equilibrio en su uso dona equilibrio a la vida y a la fe.
Estas “plazas virtuales” pueden ser aptas para hablar de Dios porque Jesús mismo, para dar a conocer a Dios, utilizó un lenguaje sencillo, popular. ¡El de las redes sociales puede serlo!
¿De qué forma internet puede ser puesto al servicio del bien? ¿Puede darnos algunos ejemplos unidos a su experiencia?
Internet puede ser un medio óptimo y eficaz para realizar el bien, seguramente. Haciendo más rápida la comunicación (¡basta un click!) es posible realizar muchas actividades y compartir hechos positivos, buscar informaciones, ser ayudados para ampliar los propios conocimientos y la propia cultura...
Para mí es un instrumento útil para compararme con caminos de fe de otras diócesis, de otros países; para conocer eventos y propuestas sobre alguna temática, algún documento… Me ayuda a permanecer “dentro del mundo”, no como espectador, sino como protagonista, que intenta hacer lo mejor posible su parte.
En uno de los artículos presentes en su página, afronta el delicado tema de la homosexualidad. Nosotros, de Family and Media, hemos aconsejado a nuestros lectores el texto Atracción por el mismo sexo de John Francis Harvey, un libro que se propone apoyar a aquellos que tienen tendencias homosexuales y desean vivir en el amor de Dios, caminando a la luz del Evangelio, en el respeto de la doctrina de la Iglesia, para alcanzar una felicidad plena. Usted cita un texto de Philippe Arino, Homosexualidad contracorriente – Vivir según la Iglesia y ser felices. ¿Por qué?
Amo aconsejar libros: pueden ser una gran fuente de enriquecimiento, una ocasión para descubrir y conocer mejor la realidad o situaciones de las que se sabe poco, quizá con superficialidad o solo “de oídas”. También esta cuestión va tratada con respeto y prudencia, evitando sentencias fáciles, como lamentablemente sucede a veces.
Por esto aconsejo el libro, porque se presenta como un instrumento útil para “entender algo más” sobre un tema que en nuestros días pide reflexionar y valorar muchas situaciones, que a veces esconden sufrimiento y cansancio.
¿Cuáles son los temas que afronta de mejor grado en su página y por qué?
Al ocuparme de mi página no sigo un guión prefijado de temas: mi objetivo es ayudar a pensar, a hacer reflexionar a quien lee. Algunos temas me los sugieren personas, o sus dificultades; otros pueden nacer después de haber vivido una determinada experiencia, de compartir, del debate; otros surgen de artículos que leo en los periódicos...
En cualquier caso, no me interesa afrontar asuntos banales. Deseo que estén en línea con los valores, la fe, las preguntas profundas y más difíciles que las personas se plantean. Por esto acepto y, es más, a veces busco matices de jóvenes, madres o padres de familias, para escribir algunas líneas…
Sabemos que usted es autor de algunos libros… ¿Sobre qué le gusta escribir?
De momentos he trabajado en dos textos. El primero, junto a otros cuatro hermanos sacerdotes, de la diócesis de Padua, para recordar a nuestros querido amigo, Michele Dal Bianco, que subió al cielo el pasado 13 de febrero de 2015, por un tumor en la cabeza, después de 33 meses de lucha contra la enfermedad. El texto se titulaba Nada es imposible y es un pequeño evangelio de nuestros días (así ha sido definido). Hemos querido contar nuestra experiencia junto a un chico que era muy consciente de lo que le estaba pasando, ha sabido vivir con fe y valentía también la enfermedad y ¡nos ha regalado a nosotros un testimonio muy fuerte!
El segundo se titula Tu Iglesia, y es una recopilación de reflexiones que he realizado preguntando a los jóvenes y padres cómo sueñan la Iglesia. De sus aportaciones han nacido reflexiones que he pensado difundir en un pequeño “manual” y que −deseo− pueda contribuir a hacer surgir toda la belleza de la Iglesia: una Iglesia verdadera, alegre y que no se cansa de proponer el Evangelio… ¡ese Evangelio sobre el que vale la pena apostar la propia existencia!
Fuente: familyandmedia.eu.
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