Al filo de los cincuenta años Norma McCorvey se convirtió al cristianismo y trabajó activamente en la causa pro-life, repitiendo que lo peor que había hecho en su vida fue apoyar el aborto
La prematura muerte de Norma McCorvey (69 años) es hoy noticia en algunos diarios. Ella fue, con el pseudónimo “Jane Roe”, la ganadora en la causa que abrió las puertas al aborto en Estados Unidos (Roe vs Wade, 1973). Paradójicamente, Norma nunca abortó: el hijo que esperaba (su tercero) lo tuvo y lo dio en adopción.
Hemos sabido además −por ella misma− que nunca asistió a las sesiones del palacio de justicia en las que se examinaba su caso y que se inventó el haber sido violada para hacer más poderosa su petición de aborto. Quienes gestionaron todo fueron las dos abogados (Sarah Weddington y Linda Coffee), con las que se entrevistó… tres o cuatro veces. Se enteró de la decisión del Tribunal Supremo por la prensa.
En las necrológicas se recuerda que al filo de los cincuenta años (1996) se convirtió al cristianismo y trabajó activamente en la causa pro-life, repitiendo que lo peor que había hecho en su vida fue apoyar el aborto. Esta conversión es mencionada en algunos obituarios de hoy como muestra de la “confusión” que le acompañó durante toda su vida. En realidad, sus últimos veinte años no fueron para nada confusos, en contraste con su vida anterior. Fueron casi la batalla de Norma MacCorvey contra Jane Roe, el personaje que vistió durante casi treinta años.