No hay misericordia sin justicia. Esta es la relación entre dos realidades aparentemente irreconciliables que el Papa está enseñando en este Jubileo
Por un lado Francisco explica que Dios no quiere que nadie se condene.
"Dios quería salvar a Pilatos, e incluso a Judas. ¡A todos! El Dios de la Misericordia quiere salvar a todos, el problema es dejar que entre en el corazón” (Audiencia general, 3.II.2016).
Por otro lado Francisco explica que cumplir la ley al pie de la letra puede producir graves injusticias. Una justicia sin misericordia, señala, es simplemente venganza o hipocresía. Y recuerda que en el Evangelio se menciona a jueces que actúan así.
"Seguían la Ley, pero descuidaban la justicia. Seguían la Ley, pero descuidaban el amor. Eran modelos: eran los modelos. Y Jesús tenía una palabra para esta gente: hipócritas” (Homilía de la Misa en santa Marta, 31.X.2014)
La justicia, explica el Papa en la bula Misericordiae Vultus, no es el fin, sino un paso hacia el arrepentimiento. Un paso crucial que permite experimentar el perdón, la ternura y la misericordia de Dios.