El Jubileo de los Catequistas tuvo su broche final con la misa celebrada por el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro el último domingo de septiembre
El domingo 25 de septiembre el Papa Francisco celebró una Santa Misa con motivo del Jubileo de los catequistas. Como portal de catequesis que somos, en Arguments nos ha parecido importante resumir, a modo de consejos, las ideas que Francisco transmitió en su homilía.
1. Fijar nuestros ojos en lo esencial de la fe
El Papa ha insistido en que debemos poner por encima de todo el anuncio principal de la fe: Jesús ha resucitado. “No hay un contenido más importante, nada es más sólido y actual”. Cualquier otro aspecto de la fe pierde fuerza y sentido si se aísla del anuncio pascual.
2. Apostar por el Evangelio de la caridad
Este se resume en el mandamiento nuevo de Jesús: “Que os améis unos a otros como yo os he amado” (Jn 15,12).”A Dios-Amor se le anuncia amando”, explicaba el Papa. No se puede evangelizar a la fuerza, ni imponiendo verdades. Se debe procurar un encuentro real con las personas, porque anunciamos a Jesús, que no es una idea, sino una persona viva. El mensaje de Jesús “llega a través del testimonio sencillo y veraz, con la escucha y la acogida, con la alegría que se difunde”.
3. Evitar la mundanidad que nos vuelve ciegos
Francisco denuncia una ceguera que no nos deja ver más allá de nuestra propia burbuja y comodidad. Los ojos no ven porque el corazón no siente. La causa de esto radica en que en nuestros corazones ha entrado la mundanidad que adormece el alma. “La mundanidad es como un «agujero negro» que engulle el bien, que apaga el amor, porque lo devora todo en el propio yo”. Nos volvemos estrábicos: solo miramos lo que nos interesa, y nos volvemos indiferentes ante los más necesitados.
4. Huir del escepticismo quejoso
El Papa recuerda que no somos profetas que se complacen en denunciar peligros o extravíos. Ni tampoco somos personas que se atrincheran y lanzan juicios amargos contra la Iglesia y la sociedad. Si así lo hacemos, contaminamos el mundo con negatividad. Quien no tiene familiaridad con la Palabra de Dios tiene el peligro de sufrir de escepticismo quejoso. Al contrario, debemos anunciar el Evangelio con alegría: “El que proclama la esperanza de Jesús es portador de alegría y sabe ver más lejos, porque sabe mirar más allá del mal y de los problemas”.
5. Llenarse de sensibilidad ante los necesitados
Debemos estar atentos al prójimo y a sus necesidades, pide el Papa. “Ante los muchos Lázaros que vemos, estamos llamados a inquietarnos, a buscar caminos para encontrar y ayudar, sin delegar siempre en otros o decir: «Te ayudaré mañana»”. El Papa exhorta a que pidamos al Señor sensibilidad ante los pobres, “que no son un apéndice del Evangelio, sino una página central, siempre abierta ante nosotros”.