Matrimonio de 43 años explica sus ‘trucos’ para llegar a fin de mes
Javier y Yolanda tienen 43 años. Y ocho hijos. Ellos nunca se plantearon tener una familia numerosa, pero «la vida te va llevando y estamos encantados». Reconocen que no todo es fiesta, aunque el ambiente en su casa es muy alegre y cuando consiguen acostar a todos y esta pareja se va a la cama sienten la gran satisfacción de haber cubierto, un día más, todas las necesidades de sus hijos de 15 años, 14, 11, 10, 8, 5 y las gemelas de dos.
Él es programador informático y aunque se levanta muy pronto, manifiesta su «suerte» por poder llegar a las seis de la tarde a su casa. «Más me alegro yo, −confiesa entre risas su mujer− porque así nos repartimos las tareas con los niños». Yolanda se levanta a las seis y media de la mañana y, si no le ha dado tiempo el día anterior a preparar la comida de los niños, se pone con las manos en la masa. «Cada uno se lleva un termo con su comida al colegio. De otra forma no sé cómo podríamos hacerlo porque el comedor sale por unos 90 euros al mes por niño».
Después despierta a sus hijos y los mayores ayudan a los pequeños a vestirse. Y todos se hacen la cama −unos más que otros, confiesa su madre−. A las 8.40 salen de casa y dejan a las gemelas en una escuela infantil muy cercana. Después corriendo al cole en el coche. A las 9.30 termina con el tour. Es entonces cuando ella aprovecha a hacer a compra.
«Suelo ir hasta a tres supermercados en busca de las mejores ofertas. También aprovecho los descuentos que hacen al comprar productos, como por ejemplo los yogures, cuando les faltan tres días para caducar. En mi casa se consumen tan rápido que no hay problemas de fechas. Algunos alimentos, como los zumos, son solo para las pequeñas y algún día, como algo excepcional, los mayores pueden tomar alguno».
«Otra forma de ahorrar −prosigue− es comprar lotes familiares que permiten tener más cantidad por menos dinero. Me supone mayor ahorro sobre todo en pañales, que gastamos un montón. Antes solía ir cada tres días a comprar pero, ahora, como son más mayores, voy casi a diario porque me resulta más rentable para llenar la nevera de comida».
Este matrimonio explica que, además, la compra no puede ser muy grande porque su casa no tiene demasiado espacio. Hace unos años vivían en un piso de tres dormitorios y un baño, que se les quedó muy pequeño cuando nació su sexto hijo. «Como no podíamos asumir una hipoteca mayor, decidimos alquilar nuestro piso e irnos a otro de alquiler de cuatro habitaciones, dos baños y piscina en la urbanización. Vivimos más desahogados −explica Javier−, y eso que después nacieron las gemelas. Nos apañamos con camas y literas plegables y en la habitación de matrimonio duermen cuatro de nuestras hijas y nosotros en el dormitorio más pequeño».
Javier confiesa que su sueldo, que no llega a los dos mil euros, no alcanza para ahorrar. «No nos vamos de vacaciones, por eso alquilamos un piso con piscina con la idea de que los niños disfrutaran en verano. También organizamos alguna excursión a la sierra, pero poco más porque no nos alcanza el dinero y porque mis hijos tienen primos y amigos y se van con ellos y lo pasan pipa».
«Casi siempre estamos en números negativos y es verdad que hemos pasado por momentos difíciles, pero siempre hay alguien que te ayuda a salir adelante −añade Yolanda−. Alguna vez mis hijos me preguntan que por qué no trabajo −también soy informática− y les explico que si lo hiciera todo el sueldo se iría en pagar a alguien para que se ocupara de ellos. La pena es que no existan trabajos por horas que pueda hacer en los ratos que me quedan libres cuando ellos están en el colegio y que pudiera hacer desde casa», se lamenta.
Uno de los momentos económicos más complicados es el comienzo de curso. Javier se guarda íntegra la paga extra de antes del verano para la vuelta al cole. Sus hijos van a un colegio concertado y llevan uniforme «aunque este año solo hemos comprado uno porque son heredados o nos los han prestado −apunta orgullosa Yolanda−. Lo de los libros es más complicado por los continuos cambios en la Lomce. No obstante, tenemos cerca una librería de confianza y nos dejan pagar los libros según vamos pudiendo. Antes contábamos con la beca de la Comunidad de Madrid, que han quitado, y ahora aprovechamos las del ayuntamiento de Alcorcón y los descuentos que nos hacen en el colegio».
Sus hijos apenas saben lo que es una extra escolar porque supone un gasto más. Para contrarrestarlo, esta familia acude a polideportivos donde hay actividades más económicas para que sus hijos no se queden sin hacer lo que les gusta. Si estos padres detectan en alguno de sus hijos una necesidad específica, sí han hecho un esfuerzo y actualmente dos de sus hijos van a una extra escolar de fútbol.
Este matrimonio confiesa que tener hoy una familia numerosa es difícil, pero no imposible. «Es una experiencia que te ayuda a superarte y a afrontar con optimismo las dificultades. A nuestros hijos claro que les gustaría tener más cosas y salir de vacaciones, pero no son materialistas, saben que conseguir las cosas supone un esfuerzo y, si alguna vez pueden ir al cine o a un parque de atracciones, lo valoran enormemente. Saben compartir, colaborar en casa y disfrutar al máximo cuando tienen una recompensa».
El ejemplo de esta familia numerosa no es único. Es una muestra más de cómo hacen verdaderos esfuerzos para llegar a fin de mes. Según un estudio reciente de la Federación de Familias Numerosas (FEFN) y la Fundación Madrid Vivo, más de la mitad llega justa a fin de mes (59%) y una de cada tres ha tenido que gastar ahorros o contraer alguna deuda para afrontar todos los gastos de la familia. Es más, el 45% de ellas vive con entre 1.500 y 3.000 euros al mes y un 28% cuenta con menos de 1.500 euros mensuales. Pero esto no es lo peor.
Según declara a ABC Eva Holgado, presidenta de FEFN, es muy preocupante que un 28% de estos hogares estén por debajo de los 1.500 euros, cuando son familias de cinco miembros mínimo. «Es necesario acabar con el tópico de que las familias numerosas llevan una vida de película como aparece en muchas series de televisión, son ricas, viven en viviendas enormes... Esa no es la realidad. Lo cierto es que hacen verdaderos esfuerzos por cubrir todas sus necesidades y la mayoría viven en cien metros cuadrados. Además, suelen trabajar el padre y la madre fuera de casa».
Sabiendo que estas familias viven acostumbradas a apretarse el cinturón, hay personas que se les plantean que para vivir así que no tengan tantos hijos. «Yo les diría que cada uno disfrutamos de la libertad de decidir los hijos que queremos tener −apunta la presidenta de FEFN−. Nosotros no nos quejamos −advierte−. No pedimos ayuda. Sólo pretendemos que se proteja a estas familias y se las estimule, del mismo modo que se hace con otros colectivos como los emprendedores, los autónomos, las pymes... Las familias, y más aún las numerosas, constituyen un activo muy importante para la sociedad, más aún cuando son las que pueden garantizar el relevo generacional».
Entre las medidas que permitirían aflojarse el cinturón a estas familias, Eva Holgado señala dos principales: que las ayudas se reciban en función de la renta per cápita, no por renta familiar, puesto que cada familia tienen un número de hijos diferente y, en segundo lugar, que se establezca una prestación universal por hijo a cargo.
Otra de las peticiones expresas es tener más tiempo para pasar en familia, tal y como quedó patente en su último congreso nacional, celebrado el pasado 1 de octubre, bajo el lema «Conciliemos, mi familia pide tiempo». Más de la mitad de estas familias, cuatro de cada diez padres, el 51%, considera la conciliación de la vida laboral y familiar como la principal dificultad que tienen hoy en día para tener hijos, seguida de la inestabilidad y la precariedad en el empleo (35%).
Según los datos del último estudio de la Federación de Familias Numerosas (FEFN) y la Fundación Madrid Vivo, la familia numerosa «tipo» estaría formada por una pareja de edades entre los 40 y 50 años, mayoritariamente casada (85%) con tres hijos (72%) en edad escolar: en la mayoría de estos hogares hay niños de 3 a 6 años (57% de las familias) y de 7 a 11 años (65%) y sólo un 15% tiene hijos mayores de 18 años.
Los padres tienen formación mayoritariamente universitaria (60% en el caso de las madres y 51% en el de los padres) y en la mayoría de los casos ambos trabajan fuera de casa, aunque son muchos más los hombres que cuentan con un trabajo remunerado: 89% frente al 62% de mujeres. Casi la mitad de los encuestados es asalariado del sector privado (48% de hombres y 35% de mujeres), seguido de los empleados del sector público, que suponen el 19% en ambos casos (padre y madre).
La dedicación al hogar (ama de casa) es señalada por el 22% de las mujeres mientras que en el caso de los hombres, los que se ocupan de ello son una minoría no representativa: sólo 18 respuestas de un total de 4.084 encuestas.
Laura Peraita, en abc.es.
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