La actitud ejemplar de los hinchas irlandeses ha contribuido a hacer de esta competición una gran fiesta popular
Este domingo se jugará la final de la Eurocopa 2016 de fútbol. Aún no se saben los equipos finalistas pero hay una nación que ya se ha llevado su premio: Irlanda. La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, ha decidido conceder la medalla de la Ciudad a los hinchas de las selecciones de Irlanda y de Irlanda del Norte durante la Eurocopa por su “actitud ejemplar, que ha contribuido a hacer de esta competición una gran fiesta popular”. “Los seguidores tienen también un papel esencial en el éxito de este formidable evento deportivo” y por ello “se distinguirá a los aficionados de Irlanda e Irlanda del Norte por su actitud ejemplar, juego limpio, entusiasmo y buen humor”, señaló la alcaldesa. Según Hidalgo, los hinchas de esos equipos “han contribuido a que en París reine un ambiente festivo desde hace quince días” y “son un ejemplo para los aficionados del mundo entero”. Del mismo modo, el secretario general de la UEFA, Theodore Theodoridis, anunció la intención de esa institución de buscar también una fórmula para recompensar a las mejores hinchadas. “Queremos poner en valor las imágenes positivas del fútbol”, declaró.
¿Por qué la afición de Irlanda? ¿Qué tienen de especial? Los irlandeses tienen muy arraigados los valores cristianos de una fe que vieron perseguida, pisoteada, amenazada. Es cierto que la secularización de la sociedad avanza, y que los escándalos protagonizados por algunos sacerdotes han dejado su huella en la confianza del pueblo. Pero no deja de notarse lo que durante siglos se aprendió en la escuela, los valores de la educación, el respeto por el otro en la convivencia (no olvidemos que el pub irlandés, a diferencia del inglés, es centro de reunión diaria de todas las generaciones a la vez, del bisabuelo al recién nacido), la amabilidad...
Estos valores se han transmitido gracias en buena medida a la escuela católica, que gestiona la mayoría de los centros educativos del país. Un irlandés recibe media hora de religión al día. Es con esa “actitud ejemplar” que señala la alcaldesa de París con la que se han ganado a franceses de todos los tipos, como vemos en los vídeos que se han hecho virales estas pocas semanas. Lejos de cometer las tropelías de, por ejemplo, sus vecinos ingleses, y de otras muchas aficiones, se han destacado “por su actitud ejemplar, juego limpio entusiasmo y buen humor”, citando otra vez a Anne Hidalgo.
Benedicto XVI puso repetidamente de relieve la importancia de reconocer y consolidar las raíces cristianas de Europa. Ya en 2006 dijo:
“La herencia cristiana de Europa ofrece valiosas directrices éticas en la búsqueda de un modelo social que responda adecuadamente a las exigencias de una economía ya globalizada y a los cambios demográficos, garantizando crecimiento y empleo, protección de la familia, igualdad de oportunidades en la educación de los jóvenes y solicitud por los pobres” (Aquí podéis leer este discurso completo).
Estas palabras del Papa emérito alemán sirven hoy con gran actualidad. Tenemos a los vecinos de Irlanda, los británicos, que ya han votado a favor de irse de la UE con el famoso “Brexit”… Y ya hay otros países europeos que anuncian acciones similares: Francia, Alemania, Holanda, Italia, Polonia… (aquípodéis leerlo) Una de las razones detonantes del rechazo a la UE es la llamada “crisis de los refugiados” y la masiva afluencia de inmigrantes en los países de la Unión Europea. El miedo a que se acabe el “estado del bienestar” occidental nos hace cerrar las puertas… como si se pudieran poner puertas al campo… Y los partidos populistas y ultranacionalistas han demostrado saber cómo utilizar ese miedo a perder el sitio.
Esta semana se ha celebrado la Reunión de los secretarios de las Conferencias de obispos de Europa. Han concluido que el Evangelio es «el mensaje central para el continente. Europa no se puede entender sin la fe» (Aquí podéis leer el artículo en Alfa y Omega)
Ayer y anteayer tuvo lugar en el campus de Barcelona del IESE el 19 Simposio Internacional de Ética y Estrategia Empresarial (Aquí podéis ver el programa). Tuve ocasión de escuchar directamente en boca de grandes gurús como Freeman (Stakeholders’ theory), Zamagni (Welfare generativo) y Raj Sisodia (Conscious capitalism), entre otros, la necesidad de un nuevo paradigma para la dirección de empresas que sea al tiempo eficaz y sostenible (ético).
Yo presenté junto a mi colega de claustro, el doctor Melé, y Marta López-Jurado un paper que muestra el reduccionismo del homo economicus y propone el modelo de persona como ser libremente adaptable. La formación en valores cristianos como la de los hinchas irlandeses es crucial para que el buen uso de su libertad sea creciente y sostenible.
La afición irlandesa ha dejado tan buen sabor de boca por su simpatía alegre y desbordante que desahogan en cantos y no en peleas. Hay toda una serie de videos donde se les puede ver cantando el padrenuestro al paso de una monja, cambiando la rueda pinchada de un señor local, arrullando bajito con una nana a un bebé que iba en metro con sus padres… A continuación os dejo algunos ejemplos, ojalá tomemos ejemplo en la convivencia diaria de los pueblos del mundo en Europa.