Revitalizar el papel de la mujer en la Iglesia y en la teología es una preocupación que el pontífice tiene desde el principio de su pontificado
Contar más con las mujeres en la toma de decisiones dentro de la Iglesia: es el punto central del diálogo que el papa Francisco mantuvo con más 800 religiosas reunidas en Roma para celebrar Asamblea Plenaria de Superiores Generales. El papa aseguró que la Iglesia está llamada a enriquecerse con “el genio femenino”. Un camino para ello es incorporar el parecer de las mujeres “en los procesos de toma de decisiones”, a todos los niveles: desde los consejos parroquiales o episcopales, hasta las oficinas del Vaticano. Sobre este último aspecto, el pontífice señaló que es posible, por ejemplo, más presencia femenina en “la secretaría del Pontificio Consejo de Justicia y Paz” o “en el Dicasterio para los inmigrantes”. Encargos para los que no es necesaria la ordenación sacerdotal. Son propuestas que el papa hace desde la convicción de que “la mujer ve las cosas con una mirada distinta a la de los hombres, y esto enriquece: ya sea en las consultas, en las decisiones, ya sea en cómo se concretan los asuntos”, explicó.
Qué dijo realmente Francisco sobre el diaconado femenino
El diálogo con las religiosas trajo a colación la figura de las diaconisas de los primeros siglos de cristianismo, mujeres que desarrollaban diversas tareas de servicio en la comunidad cristiana. Francisco se ha comprometido a crear una comisión para aclarar qué clase de ministerio desempeñaban esas mujeres y si recibían algún tipo de consagración para desarrollar su misión. Además, dijo que “pediría a la Congregación para la Doctrina de la Fe información sobre este tema”. Precisamente, en 2002, este dicasterio publicó un documento que afronta esa cuestión, elaborado por Comisión Teológica Internacional.
El portavoz vaticano, Federico Lombardi, explicó que no es verdad la supuesta apertura de la Iglesia a la ordenación de mujeres diácono, como han reflejado numerosas noticias. “Ha habido mucho ruido sobre el hecho de que el papa, respondiendo a una pregunta, haya hablado de una comisión para estudiar la cuestión del diaconado de las mujeres. Es un tema del que se habló mucho en el pasado y que nace del hecho de que en la Iglesia antigua existían mujeres llamadas “diaconisas”, que desarrollaban ciertos servicios en la comunidad”, afirmó Lombardi. “Conviene ser honestos: el papa no ha dicho que tenga intención de introducir una ordenación diaconal para las mujeres, y mucho menos ha hablado de la ordenación sacerdotal de mujeres”, añadió el portavoz. La equivocada interpretación de sus palabras, extrañó al mismo Francisco: “El papa me ha llamado sorprendido por las reacciones sobre las diaconisas. Él piensa en una comisión, no concluyamos por adelantado”, explicaba el número 3 de la Secretaría de Estado, Mons. Angelo Becciu, en su cuenta de Twitter.
El diaconado en la Iglesia es, en la actualidad, un grado del sacramento del orden sacerdotal. Como recordó el papa a las religiosas, la ordenación sacerdotal no es un modo exclusivo de servir en la Iglesia. “Quisiera explicar un poco lo que he dicho sobre la participación de las mujeres en la Iglesia −explicó en 2013, duranteel viaje de vuelta de Brasil− pues no se puede limitar al hecho de que hagan de monaguillas, sean presidentas de Caritas, catequistas… ¡No! Debe haber algo más, pero más en profundidad, incluso más de místico, es lo que he dicho sobre la teología de la mujer. Y en referencia a la ordenación de las mujeres, la Iglesia se ha pronunciado y ha dicho: “No”. Lo ha dicho Juan Pablo II, pero con una formulación definitiva. “Esa puerta está cerrada, pero sobre esto quiero decirle algo. Ya lo he dicho, pero lo repito. La Virgen María era más importante que los Apóstoles, los obispos, los diáconos y los sacerdotes. La mujer, en la Iglesia, es más importante que los obispos y los sacerdotes; el cómo es lo que debemos intentar explicitar mejor, porque creo que falta una explicitación teológica de esto”.
Revitalizar el papel de la mujer en la Iglesia y en la teología es una preocupación que el pontífice tiene desde el principio de su pontificado. Así lo manifestó en una entrevista de 2013: “Es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia. Temo la solución del “machismo con faldas”, porque la mujer tiene una estructura diferente del varón. Pero los discursos que oigo sobre el rol de la mujer a menudo se inspiran en una ideología machista. Las mujeres están formulando cuestiones profundas que debemos afrontar. La Iglesia no puede ser ella misma sin la mujer y el papel que ésta desempeña. La mujer es imprescindible para la Iglesia”.
Feminismo y clericalismo: dos grandes riesgos
El papa advirtió a las religiosas de dos peligros: el feminismo y el clericalismo. “El papel de la mujer en la Iglesia no es fruto del feminismo, es un derecho: es un derecho de bautizada con los carismas y los dones que el Espíritu le ha dado. No caigamos en el feminismo, eso reduciría la importancia de una mujer”, aseguró Francisco. Sobre el clericalismo el papa denuncia el “párroco cabeza” que clericaliza al laico y al laico que se deja clericalizar. Según Francisco, apostar por la participación de los laicos en los consejos pastorales y diocesanos, es una demostración de que “un sacerdote no es cabeza de una comunidad, sino servidor de una comunidad”.