La sociedad española está ya girando definitivamente a favor de la vida
ElPeriodicoMediterraneo.com
La manifestación de hace unas semanas a favor de la vida mostró, entre otras cosas, que el aborto es una causa perdida
para los abortistas. Hoy, los abortistas, serían incapaces de sacar a la calle un número suficiente de personas que apoyaran la ley. Casi nadie, en la sociedad, quiere aparecer, públicamente, defendiéndola. Otra cosa es que desde el gobierno se quiera sacarla adelante, aunque el costo electoral que van a tener es evidente.
Frente a lo que nos decía la Ministra de Sanidad ya no lo dice el aborto sí que provoca debate en España. Ella señalaba que era un hecho asumido por la sociedad. Es obvio que no es así y, además, las encuestas más fiables muestran que la sociedad española está ya girando definitivamente a favor de la vida.
Los abortistas han perdido la batalla de las ideas. Son totalmente incapaces de argumentar a favor de una ley de este tipo. No pueden defender que el feto no es una persona porque cuando lo hacen, o cuando habla la Ministra de Igualdad, sus argumentos sonrojan. Cada vez que la ministra abre la boca, consigue que más personas se posicionen en contra del aborto.
Han perdido los abortistas, sobre todo, el argumento de la Iglesia o del Partido Popular. De pronto, se han encontrado con que el aborto no es una cuestión de los católicos o una cuestión solo religiosa, sino que es un tema social, en el que se identifican católicos y no católicos, derechas e izquierdas. En la manifestación de hace unas semanas, lo que había en la cabecera de la manifestación eran asociaciones civiles, no obispos ni líderes políticos en activo.
Y es lógico que sea así. A la sociedad le repugna que el feto sea considerado una cosa. Aunque se tengan dudas sobre el momento en que el feto es una persona, para estas personas que dudan hay un hecho evidente: se va a convertir en persona. Solo este hecho, justifica la protección del mismo. Para los que además pensamos que el feto es persona desde el primer momento de la concepción, la protección está todavía más justificada.
Es muy ilustrativo el caso de los Estados Unidos. Cuando, a mediados de los setenta del pasado siglo, el Tribunal Supremo habló del aborto como un derecho, la sociedad americana, en su mayoría, estaba de acuerdo con aquella sentencia. Sin embargo, la labor de los grupos pro-life ha logrado dar la vuelta a la tortilla. Hoy se puede decir que la sociedad norteamericana está mayoritariamente a favor de la vida.
Los abortistas están, literalmente, contra la espada y la pared, sin argumentación y sin ideas. Tan es así que para poder aprobar en la Cámara de los Representantes la denominada reforma Obama en materia sanitaria, ha sido necesaria la introducción de una enmienda en la que se prohíbe que con esos fondos federales se financie el aborto.
Luis Martínez Vázquez de Castro. Catedrático de Derecho civil