AnalisisDigital.com
«Por tantos», es el lema de esta campaña, intentando resumir los millones de personas que se benefician de la labor pastoral y social de la Iglesia.
Autofinanciación de la Iglesia
En la financiación actual de la Iglesia conviene destacar algunos aspectos. De una parte la novedad porque desde ahora se hace más patente la autofinanciación por medio del 0,7 por ciento de los contribuyentes que así lo deciden, sin percibir ya el complemento acordado hace años, que algunos utilizaban como pretexto para hablar de privilegios de la Iglesia.
De otra parte, que a partir de este ejercicio la responsabilidad recae sobre los fieles en primer lugar para aportar ese tanto por ciento, sin que suponga un incremento personal, pero muy principalmente sobre la Jerarquía eclesiástica que debe hacer un esfuerzo de comunicación para explicar tantas aportaciones de la Iglesia a la sociedad, en labores de asistencia y de educación, que ahorra al Estado más de 8 mil millones de euros, y no es una exageración.
Finalmente hay que contar con la antipatía del Gobierno de Rodríguez Zapatero que es claramente laicista y no mira con buenos ojos la realidad de la Iglesia, ni el trabajo de los creyentes por la convivencia pacífica y el bien común. Añadiendo además que recibe el apoyo incondicional desde sus terminales mediáticas anticatólicas para molestar todo lo que pueden a los católicos. Veamos algunos detalles.
Labor social de la Iglesia
El «gerente» de la Iglesia española, el seglar Fernando Giménez Barriocanal, ha recordado que sigue aumentando el número de declarantes a favor de la Iglesia, que se acercan a los 7 millones. En la primera fase de la campaña publicitaria para explicar la nueva financiación se ha mostrado la gran labor social y asistencial que hace la Iglesia española. Y ahora, en la segunda fase, se intenta aumentar el número de personas que ponen una cruz para destinar ese 0,7 por ciento a la Iglesia, con lo cual se cubre alrededor del 25 por ciento. Porque, no hay que olvidar que el dinero de la Iglesia en España procede principalmente, en más de un 70 por ciento, de las aportaciones de los fieles, y de quienes reconocen su labor religiosa, humanitaria y educativa.
«Por tantos», es el lema de esta campaña, intentando resumir los millones de personas que se benefician de la labor pastoral y social de la Iglesia. A modo de resumen, bastará recordar que la Iglesia católica en España gestiona 4.500 centros sanitarios en España; 890 casas para ancianos, enfermos y discapacitados; 259 orfanatos y otras tantas guarderías infantiles; cerca de 3.000 centros de caridad para pobres, inmigrantes, o drogodependientes, etc.
De todo ello se benefician más de cerca de 3 millones de personas. Y para no cansar recordemos también que diversas instituciones católicas dirigen 5.197 colegios y centros educativos en los que se educan 1.300.000 niños y jóvenes. Sorprende que a la vista de esta inmensa labor voces del Gobierno socialista tengan tanta prisa en prescindir de los capellanes de hospitales, hurtando así el derecho de los católicos, la abrumadora mayoría de la población, a recibir asistencia religiosa en el dolor y a la hora de morir en paz con Dios.
Otra cosa bien distinta son las ONG que llevan a cabo una labor social, como Cruz Roja y Caritas, que también se beneficiarán de una subida igual a la de la Iglesia. Esta última recibe 180 millones de euros y asiste a unos 8 millones de personas necesitadas.
Tomen nota los recalcitrantes laicistas, si quieren. En cualquier caso, la Iglesia invita a rellenar las dos casillas ya que no se excluyen, sino que se acumulan, cosa que muchos católicos todavía desconocen. Se entiende por ello la moderada satisfacción de los representantes de la Iglesia porque a partir de ahora se encauza la autofinanciación, que evita malentendidos y supone más libertad, pero sobre todo es una llamada permanente a la responsabilidad de los fieles, como hemos dicho.
Algo más que unas monedas en Misa
Desde ahora la autofinanciación de la Iglesia obliga a las autoridades eclesiásticas a intensificar las campañas de sensibilización para que los católicos y cuantos ciudadanos quieran no olviden anotar la cruz en la casilla de su Declaración de la Renta. Y los fieles tendremos que sentirnos un poco más responsables del sostenimiento de la Iglesia, por medio de ese 0,7 pero más aún con aportaciones directas que sean algo más que monedas en la Misa dominical.
Por eso la Iglesia en España está haciendo un esfuerzo de comunicación para explicar a los fieles las razones y los medios suscripciones, colectas, donativos, legados, etc.- para apoyar a la Iglesia en su labor específicamente evangelizadora, con importantes repercusiones sociales de la fe. Porque la verdad es que los católicos españoles no estamos muy acostumbrados a responsabilizarnos de la marcha económica de la Iglesia mediante aportaciones significativas, de acuerdo con el nivel económico de cada familia.
Y también es verdad que la Iglesia, empezando por las parroquias, tiene que confiar más en los seglares a la hora de gestionar los asuntos económicos y otras decisiones pastorales. En España hay 23 mil parroquias y 19 mil sacerdotes y a ello se destina parte del estrenado 0,7 por ciento.
No hace tanto que el escritor Juan Manuel de Prada recordaba: «El complemento presupuestario de la asignación tributaria que el Estado aporta al sostenimiento de la Iglesia es una cantidad ínfima -apenas unos millones de euros- en comparación con la cantidad mucho más abultada que la Iglesia revierte sobre la sociedad. Pero la libertad de la Iglesia ni se compra ni se vende; ha recibido una encomienda divina que seguirá cumpliendo, en cualquier circunstancia, no importa que sus arcas estén vacías, que es como, por cierto, siempre están, porque el dinero que la Iglesia recibe de inmediato lo emplea en el cumplimiento de su encomienda».
Finalmente, con la misma lógica habría que plantear ahora que otros colectivos de interés social, como el deporte, el cine o el arte, y también los partidos políticos se financien con el 0,7 por ciento de los contribuyentes que así lo señalen en su declaración, año tras año. Añadiendo a esto las contribuciones de sus afiliados y amigos, al menos con la misma transparencia que se pide a la Conferencia Episcopal, que ha presentado la Memoria anual con el destino de las cantidades recibidas como asignación tributaria.
La razón es bien sencilla: si los partidos son necesarios para la democracia, también lo es la Iglesia en su labor humanitaria y social. No sería justo que quienes hacen las leyes se beneficien de ellas mientras ponen trabas a otras instituciones, al menos, tan respetables como ellos, tal como señalan repetidamente las encuestas, cuando muestran que los partidos políticos son poco valorados por los ciudadanos, que los consideran instrumentos de poder sin transparencia ni mucha democracia interna. La ley del embudo nunca será democrática.
Jesús Ortiz López, Doctor en Derecho CanónicoIntroducción a la serie sobre “Perdón, la reconciliación y la Justicia Restaurativa” |
San Josemaría, maestro de perdón (1ª parte) |
Aprender a perdonar |
Verdad y libertad |
El Magisterio Pontificio sobre el Rosario y la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae |
El marco moral y el sentido del amor humano |
¿Qué es la Justicia Restaurativa? |
“Combate, cercanía, misión” (6): «Más grande que tu corazón»: Contrición y reconciliación |
Combate, cercanía, misión (5): «No te soltaré hasta que me bendigas»: la oración contemplativa |
Combate, cercanía, misión (4) «No entristezcáis al Espíritu Santo» La tibieza |
Combate, cercanía, misión (3): Todo es nuestro y todo es de Dios |
Combate, cercanía, misión (2): «Se hace camino al andar» |
Combate, cercanía, misión I: «Elige la Vida» |
La intervención estatal, la regulación económica y el poder de policía II |
La intervención estatal, la regulación económica y el poder de policía I |