Artículo publicado por monseñor Demetrio Fernández, obispo de Tarazona, sobre la asignatura «Educación para la Ciudadanía» introducido en el programa escolar por el gobierno español
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¿Qué va a pasar con esta nueva asignatura? ¿Tenemos que oponernos a ella? ¿Es mejor acomodarse a la situación y darla lo mejor que podamos? ¿Será una guerra inútil, que es mejor no meterse en ella? ¿Es problema sólo de los centros públicos, y no de los centros de la Iglesia? ¿Los libros de texto que van apareciendo hacen aceptable la asignatura?
Estos y muchos interrogantes más se suscitan en los medios de comunicación en torno a la nueva Educación para la Ciudadanía (EpC). Ahora me piden que os diga una palabra a través de este boletín del Colegio Diocesano Sagrada Familia de Tarazona. Ya me he pronunciado sobre el tema en la hoja diocesana Iglesia en Tarazona (3.06.2007), y podríamos seguir hablando más y más.
En primer lugar, constato que hay una gran desinformación en torno al tema. Muchos padres están confusos y no saben de qué va. Por tanto, recomiendo a los padres que se informen bien del asunto, porque se juegan aquí la formación de sus hijos. La asignatura EpC se ha convertido en la punta de un iceberg, que esconde mucho fondo. El fondo es una concepción laicista de la vida, en donde la religión y Dios son un estorbo, y hay que eliminarlos.
La Iglesia dice y repite continuamente que son los padres los primeros responsables de la educación de sus hijos, y que nadie puede pretender esa educación en contra del parecer de los padres, y menos aún, una educación en contra de los padres mismos. Por ejemplo, la religión no es obligatoria para nadie; la elige el que quiere. Sin embargo, EpC será obligatoria para todos. Y EpC pretende transmitir una valoración del mundo y del hombre sin Dios, será obligatorio pensar como piensa el gobierno y el Parlamento de turno, y hay que tragarse la ideología de género, lo quieras o no.
Educar para la ciudadanía es algo que todos deseamos, y por tanto, podría haber una asignatura con este objetivo, como la hay en varios países europeos. Por qué en España ha suscitado tanta polémica. Porque en los demás países europeos sólo pretende una educación cívica, deseable por todos. Y en España se pretende un adoctrinamiento moral, según la ética del gobierno de turno, que en este momento es radicalmente laicista, queriendo imponer a todos esta visión. Si la fe no se impone, sino que se propone, pedimos que una visión laicista y atea de la vida no se imponga a nadie, y menos en las aulas.
¿Qué podemos hacer?
No podemos permanecer pasivos. Los padres deben moverse y conocer de qué se trata. La Conferencia Episcopal Española ha hecho pública su postura en tres ocasiones durante el último año. Y señala que se trata de un atropello a la libertad, que la asignatura debe desaparecer, o al menos dejarla optativa.
¿Y si no desaparece, sino que sigue siendo obligatoria?
Entonces, los obispos señalan que los padres pueden recurrir a todos los medios que una convivencia democrática concede, como son la objeción de conciencia, la huelga, el recurso a los tribunales, etc. Los obispos abogan por la libertad, y el gobierno en este tema está por la obligación.
Que los padres se informen, y ellos decidan lo que quieren hacer. El Colegio Sagrada Familia, fiel a su ideario católico, apoyará a los padres en la decisión que éstos tomen, y procurará por todos los medios mantener su ideario católico. Si el Colegio no pudiera mantener su ideario católico (cosa que esperamos no suceda nunca en una situación de libertad religiosa), tendría que cerrar su actividad, porque este Colegio como tantos de la Iglesia se ha fundado para transmitir una visión cristiana de la vida a quienes libremente quieran acudir a nuestras aulas.
Que tengáis unas buenas vacaciones, para afrontar el nuevo curso con renovadas energías. Contad con mi afecto y mi oración:
+ Demetrio Fernández, obispo de Tarazona