El Papa muestra su preocupación ante el resurgimiento de «ciertas ideologías que se creían superadas y que no corresponden a la visión cristiana del hombre» El viaje pastoral culmina con las últimas orientaciones a los obispos
La Razón
Durante el primer viaje del Papa Benedicto XVI por el continente americano, no ha hecho falta leer entre líneas. El Pontífice ha sido conciso a la hora de señalar a los obispos cuáles son los pasos a seguir para evitar la «hemorragia de fieles», los peligros que asolan a la Iglesia, y en la última jornada de ayer, advertir sobre las tendencias izquierdistas que en los últimos años emergen en Iberoamérica.
No se esperaba menos de su despedida a Brasil. Obispos, teólogos y centenares de religiosos aguardaban expectantes para asistir a la sesión inaugural de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. «La visión del Pontífice influenciará decisivamente las deliberaciones de los obispos presentes», explicó a La Razón el obispo de la amazónica ciudad brasileña de Manaus, monseñor Luiz Soares Vieira, vicepresidente de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB).
El retroceso religioso
Después del almuerzo en privado en el seminario Bom Jesus, el Papa regresaba en coche blindado al santuario. Sólo en este momento sustituía la eterna sonrisa que lo acompañó durante todo el viaje por un semblante más serio. Benedicto XVI atravesó la ovalada sala, hasta colocarse en la una tarima superior. Era el momento de inaugurar la Conferencia, pero sobre todo de indicar las líneas de acción para el tercer milenio cristiano en Iberoamérica. “La utopía de volver a dar vida a las religiones precolombinas, separandolas de Cristo y de la Iglesia universal, no sería un progreso, sino un retroceso. En realidad sería una involución hacia un momento histórico anclado en el pasado”, indicó en referencia a las políticas que lejos de apoyar la religión católica, pretenden fomentan antiguas creencias. La Iglesia ha mantenido este año una dura pugna con gobiernos como del presidente boliviano, Evo Morales, que pretende eliminar la materia de religión del sistema escolar, y sustituirla por cultos incaicos como la adoración a la Pachamana (madre tierra).
A continuación, el Papa Benedicto XVI criticaba los dos “poderes” que durante años han imperado en la región, “tanto el capitalismo como el marxismo prometieron encontrar el camino para la creación de estructuras justas y afirmaron que estas, una vez establecidas, funcionarían por sí mismas; afirmaron que no sólo no habrían tenido necesidad de una precedente moralidad individual, sino que ellas fomentarían la moralidad común”. “El sistema marxista, donde ha gobernado, no sólo ha dejado una triste herencia de destrucciones económicas y ecológicas, sino también una dolorosa destrucción del espíritu. Y lo mismo vemos también en Occidente, donde crece constantemente la distancia entre pobres y ricos y se produce una inquietante degradación de la dignidad”, añadió
Tras contextualizar el momento presente, el Pontífice mostraba su preocupación hacia las políticas populistas que resurgen en el continente. “En América Latina y el Caribe, igual que en otras regiones, se ha evolucionado hacia la democracia, aunque haya motivos de preocupación ante formas de gobierno autoritarias o sujetas a ciertas ideologías que se creían superadas, y que no corresponden a la visión cristiana del hombre”, precisó.
Por último, el Santo Padre volvió a prevenir sobre los peligros que representan algunas sectas o corrientes marxistas como la Teología de la Liberación. «Se percibe sin embargo un cierto debilitamiento de la vida cristiana en el conjunto de la sociedad y de la propia pertenencia a la Iglesia católica debido al secularismo, al hedonismo, al indiferentismo y al proselitismo de numerosas sectas, de religiones animistas y de nuevas expresiones seudo religiosas», agregó.
Con las palabras del Papa Benedicto XVI comienzan los trabajos de la V Conferencia general del Celam, donde se trazarán las líneas a seguir para la nueva evangelización del continente. A la cita asisten 176 obispos, arzobispos y cardenales de toda América Latina, el Caribe, Estados Unidos, Canadá, España y Portugal.
”La Iglesia es abogada de la justicia y de los pobres porque no se identifica con los intereses de partido”.
“La familia sufre situaciones adversas provocadas por el secularismo y el relativismo ético”.
“El marxismo ha dejado una herencia de destrucción económica, ecológica y espiritual”.
“La vida cristiana se debilita debido al secularismo, al hedonismo y al indiferentismo”.