"No dudéis en confiar en Él: encontrarlo, escuchadlo amadlo con todo vuestro corazón; en la amistad con Él experimentaréis la verdadera alegría que da sentido y valor a la existencia"
“He venido entre vosotros sobre todo para animaros a ser valientes testigos de Cristo… para seguir proclamando a los hombres y a las mujeres de la querida Italia el anuncio, antiguo y siempre nuevo: ¡Cristo ha resucitado! ¡Cristo está vivo! ¡Cristo está con nosotros hoy y siempre!”
"Aquí a Vigevano, la única Diócesis de Lombardía no visitada por mi venerado Predecesor Juan Pablo II, ha querido empezar esta peregrinación pastoral por Italia. De este modo, es como si retomara el camino que él recorrió para seguir proclamando a los hombres y a las mujeres de la querida Italia el anuncio, antiguo y siempre nuevo, que resuena con particular vigor en este tiempo pascual: ¡Cristo ha resucitado! ¡Cristo está vivo! ¡Cristo está con nosotros hoy y siempre! ". Con estas palabras, pronunciadas desde el balcón central del Obispado de Vigevano la tarde del sábado 21 de abril, el Santo Padre Benedicto XVI inició su Visita Pastoral a Vigevano y Pavía dirigiéndose a los jóvenes y a los enfermos reunidos en la plaza de San Ambrosio.
El Santo Padre ha dirigido un pensamiento especial a las Monjas Adoradoras Perpetuas del Santísimo Sacramento, con las que se había reunido poco antes de llegar al Obispado: "su presencia orante constituye para toda la Diócesis una perenne llamada a considerar cada vez más la importancia de la Eucaristía, centro y cumbre de la vida de la Iglesia". Después ha confiado a los enfermos y a los que sufren a la materna protección de la Virgen Santa, para que "sea para cada uno apoyo y consuelo en la prueba". Por último, ha invitado a los jóvenes a seguir Cristo resucitado: "No dudéis en confiar en Él: encontrarlo, escuchadlo amadlo con todo vuestro corazón; en la amistad con Él experimentaréis la verdadera alegría que da sentido y valor a la existencia".
Inmediatamente después, el Papa Benedicto XVI ha presidido la Concelebración Eucarística en la Plaza Ducal de Vigevano junto a los Obispos de Lombardía y los sacerdotes de la diócesis. En la homilía se ha centrado en el pasaje evangélico del domingo, que cuenta la tercera aparición de Jesús resucitado y la pesca milagroso en el mar de Tiberiades. “He venido entre vosotros - ha dicho el Santo Padre - sobre todo para animaros a ser valientes testigos de Cristo. Es la confiada adhesión a su palabra que hará fructuosos vuestros esfuerzos pastorales. Cuando el trabajo en la viña del Señor parece vano, como la fatiga nocturna de los Apóstoles, no debemos olvidar que Jesús es capaz de cambiarlo todo en un momento. El pasaje evangélico que hemos escuchado, nos recuerda, por una parte, que debemos empeñarnos en las actividades pastorales como si el resultado dependiera totalmente de nuestros esfuerzos. Por otra por el contrario, nos hace comprender, que el verdadero éxito de nuestra misión es totalmente un don de la Gracia. En los misteriosos diseños de su sabiduría, Dios sabe cuando es el tiempo de intervenir".
Después de saludar a todos los presentes, a los diversos miembros de la comunidad eclesial diocesana y a las autoridades civiles, el Santo Padre ha ilustrado el sentido concreto de la invitación de Cristo a "echar la red". "Significa en primer lugar, como para los discípulos, creer en Él y fiarse en su palabra - ha afirmado el Papa -. También a vosotros, como a ellos, Jesús os pide que le sigáis con fe sincera y firme. Poneos por tanto en escucha de su palabra y meditadla todos los días". En particular ha invitado a no apagar "el entusiasmo misionero" suscitado en la Comunidad diocesana por el último Sínodo, concluido en 1999. Luego ha exhortado a los miembros de la Comunidad diocesana a abrirse "a los vastos horizontes de la evangelización", trabajando en armonía y según las indicaciones del Obispo. "Llevar los pesos los unos de los otros, compartir, colaborar, sentirse corresponsables es el espíritu que debe animar constantemente vuestra Comunidad. Este estilo de comunión exige la contribución de todos" ha recomendado al Papa. Benedicto XVI ha subrayado después la necesidad de cuidar de los jóvenes - tanto a los llamados 'vecinos' como a los 'lejanos' - y promover "de modo orgánico y capilar una pastoral vocacional que ayude a los jóvenes en la búsqueda de un sentido verdadero de su propia existencia". La familia "es el elemento portante de la vida social, por ello, el tejido de la comunidad eclesial y la misma sociedad civil, sólo podrá renovarse trabajando en favor de las familias". Por último, el Papa ha indicado el ejemplo de numerosos beatos, santos, mártires u otros hijos de esta tierra de quienes está en curso el proceso de beatificación: "Reflejaos en estos modelos, que hacen manifiesta la acción de la Gracia y son para el Pueblo de Dios un estímulo para seguir a Cristo por la senda exigente de la santidad." Al término de la homilía, el Papa ha confiado la Comunidad diocesana a la Virgen del Bozzola.
Al término de la Celebración Eucarística, el Santo Padre ha partido en helicóptero hacia Pavía, dónde el primer encuentro, en la Plaza del Duomo, ha sido con los jóvenes. "Vengo entre vosotros esta tarde para recordaros un anuncio que es siempre joven - ha dicho Benedicto XVI -, para confiaros un mensaje que, cuando se acoge, cambia la existencia, la renueva y la plenifica. La Iglesia proclama este mensaje con particular alegría en este tiempo pascual: ¡Cristo resucitado está vivo entre nosotros! ". El Papa ha exhortado a los jóvenes a no tener miedo de donar su existencia a Cristo, ya que "Él no decepciona nunca nuestras esperanzas, porque sabe lo que hay en nuestro corazón". La Iglesia necesita el compromiso de los jóvenes para llevar especialmente a sus coetáneos el anuncio evangélico, y también la sociedad, marcada por innumerables cambios sociales, espera su aportación "para construir una común convivencia menos egoísta y más solidaria, realmente animada por los grandes ideales de la justicia, de la libertad y de la paz".