CIUDAD DEL VATICANO, 4 ENE 2007 (VIS)
Almudi.org
Benedicto XVI visitó esta mañana el comedor social de la Caritas diocesana de Roma, en Colle Oppio. Se trata de la primera estructura de acogida para las personas sin hogar fundada en Roma, abierta en 1983. En estos 23 años ha acogido a miles de personas, italianas y extranjeras, distribuyendo más de nueve millones de raciones.
Acompañado por el cardenal Camillo Ruini, vicario para la diócesis de Roma, el obispo auxiliar del sector Centro, Er...
CIUDAD DEL VATICANO, 4 ENE 2007 (VIS)
Almudi.org
Benedicto XVI visitó esta mañana el comedor social de la Caritas diocesana de Roma, en Colle Oppio. Se trata de la primera estructura de acogida para las personas sin hogar fundada en Roma, abierta en 1983. En estos 23 años ha acogido a miles de personas, italianas y extranjeras, distribuyendo más de nueve millones de raciones.
Acompañado por el cardenal Camillo Ruini, vicario para la diócesis de Roma, el obispo auxiliar del sector Centro, Ernesto Mandara y monseñor Guerino Di Tora, director de Caritas, el Papa visitó el centro de acogida, el comedor y el pesebre montado por los voluntarios y los huéspedes. Durante el recorrido saludó a los jóvenes que frecuentan el Oratorio del Centro Juvenil "Monti-Esquilino", cuya sede se encuentra en el mismo edificio.
En la entrada del comedor, el Santo Padre descubrió y bendijo una lápida en memoria de la visita de Juan Pablo II, el 20 de diciembre de 1992, en la que se lee la frase que pronunció en aquella ocasión: "El hombre que sufre nos pertenece".
Posteriormente, en el patio interior del comedor, el Papa se encontró con los huéspedes y los voluntarios de Caritas.
"En este comedor, que en un cierto sentido se podría considerar el símbolo de la Caritas de Roma -dijo el Santo Padre-, es posible percibir la presencia de Cristo en el hermano que tiene hambre y en quien le da de comer. Aquí se puede experimentar que cuando amamos al prójimo, conocemos mejor a Dios: en la gruta de Belén, El se ha manifestado a nosotros en la pobreza de un recién nacido necesitado de todo. El mensaje de Navidad es sencillo: Dios ha venido entre nosotros porque nos ama. Dios es amor: no un amor sentimental, sino un amor que se ha hecho don total hasta el sacrificio de la Cruz".
Benedicto XVI recordó que el lugar del nacimiento de Jesús, Belén, significa "la Casa del pan. En realidad, Jesús, "el pan que ha bajado del cielo", "el pan de la vida", se hace en cierto modo visible cada día en este comedor, donde no se quiere dar únicamente de comer, sino servir a la persona, sin distinción de raza, religión y cultura".
Tras poner de relieve que "de la gruta de Belén, de cada pesebre, se difunde un anuncio dirigido a todos: Jesús nos ama y nos enseña a amar", el Santo Padre expresó el deseo de que "los responsables, los voluntarios y todos los que frecuentan el comedor experimenten la hermosura de este amor; que sientan la profundidad de la alegría que deriva de él, una alegría ciertamente distinta de la alegría ilusoria que ofrece la publicidad".
El Papa concluyó pidiendo a Dios, de modo particular, para que "siga protegiendo a los que realizan una preciosa obra de solidaridad en la Caritas romana, tanto aquí como en otras partes de la ciudad. Que el Espíritu Santo anime los corazones de los responsables y de todos los voluntarios para que hagan su servicio cada vez con mayor empeño, inspirándose en el auténtico estilo del amor cristiano, que los santos de la caridad han resumido en el lema: "El bien hay que hacerlo bien".
Terminado el discurso se leyeron cinco intenciones de oración y después del cantó del Padrenuestro y de la bendición final, al Papa le regalaron el carné ''número uno'' para acceder a los comedores de la Caritas diocesana de Roma, un delantal de los que usan los voluntarios, una manta y un álbum con dibujos realizados por niños que viven en una casa de acogida para madres en situación de dificultad. El Santo Padre quiso corresponder regalando 10.000 mantas y 2.000 abrigos para distribuir a los pobres que los voluntarios de la Caritas encuentran cada noche por las calles de la capital.
A mediodía, una vez concluida la visita, el Papa regresó en automóvil al Vaticano.