Distinguidos señores:
Les mando mi testimonio, que quizás pueda ser de interés para otras personas.
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Distinguidos señores:
Les mando mi testimonio, que quizás pueda ser de interés para otras personas.
Yo, ya desde mi juventud, me di cuenta de que todo lo que se pide a Dios, si son cosas razonables, El nos las concede, aunque a veces, pase un cierto periodo de tiempo antes de eso; o se puede salir de alguna situación difícil, que parezca como un túnel existencial, con Su Ayuda.
También sé, que me adapto bastante a la realidad y por ello, tuve que trabajar algunos años en una empresa bastante mala, en la cual, se me produjo una grave enfermedad depresiva, que se fue haciendo crónica, y que se catalogó de incurable por la ciencia.
Después de una jubilación, sin indemnización, pasaron mas de 20 años, en los cuales, busqué alivio en bastantes médicos y medicinas. Y todo seguía igual, cambiando y cambiando, como una pelota de tenis que va de un sitio a otro. Lo que no se cambió, fue un medicamento famoso, que al parecer era eficaz. Conmigo no lo fue, tenia muchas recaídas y muchos efectos secundarios fuertísimos.
Y al final, me decidí a pedir la ayuda fuerte del Señor. Sí, a mí, no me gusta sentirme privilegiada por pedir un favor al Señor, pero es que además, resulta que El hace favores a todo el mundo. Total, que empecé a sentir mejorías diarias y progresivas, y ya se me han estabilizado casi todos los parámetros que tenía alterados. Y además doy fe, de que es mejor un apoyo de una persona, en este caso Dios, que con sus palabras consuela y da su energía, que la de un sencillo medicamento. Bueno, si éste fuera eficaz, aún.
Espero que pronto, me vuelva a sentir al 100 % de mis fuerzas y posibilidades.
Atentamente
C.M
Bióloga, Pedagoga y poeta
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