El Padre predica retiros y ejercicios espirituales por toda España muchas veces al año. Todos oyen su palabra: chicos, chicas, profesores universitarios y sacerdotes, cientos de sacerdotes. Cada vez hay más personas del Opus Dei en diferentes ciudades de España.
Pero también hay gente que no comprende lo que es el Opus Dei y acusa al Padre falsamente de no estar haciendo una cosa de Dios.
El Obispo de Madrid, gran amigo del Padre, decide aprobar la Obra. Es decir, reconocer que viene de Dios. Cree que, de este modo, cesarán las afirmaciones falsas contra el Padre. él mismo le da la noticia un día por teléfono.
El Padre recibe la noticia lleno de gratitud. Inmediatamente después se reúne con su madre y le dice que acaba de telefonear el señor Obispo para anunciar que ha aprobado la Obra. Enseguida va al Oratorio para dar gracias a Jesús.
En uno de sus viajes, el Padre fue a Lérida para predicar a sacerdotes. La misma mañana en que empieza el retiro, le dice el obispo de la Diócesis:
—Don Álvaro le llama por teléfono.
El Padre escuchó dolorido la noticia de la muerte inesperada de su madre. El Padre siente una profunda tristeza. Se acerca al Sagrario y habla con el Señor. Pronto comprende que Dios ha hecho lo que más conviene. Cuando llega a Madrid, entra en el Oratorio. Se arrodilla ante el cadáver y llora de nuevo junto a sus hijos, que le acompañan emocionados.
Tras la muerte de doña Dolores, su hermana Carmen realiza el trabajo que en los últimos años han hecho entre las dos, hasta que Dios se la lleva con él al Cielo, muchos años después.
Si quieres saber más busca la página siguiente: Más sacerdotes