Josemaría ha vivido, junto a su familia, momentos alegres y felices, pero no han faltado sufrimientos y dolores. Así aprende que el Señor bendice con la Cruz. En diciembre caen las primeras nieves. Se acerca la Navidad. En casa, todos juntos instalan el belén.
Colocan las figuritas de barro, la gruta, las casitas y el palacio de Herodes. También las montañas, los caminos y el río.
Un pastor se acerca con sus ovejas. Por el fondo se acercan los Reyes Magos por el camino que viene desde Jerusalén.
Después de colocar la estrella, sólo falta el Niño: Doña Dolores lo coloca con mucho cariño. Al acabar, todos miran al Niño Jesús, a la Virgen María y a San José, y cantan con amor el primer villancico: el que tanto gusta a doña Dolores:
Madre, en la puerta hay un Niño
más hermoso que el sol bello
diciendo que tiene frío,
porque viene casi en cueros.
Pues dile que entre y se calentará,
porque en esta tierra ya no hay caridad,
porque en esta tierra ya no hay caridad.
A don Josemaría le emocionaba oír este villancico. Y decía:
—Cuando yo tenía tres años, mi madre me cantaba esta canción, me tomaba en su brazos, y yo me adormecía muy a gusto.
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