Algunas personas comentan entre sí: - ¿Te has enterado de lo que le ocurre a don José Escrivá?
- He oído rumores, pero no sé nada en concreto; ¿qué pasa?
- Su tienda de telas está casi en la ruina. -¿Cómo es posible? Siempre le ha ido muy bien.
- Sí pero ya conoces a don José. Es tan buena persona que, según dicen, le han jugado una mala pasada.
A pesar del gran esfuerzo, el negocio familiar se viene abajo. Los padres de Josemaría llevan los problemas con gran serenidad, fortaleza y buen humor. Una vez más ven en todo la Voluntad de Dios y la aceptan por amor al Señor.
Una mañana muy temprano:
- Un beso, Carmen. - Dame un abrazo.
- Buen viaje, doña Dolores.
- Hasta la vista, Josemaría.
Son amigas de Carmen. Todas están allí para decirle adiós.
En Logroño, Josemaría comienza el cuarto curso en el Instituto de la ciudad. Y conoce nuevos amigos:
- Hola, ¿cómo te llamas? - Isidoro Zorzano.
- ¿De dónde eres?
- De un pueblo pequeño de Logroño, aunque nací en Argentina.
- ¿En Argentina?
- Sí, pero soy español. Mis padres emigraron a ese país y yo nací en Buenos Aires. Siendo yo muy pequeño, regresaron de nuevo. Y aquí estoy ¿Y tú, cómo te llamas? - pregunta Isidoro. - Josemaría.
- ¿Eres de Logroño?
Poco a poco Josemaría se hace muy amigo de Isidoro y de otros compañeros de clase.
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Dios me pide algo