Breve definición de mortificación
Explicación detallada
Un sacerdote del Opus Dei explica el sentido de la mortificación corporal
Palabras de san Josemaría sobre la mortificación
Palabras de San Pablo sobre la mortificación
Breve definición de mortificación
¿Qué es la mortificación?
Se trata de una práctica cristiana consistente en negarse a uno mismo determinadas cosas, de suyo lícitas, que se desean.
La finalidad de la mortificación es triple:
- identificarse a Cristo en sus sufrimientos;
- desagraviar por los propios pecados y por los de todos los hombres;
- entrenamiento personal para vencer la tentación.
Explicación más detallada
La penitencia y la mortificación son una parte pequeña pero esencial de la vida cristiana. Jesucristo ayunó durante cuarenta días en preparación de su ministerio público. La mortificación nos ayuda a resistir nuestra tendencia natural a la comodidad personal, que tantas veces nos impide responder a la llamada cristiana a amar a Dios y a servir al prójimo por amor de Dios. Además, esas molestias voluntariamente aceptadas unen al cristiano con Jesucristo y con los sufrimientos que él voluntariamente aceptó para redimirnos del pecado.
El papel que la mortificación juega en la vida de los miembros del Opus Dei es muy secundario. Lo primero, para cualquier católico, es amar a Dios y al prójimo. En coherencia con su propósito de integrar la fe y la vida secular, el Opus Dei enfatiza los pequeños sacrificios, más que los grandes: seguir trabajando cuando uno está cansado, ser puntual, prescindir de algo que a uno le gusta en la comida o en la bebida, no quejarse.
Un sacerdote del Opus Dei explica el sentido de la mortificación corporal
http://www.opusdei.es/art.php?p=16657
Surco, 991
Cuidar las cosas pequeñas supone una mortificación constante, camino para hacer más agradable la vida a los demás.
Amigos de Dios, 8.
Convenceos de que ordinariamente no encontraréis lugar para hazañas deslumbrantes, entre otras razones, porque no suelen presentarse. En cambio, no os faltan ocasiones de demostrar a través de lo pequeño, de lo normal, el amor que tenéis a Jesucristo.
Camino 199.
Si el grano de trigo no muere queda infecundo. ¿No quieres ser grano de trigo, morir por la mortificación, y dar espigas bien granadas? ¡Que Jesús bendiga tu trigal!
Forja, 409.
El mejor espíritu de sacrificio es la perseverancia en el trabajo comenzado: cuando se hace con ilusión, y cuando resulta cuesta arriba.
Es Cristo que pasa, 139.
Sólo cuando el hombre, siendo fiel a la gracia, se decide a colocar en el centro de su alma la Cruz, negándose a sí mismo por amor a Dios, estando realmente desprendido del egoísmo y de toda falsa seguridad humana, es decir, cuando vive verdaderamente de fe, es entonces y sólo entonces cuando recibe con plenitud el gran fuego, la gran luz, la gran consolación del Espíritu Santo
Estoy clavado en la Cruz juntamente con Cristo. Y yo vivo, o más bien, no soy yo quien vive, sino que Cristo vive en mí(Gal. II, 19-20).
Traemos siempre en nuestro cuerpo por todas partes la mortificación de Jesús, a fin de que la vida de Jesús se manifieste también en nuestros cuerpos (II Cor. IV, 10).
Si vivís según la carne, moriréis; si con el espíritu mortificáis las obras de la carne, viviréis (Rom. VIII, 13).
Al presente me gozo de lo que padezco por vosotros, y estoy cumpliendo en mi carne lo que resta que padecer a Cristo, a favor de su Cuerpo, que es la Iglesia (Col. I, 24).
Los judíos piden señales, y los griegos buscan la sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos y necedad para los gentiles (I Cor. I, 22-23).
Hay muchos que andan, ya os lo decía con frecuencia, y ahora lo digo llorando, como enemigos de la cruz de Cristo: cuyo fin es la perdición, cuyo Dios es el vientre, y la confusión será la gloria de los que gustan de las cosas terrenas (Philip. III, 18-19)
Enlaces
Explicación de la mortificación en la página oficial del Opus Dei
Página que aborda detenidamente el tema, con numerosos testimonios de santos:
Blog de un sacerdote argentino que da buenas respuestas
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