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The Broken

The Broken

The Broken
  • Valoración moral: Desaconsejable
  • Año: 2009
  • Dirección: Sean Ellis
Contenidos Imágenes (varias V). Imágenes (algunas X)

Reseña:

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Dirección: Sean Ellis
Intérpretes: Lena Headey, Richard Jenkins, Asier Newman, Michelle Duncan, Melvil Poupaud.
Guión: Sean Ellis
Música: Guy Farley
Fotografía: Angus Hudson
Distribuye en Cine: Versus
Duración: 88 min.
Género: Terror

Mi doble y yo 

    Gina McVey, joven radióloga de un importante hospital londinense, acude a la celebración del cumpleaños de su padre, John. Entre los invitados se encuentra su novio Stefan, su hermano Daniel y la novia de éste, Kate. Durante la cena, mientras charlan animadamente, un gran espejo de pared se hace añicos sin motivo aparente provocando entre los asistentes el brote de una tensión inexistente hasta ese momento. 

    Al día siguiente, de camino a casa, Gina cree ver en la calle a una mujer que guarda un asombroso parecido con ella. Sobrecogida, decide seguirla hasta su apartamento, donde, al encontrar la puerta abierta, descubrirá horrorizada una fotografía de su padre con esa otra mujer, una doble perfecta de sí misma. A partir de ese momento, la paranoia se apodera de ella y comenzará a dudar incluso de sus propios allegados. 

    El hilo conductor de la película lleva al espectador por una historia de espejos rotos y dobles, aparentemente malos malísimos. Lo que conduce al espectador hacia ninguna parte, pues en ningún momento queda claro el porqué de los espejos rotos o de los dobles que parecen generados por la rotura de dicho objeto. 

    El cartel de "fin" dejará al espectador de lo más confuso. Qué ha pasado y por qué. Obviamente, queda la puerta abierta a un sinfín de conjeturas donde todo puede valer, así que quien se anime a verla podrá aportar su teoría sobre lo que acaba de ver en pantalla. Este hecho hace difícil que la película enganche al espectador. 

    Es tan poca la información que se da que, cuando ésta llega, el público no estará lo suficientemente metido en la historia como para apreciarla. Así pues, se trata de una película de terror sólo apta para eruditos que sean capaces de seguir el juego de Sean Ellis. Otros -la mayoría- se quedarán con un palmo de narices, provocado por su incomprensión del mundo interior del cineasta. 

    En lo que se refiere al género propiamente dicho, la película parece que quiere ser una cinta de terror psicológico a "lo oriental", pero no lo consigue. Entre otras cosas, abusa sobremanera de los efectos musicales para crear tensión, por lo que la música acaba resultando de lo más cansina. 

    De hecho, la escena que provoca una mayor tensión en el espectador no tiene sonido inicialmente, para terminar con el único ruido de una gota de agua cayendo. Es el momento en que Gina se está dando un baño. Justo después viene una de las mayores incongruencias de la cinta: la película se presenta con un paisaje oscuro de aire retro que muestra un Londres con calles y casas de las que parece que vaya a salir Jack el Destripador. 

    Este interesante aire casi gótico se va perdiendo progresivamente, hasta que poco después de la escena del baño vemos ojos luminosos estilo vampiro de película de serie B de los ochenta, y litros de sangre que pillarán por sorpresa al espectador, pues nada lo ha preparado para algo así. Esta película sí que se podría haber titulado La duda. 

    Cinta fallida, sin interés. (Decine21 / Almudí JD-AC)