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Dirección: David Ayer. País: USA. Año: 2014. Duración:109 min. Género: Acción, thriller. Interpretación: Arnold Schwarzenegger (John), Sam Worthington (James), Terrence Howard (Julius), Olivia Williams (Caroline), Max Martini (Tom), Mireille Enos (Lizzy), Josh Holloway (Eddie), Joe Manganiello (Joe), Harold Perrineau (Jackson). Guion: Skip Woods y David Ayer. Producción: David Ayer, Bill Block, Paul Hanson, Palak Patel, Joe Roth, Skip Woods y Ethan Smith. Música: David Sardy. Fotografía: Bruce McCleery. Montaje: Dody Dorn. Diseño de producción: Devorah Herbert. Vestuario: Mary Claire Hannan. Distribuidoras: Inopia Films y VerCine. Estreno en España: 11 Julio 2014.
Reseña:
John Breacher (Arnold Schwarzenegger) dirige un equipo de élite de agentes encubiertos de operaciones especiales de la DEA —la Administración Federal para el Control de Drogas—, compuesto por Monster (Sam Worthington), Sugar (Terrence Howard), Neck (Josh Holloway), Pyro (Max Martini), Tripod (Kevin Vance), Grinder (Joe Manganiello), Smoke (Mark Schlegel) y Lizzy (Mireille Enos).
En Atlanta, durante una misión sumamente peligrosa contra un refugio de un cártel mexicano de la droga, ocultan en las tuberías diez millones de dólares para quedarse con ellos. Pero cuando intentan recuperarlos al día siguiente, los billetes han desaparecido. Entonces, mientras el FBI y una agente de Atlanta, Caroline (Olivia Williams), investigan la desaparición del dinero, los componentes del equipo comienzan a ser brutalmente asesinados uno a uno, supuestamente por los brutales sicarios del cártel de Juárez.
Tras los fracasos comerciales —y no tanto de crítica— de “El último desafío” y “Plan de escape”, Arnold Schwarzenegger repite fiasco —esta vez también de crítica— en “Sabotage”, deplorable thriller de acción donde el ex “gobernador” se muestra tan inexpresivo como siempre y más violento que nunca.
El estadounidense David Ayer (“Vidas al límite”, “Dueños de la calle”, “Sin tregua”) intenta mantener el interés del espectador a través de un crudo hiperrealismo, sin ninguna perspectiva ética y enormemente desagradable en su brutal tratamiento de la violencia —a veces, gore—, sus sórdidas concesiones sexuales y un grosero lenguaje carcelario.
Pero ni por ésas logra insuflar un poco de humanidad a los arquetípicos personajes que pululan por el penoso guion de Skip Woods y el propio Ayer, plagado de tópicos y absolutamente caprichoso en sus giros dramáticos. Ya puede cambiar de estilo y tono Schwarzenegger si quiere recuperar el favor del público. Desde luego, son mucho más estimulantes sus brevísimas apariciones en la saga “Los mercenarios”. (Cope J. J. M.)
