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Nueva vida en Nueva York

Nueva vida en Nueva York

Casse-tête chinois

Contenidos: Imágenes (varias X), Ideas (amoralidad, complaciente visión de la ideología de género, militante en su apología del mal llamado matrimonio de homosexuales y lesbianas F+)

Dirección y guion:Cédric Klapisch. País: FranciaAño: 2013. Duración: 94 min.Género: Comedia dramáticaromance. Interpretación: Romain Duris (Xavier), Audrey Tautou (Martine), Cécile de France(Isabelle), Kelly Reilly (Wendy), Sandrine Holt (Ju), Margaux Mansart (Mia). Producción: Bruno Levy. Música: Loïk Dury y Christophe “Disco” Minck. Fotografía: Natasha Braier. Montaje:Anne-Sophie Bion. Diseño de producción: Roshelle Berliner y Marie Cheminal.Vestuario: Anne Schotte. Distribuidora: A Contracorriente FilmsEstreno en Francia: 4 Diciembre 2013. Estreno en España: 15 Mayo 2014.

Reseña:

   Tras sus rocambolescas andanzas en Barcelona y Rusia, el parisino Xavier Rousseau (Romain Duris), ya cuarentón, se ha convertido en un novelista de éxito y se ha casado con la inglesa Wendy (Kelly Reilly), con la que ha tenido dos hijos, Tom (Pablo Mugnier-Jacob) y Mia (Margaux Mansart). 

   Pero, un día, ella le pide el divorcio y se lleva a los niños a Nueva York, donde reiniciará su vida con el cariñoso John (Peter Hermann). Entonces, aunque está en plena escritura de su nueva novela, Xavier se traslada también a la Gran Manzana, donde le acoge su amiga Isabelle (Cécile de France), una lesbiana a la que el inseguro escritor dona esperma para que tenga un hijo con su compañera Ju (Sandrine Holt). 

   A estos líos paternales, se añade la odisea de Xavier para conseguir trabajo siendo ilegal —que incluye su boda de conveniencia con la china Nancy (Li Jun Li)— y la inesperada visita de su amiga Martine (Audrey Tautou), su primer amor.

   Con este irritante “rompecabezas chino” —como lo define el título original—, el francés Cédric Klapisch(“Una casa de locos”, “Las muñecas rusas”) cierra su discutible trilogía tragicómica sobre el caótico Xavier Rousseau, arquetipo de la perplejidad postmoderna. 

   La woodyallenesca puesta en escena resulta fresca, sobre todo en las secuencias con característicos tipos neoyorquinos, como el modesto y arrastrado abogado de Xavier. También mantienen un buen nivel los excelentes actores que componen el sólido reparto. Y el guion ofrece aciertos parciales en sus tonos patéticos, en sus golpes de humor surrealista —con apariciones de Schopenhauer y Hegel, que aconsejan al protagonista— y en ideas como la del tapiz que uno ve por delante hasta los 40 años, y por detrás a partir de esa edad.

   Sin embargo, el conjunto se viene abajo por la casi nula evolución de los personajes y por la frívola desdramatización de sus peliagudos conflictos, tras las que se aprecia una llamativa falta de perspectiva moral y una complaciente visión de la ideología de género, militante en su apología del mal llamado matrimonio de homosexuales y lesbianas. De hecho, los créditos finales se ilustran con imágenes de los diversos personajes participando felices en una marcha del orgullo gay. Además, el tono del filme es siempre ligero, zafio y puntualmente obsceno, lo que hace todavía menos llevaderas las lagunas y arritmias del guion.(Cope  J. J. M.) (Decine 21 / Almudí JD) LEER MÁS