Contenidos: Imágenes (18'55''; 24'01''; 59'02''-59'53'' S); Diálogos (47'33'' D)
Dirección: Pascal Chaumeil.País:Reino Unido. Año: 2014. Duración: 96 min. Género:Comedia dramática.Interpretación: Pierce Brosnan (Martin), Aaron Paul (J.J.), Rosamund Pike (Penny),Imogen Poots (Jess), Toni Collette (Maureen), Sam Neill. Guion: Jack Thorne; basado en la novela “En picado”, de Nick Hornby. Producción: Finola Dwyer y Amanda Posey.Música: Dario Marianelli. Fotografía: Ben Davis. Montaje: Chris Gill y Barney Pilling.Diseño de producción: Chris Oddy. Vestuario: Odile Dicks-Mireaux. Distribuidora:A Contracorriente Films. Estreno en Reino Unido: 21 Marzo 2014. Estreno en España: 11 Abril 2014.
Reseña:
Durante una noche de fin de año en Londres, cuatro desconocidos coinciden en la azotea de un alto edificio. Martin (Pierce Brosnan) es un popular presentador televisivo, cuya vida se ha ido a pique tras un escarceo sexual con una menor. Maureen (Toni Collette) es una sencilla mujer, agotada de cuidar a su hijo, que padece una grave parálisis cerebral. Jess (Imogen Poots) es una veinteañera rebelde, desatendida por su padre.
(Sam Neill), que es un célebre político. Y J.J. (Aaron Paul), componente de un grupo musical, afirma padecer un cáncer terminal. Todos ellos tenían el propósito de saltar al vacío. Pero se consuelan entre sí y firman un pacto singular: no suicidarse hasta el día de San Valentín, es decir, al cabo de seis semanas. Comienza así entre ellos una impredecible amistad, que quizás les permita encontrar razones para seguir viviendo.
Tras las divertidas comedias “Los seductores” y “Llévame a la luna”, el francés Pascal Chaumeil acierta de nuevo en “Mejor otro día”, su primera película en inglés. En ella adapta la exitosa novela “En picado”, del inglés Nick Hornby, autor de otras notables ficciones llevadas al cine, como “Fuera de juego”, “Alta fidelidad”, “Un niño grande” o “An Education”.
Al tragicómico guion de Jack Thorne le falta un hervor —tanto satírico como trágico—, de modo que sus fluctuaciones de uno a otro género resultan un poco convencionales, irregulares y abruptas. También le falta un punto de personalidad a la puesta en escena de Chaumeil, más funcional que brillante.
Sin embargo, ambos facilitan la labor de los excelentes actores, que encarnan con convicción a los patéticos protagonistas, unos personajes entrañables y cercanos que acaban ganando al espectador con sus esfuerzos para intentar superar sus neuras y flaquezas, y recuperar la alegría de vivir a través de la amistad y el amor. En este oxigenante optimismo —levemente abierto a la trascendencia—, se aprecia para bien la influencia del maestro Frank Capra, situado en las antípodas del fatalismo nihilista de tantas prestigiosas películas de la última década.(Cope J. J. M.)