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Dirección y guion: Alex Garland. País:Reino Unido. Año: 2015. Duración: 107 min. Género:Ciencia-ficción,thriller. Interpretación:Oscar Isaac (Nathan), Domhnall Gleeson(Caleb), Alicia Vikander (Ava), Sonoya Mizuno (Kyoko), Corey Johnson (Jay). Producción: Andrew Macdonald y Allon Reich. Música: Ben Salisbury y Geoff Barrow. Fotografía: Rob Hardy. Montaje: Mark Day. Diseño de producción: Mark Digby.Vestuario: Sammy Sheldon. Distribuidora: Universal Pictures International Spain. Estreno en España: 27 Febrero 2015.
Reseña:
Caleb es un programador de 24 años que trabaja en una de las mayores empresas de Internet del mundo. Un día, gana un concurso cuyo premio es una semana de vacaciones en la mansión privada del presidente ejecutivo de la compañía, el misterioso y multimillonario Nathan. Cuando Caleb llega a la increíble casa en medio de la selva, descubre que deberá interactuar con la primera inteligencia artificial auténtica del mundo, que habita en el cuerpo de una preciosa mujer robot. El objetivo es realizar a la sofisticada máquina el Test de Turing, llamado así por Alan Turing, matemático inglés, pionero de la inteligencia artificial y descifrador de la máquina Enigma de los nazis. Éste afirmaba que sólo cabría hablar de inteligencia artificial si fuera imposible distinguir las reacciones del robot de las de un ser humano.
Por fuera, sorprende este debut como director del novelista y guionista inglés Álex Garland —autor de los libretos de ‘La playa’, ‘Sunshine’ y ‘Nunca me abandones’—, pues saca partido a las preciosas localizaciones donde ha rodado, dirige muy bien a los tres protagonistas y despliega sin aparatosidades unos efectos digitales alucinantes. Sin embargo, por dentro la película se queda muy corta, pues sólo remoza un poco viejas ideas prometeicas sobre las conflictivas relaciones de las máquinas con sus creadores humanos. En este sentido, ‘Metrópolis’, ‘Blade Runner’, ‘A.I. Inteligencia Artificial’ o ‘Her’ arriesgaron y renovaron muchísimo más. Además, el guion padece unas cuantas arritmias, casi no perfila a los personajes humanos —cuyos contextos vitales se quedan en el limbo— e insiste demasiado en el impulso sexual, tratado además de un modo morboso. Una ocasión perdida, por tanto, de dar un paso adelante en un género… con mucho futuro.(Cope J.J.M. Almudí JD). Decine21 LEER MÁS
