Contenidos Imágenes y diálogos (SD 7:50; 12:23; 39; 40; 65; 67; 69)
Reseña:
Dirección: Paul Haggis
Intérpretes: Tommy Lee Jones, Charlize Theron, Jason Patric, Susan Sarandon, James Franco, Barry Corbin, Josh Brolin, Frances Fisher, Wes Chatham, Jake McLaughlin, Mehcad Brooks, Jonathan Tucker.
Guión: Paul Haggis
Música: Mark Isham
Fotografía: Roger Deakins
Distribuye en Cine: DeAPlaneta
Duración: 121 min.
Género: Drama
Las secuelas de Irak
Otra película más de las muchas por llegar sobre la guerra de Irak. La dirige Paul Haggis, y aunque no alcanza el nivel de su oscarizada Crash, es un título valioso, bien resuelto y con momentos conmovedores. La película sigue a Hank, un antiguo policía militar, al que comunican que su hijo Mike, un marine destinado en Irak que había regresado a Estados Unidos, no se ha presentado de vuelta a su cuartel.
Temiendo que se haya metido en algún lío, Hank viaja a Fort Rudd, y una retahíla de dolorosas realidades van a convencerle de que su país está aquejado de una grave dolencia moral. Haggis entrega una historia inteligente, que inicialmente sigue las convenciones del thriller de investigación en ambientes militares, piénsese en títulos como Algunos hombres buenos, Basic, En honor a la verdad, La hija del general
Pero el cineasta sabe dar otra vuelta de tuerca a la cosa, para hablar de los efectos que tiene la guerra en Irak en unos jóvenes que en principio son buenos chicos, pero que terminan convertidos en unos tipos insensibles, embrutecidos, hundidos en la violencia, la droga y el sexo, para los que la noción de que la vida es algo sagrado ha perdido validez. Esa bandera de Estados Unidos izada al revés dice mucho, Haggis se las arregla para, sin aspavientos, criticar la política de la administración Bush en Irak y la indiferencia de sus conciudadanos, y hacer una llamada de urgencia al cambio.
¿Es injusto Haggis en lo que dice? El caso terrible y sembrado de detalles sórdidos que cuenta, que se dice inspirado en hechos reales, puede conducir a la generalización. La guerra embrutece siempre, pero se diría que el miedo a los atentados que caracteriza a la actual, la presencia del terrorismo, convierte impepinablemente a todos sus protagonistas en desalmados. Y Haggis parece decir que esto es más la norma que la excepción.
Tommy Lee Jones está genial con su rostro rocoso, que cada vez le acerca más a un Clint Eastwood envejecido. Su personaje resulta clave como guía del descenso a los infiernos que propone el film, porque él es un patriota, ama a su país y a su familia, cree en Dios. Es un gran profesional cuántas chapuzas saca a la luz en el trabajo de la policía, y qué bien construida está la relación con la inspectora, sobrio qué bonito el detalle de cómo plancha los pantalones, o recomienda la medias contra el frío, enamorado de su mujer. (Decine21 / Almudí AG-JD)