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Edén al oeste

Edén al oeste

Eden à l'Ouest
  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2010
  • Dirección: Costa-Gavras Costa-Gavras
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Reseña:

Dirección: Costa-Gavras
Intérpretes: Juliane Köhler, Ulrich Tukur, Eric Caravaca, Anny Duperey, Riccardo Scamarcio, Léa Wiazemsky, Michel Robin, Antoine Monot Jr.
Guión: Costa-Gavras, Jean-Claude Grumberg
Música: Armand Amar
Fotografía: Patrick Blossier
Distribuye en Cine: Wanda
Duración: 110 min.
Género: Drama

En busca del paraíso 

    Al director griego afincado en Francia Costa-Gavras (Desaparecido, La caja de música, Arcadia) siempre le gustado hacer un tipo de cine que refleje problemas sociales derivados de políticas injustas o, al menos, que él considera injustas y que no comparte. 

    Ese cine denuncia suele estar adherido a géneros convencionales, como el drama o el thriller. En Edén al Oeste, Costa-Gavras vuelve a incidir en un peliagudo tema social, la inmigración ilegal. 

    Para evitar el riesgo de ser detenido por la policía, Elías decide saltar al agua desde un barco procedente del Este, en el que viaja junto a decenas de inmigrantes ilegales con destino a Europa. Nadando logra arribar en una playa nudista que resulta petenecer a un complejo veraniego llamado Edén. 

    Allí intentará a duras penas pasar desapercibido entre los ricos europeos que disfrutan de unos días de ocio y placer. Será sólo la primera etapa de un largo recorrido de Elías hacia París, la ciudad a la que desea llegar. Pero entre medias conocerá todo tipo de gente y pasará todo tipo de apuros. 

    Hay una clara referencia a la Odisea de Homero en Edén al Oeste, con un protagonista que da tumbos de un lado a otro para llegar a su destino. En su largo periplo Elías pregunta y pregunta a todo tipo de gente, es ayudado y también engañado, es explotado y despreciado continuamente, y así hasta la anhelada llegada al paraíso soñado. Que luego esa felicidad sea tan irreal como un truco de magia ya es otra historia... 

    Por lo demás, Costa Gavras se esfuerza en retratar al protagonista como un tipo bueno, quizá demasiado pardillo, pues es tan ingenuo y torpe que se antoja a veces poco razonable -no evoluciona a lo largo de la historia-, carne de cañón para sufrir numerosas desventuras. 

    Ese enfoque aporta al drama cierto tono tragicómico y tierno que arranca más de una vez la sonrisa, pero también lo convierte en un film menor, poco emocionante. Y quizá el director ha querido apuntalar más claramente así las situaciones injustas que han de soportar tantos extranjeros de buen corazón que no tienen oportunidades para prosperar fuera sus hogares. El actor Riccardo Scamarcio (Mi hermano es hijo único) hace un esforzado trabajo. Película menor de Costa-Gavras, que interesará especialmente a los amantes del cine francés (Decine21 / Almudí)