Director: Oliver Stone. Guión: Oliver Stone, Christopher Kyle, Laeta Kalogridis. Intérpretes: Colin Farrell, Angelina Jolie, Val Kilmer, Anthony Hopkins, Rosario Dawson. 175 min. CONTENIDOS: V+X+DF
Rey, general y estadista, Alejandro Magno (356-323 a.C.) es uno de los personajes históricos más atractivos. Oliver Stone (Nueva York, 1946) lo afronta en una película de casi tres horas y que ronda los 200 millones de dólares invertidos, con un inadecuado Colin Farrell como protagonista.
En tan sólo 13 años de reinado, el heredero de Filipo, educado por el mismísimo Aristóteles, proporcionó a su patria el control de la mayor parte del mundo civilizado durante más de un siglo, conquistando Egipto y Persia e introduciéndose en la India.
Stone, que venía de hacer dos largos publirreportajes sobre Fidel Castro, escribe un guión que valdría para un culebrón venezolano; con unas fantasías de morbo sensacionalista que se construyen sobre medias verdades.
Después de unos buenos primeros 30 minutos, queda claro que a Stone le viene grande la historia: sus herramientas culturales y artísticas no sirven para dar forma al mecano histórico-legendario de un mito que se alimentó de la épica homérica y luego le dio de comer.
Fuera de las espectaculares secuencias bélicas y de algún decorado grandioso, queda un sinfín de increíbles escenas con un Alejandro tosco, histérico y sensiblero, perdido en ridículos discursitos y en la cosa de la libido. Lo del peluquero, para llorar. (Aceprensa / Almudí)