Entrevista a Mario Monti, primer ministro italiano
En la revalorización de las raíces cristianas de Europa puede hallarse el secreto para la superación de la grave coyuntura que vive el continente
«El magisterio del Papa y su testimonio fuerte y personal, la contribución importante de la Santa Sede y de la Conferencia episcopal italiana son elementos propulsores y críticos de relevancia fundamental. Ante el bien común no se puede huir».
Quien subraya con estas palabras la aportación esencial de los católicos a la vida social italiana es el presidente del Consejo de ministros, Mario Monti, en la entrevista de L'Osservatore Romano y Radio Vaticana, cuyo texto se publica íntegramente en las web (en lengua italiana) de nuestro periódico y de la emisora.
La crisis ética —antes aún que la económica— que atenaza a Europa; la fractura entre ciudadanos y política; el futuro de la moneda única y del proyecto de integración europea; las políticas fiscales introducidas para lograr la nivelación de presupuesto; las liberalizaciones: son algunos de los temas que ha tocado el jefe de gobierno de Italia, quien sin embargo empezó por evidenciar los aspectos más significativos de las relaciones entre Estado e Iglesia en el mundo globalizado.
En una realidad donde la idea misma de frontera ya no es rígida —expresó— «la relación entre los Estados y la Iglesia puede ser un puente, un paso que abate los muros de los egoísmos nacionales y refuerza el sentido de una pertenencia que significa respeto, responsabilidad, solidaridad». Y precisamente en la revalorización de las raíces cristianas de Europa puede hallarse el secreto para la superación de la grave coyuntura que vive el continente.
«La justicia y la paz —afirmó Monti— son la respuesta más eficaz a las crisis de sentido que la crisis económica, de modo latente, ha provocado en la cotidianidad de las personas. Por lo tanto la crisis, para ser superada en todos sus graves perfiles, requiere mirar adelante con valentía, con esperanza, pero también redescubrir las propias raíces».
En este momento las tensiones financieras tienen por objetivo el euro, que, según el presidente Monti, «sigue siendo un instrumento de extraordinaria incidencia en la vida de las personas». Pero aquél «no es el fin de la acción comunitaria, que sigue siendo “el bien común” —añadió—. La crisis se supera izando “la bandera de los valores” por encima de los “intereses de la moneda”».
En la entrevista, Monti ha recordado igualmente el encuentro del pasado 14 de enero con Benedicto XVI. «Las manos del Papa —manifestó— son manos fuertes que sostienen el peso de muchos; son manos que tranquilizan, pues a su vez se dejan sostener».